—¡Bakugou! —gritó el pelirrojo al ver a su malhumorado amigo. Se acercó corriendo y pasó su brazo por encima del hombro ajeno, cómo solía hacer—. Vayamos a tomar algo.
Bakugou no aceptó, pero tampoco se negó. Esas salidas se estaban convirtiendo en costumbre de ambos, y su respuesta ya era conocida por su mejor amigo.
El camino fue ruidoso, Kirishima no dejaba de hablar aún sin obtener respuesta porque, sabía que era escuchado. Era algo común entre ellos dos, a Bakugou le gustaba escuchar a su amigo, su alegría y comentarios le lograban sacar alguna que otra sonrisa; cosa que no conseguía cualquiera.
Llegaron al lugar y se sentaron al lado de la ventana, donde podían observar el cielo y a las personas que paseaban por la calle. Los ojos rojizos de Bakugou se quedaron fijos en un punto en concreto, Kirishima sin poder evitarlo también miró. Se sorprendió al ver en lo que estaba tan concentrado su amigo.
—No sabía que te interesaban esas cosas —sonrió con picardía —¿¡Quieres pareja Bakugou!?
—¡Qué dices pelo mierda!¡Puto asco! —gritó enfurecido dejando escapar pequeñas explosiones de las palmas de sus manos. Y, es que, el pelirrojo estaba en lo cierto, se había quedado observando a una pareja preguntándose si podría tener a alguien así algún día. Alguien que soportara su mal humor y su personalidad, que le gustara estar junto a él matando el tiempo juntos.
Bakugou fue a pedir la comida mientras Kirishima esperaba en la mesa.
El peliceniza volvió después de haber hecho la orden pero, la mesa se encontraba vacía. Se sentó y esperó un rato, pensando que podría haber ido al aseo.
No apareció.
—Que cojones pelo mierda —dejó la mesa y fue a buscarlo. El aseo estaba vacío, no había ningún rastro de él. Recorrió de arriba a abajo el emplazamiento —. Será gilipollas.
Decidió llamarlo, no contestaba al teléfono. Repitió esta acción varias veces pero nada.
Preguntó a la mesa más cercana a la puerta, un grupo de chicas que estaban ahí cuando ellos entraron.
—Nadie ha salido ni ha entrado, vosotros fuisteis los últimos —Bakugou se masajeó las sienes. No entendía la situación surrealista que estaba viviendo.
—¡Pelo mierda!¡Sal de una vez, esto ya no tiene gracia! —como era de esperar no hubo respuesta alguna. Cada vez su corazón palpitaba con más fuerza y su respiración se dificultaba más, por mucho que inhalaba sentía que se quedaría sin aire en cualquier momento. Las gotas se acumulaban en su frente y sus pensamientos se nublaban —¡Kirishima! Kirishima...
—Kirishima... ¡Kirishima! —se levantó de su cama rápidamente, la almohada estaba empapada de sudor al igual que su frente y espalda. Intentó calmar su respiración aún pensado en lo real que se había sentido todo.
▶Ese día no tomó importancia al sueño◀
ESTÁS LEYENDO
𝐴𝐿𝑂𝑁𝐸 | BAKUSHIMA
Hayran KurguEn los últimos días Bakugou ha estado siendo atormentado por extrañas pesadillas. Nunca había dado importancia a estos fenómenos, simplemente los ignoraba, pero, estos llamaron especialmente su atención. Todos trataban de lo mismo, todos los días so...