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La taza humeando de chocolate con leche estaba en sus carnosos labios mientras disfrutaba la luz del día en un restaurante cerca del Hotel de Busan, el dulce sabor llenó su paladar olvidando el porqué estaba allí. Bajó la taza que reemplazó al café para arrastrar su mano y mirar la hora.

—Diez minutos —dijo al observar su reloj con manecillas en la muñeca. El castaño que era de llegar tarde hacía que sus nerviosos y el miedo se acentuaran cada vez que pasaba un minuto, este sería el final. Sonrió al mesero que le trajo un pastel de chocolate, mismo que hace tiempo no comía por estar ajetreado, el momento lo ameritaba.

—Lo siento, aunque te haya invitado en la mañana, no pude evitar llegar tarde de nuevo —se sentó frente al chico que tenía la mirada en su pastel de chocolate —¿Qué tienes? — su vista se fue a esa rebanada de chocolate —Solo comes chocolate cuando estas triste...

—No es cierto también lo hago cuando estoy enojado —levantó su mirada topándose con la del alfa que le regaló una sonrisa con hoyuelos. Limpió sus labios con una servilleta aclarándose la voz —¿Por qué me llamaste para comer?

—¿No puedo hacerlo con mi amigo? —cerró la hoja de menú pidiendo lo mismo que el omega. Seokjin se veía raro y eso le empezaba a impacientar — Quería disculparme contigo... por lo de anoche —recordaba que el cuerpo del omega lo cargó y lo llevó a su habitación.

—Descuida Nam, somos amigos. No tienes que disculparte —le sonrió levemente mientras dejaba los utensilios a un lado —Me alegra que estés bien, pronto podrás encontrar a alguien...

—Si... es muy pronto aún... —sus ojos se fueron a sus gestos nerviosos y a sus labios ¿Por qué de nuevo lo estaba viendo de esa manera? Aparte que ese aroma lo estaba cautivando. Se vio observándolo con dedicación permitiéndose bajar la mirada a las hojas del menú del restaurante.

—Me tengo que ir Nam, mi chofer está afuera... —no podía decirle. No ahora.

—¿Tan pronto? —sus ojos siguieron cada movimiento, en definitiva, no quería que se fuera y más si ese pastel de chocolate representaba lo que tenía en mente.

—Lo siento, tengo que ir a Seul antes de viajar a Japón por asuntos de la empresa. Probablemente no te vea antes de irme —se levantó haciendo que el alfa se levantara de igual manera.

—Jin me estas ocultando algo, estas nervioso y tus ojos están un poco rojos...

Odiaba que lo conociera tanto como él —No es nada, me tengo que ir —se acercó al cuerpo del alfa pasando las manos alrededor de su torso y este de inmediato lo rodeado estrujándolo en un abrazo, el aroma a Café estaba muy cerca e impregnándose en su cuerpo, solo una última vez —Adiós Nam —retuvo sus emociones hasta el final quitándose después de ese breve abrazo.

—Nos vemos Jin —se separó de su cuerpo dejando ir al omega con aroma de fresas. Lo vio salir del restaurante hasta cruzar del otro lado donde estaba su chofer, no quería que se fuera, necesitaba un poco más de su abrazo, justo en ese momento una llamada entró.

—¿Hola?

—Necesitamos hablar sobre tu compromiso...

—No me casaré, el compromiso se rompió, es lo que tanto querían escuchar ¿No? —habló con cierto enojo al no haberlo apoyado.

—Lo sentimos, no pensamos que eso pasara... —su tono sonó avergonzado —Te estábamos hablando para decirte que trajeras al omega a cenar, pero... lo siento hijo. Al fin habíamos comprendido. Hablamos después de regresar de Japón...

—¿Qué hay en Japón que sea más importante que su hijo? —trató de mantener la calma y su enojo, porque en realidad nadie tenía la culpa que lo hayan engañado de esa forma.

¿Qué somos? (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora