TWO

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–Mamá, después de que acompañe a YoonGi a la estación de trenes te veo en el hospital para ir a tu consulta– dije antes de tomar las llaves y salir de mi casa.

Aquel día había llegado, la partida de YoonGi, iba a acompañarlo hasta la estación de trenes para que se fuera a comenzar su sueño.
Ahí estaba el que sería mi cuñado si YoonGi quisiera, de todas formas el se lo pierde.


–Prométeme que ya no te vas a pelear Sam– me pidió YoonGi.

–Trataré, pero si me provocan voy a responder– respondí obvia a su petición.

–Bueno, si quiera prométeme que ganarás– me revolvió el cabello y me mostró una sonrisa. De aquellas que alteraban las mariposas en mi estómago.

–Eso sin duda– dije con una sonrisa orgullosa.

–Eres imposible– me dijo mientras me abrazaba. Podía sentir su cabeza sobre la mía.

–¿No me vas a olvidar?– susurre sobre su pecho, algunas lágrimas querían salir de mis ojos.

–Ojalá, pero no podría hacerlo– me miro a los ojos, ¿El también quería llorar? El rojo de sus ojos lo delató un poco— Eres mi mejor amiga— quería separarme para verlo, pero el no me dejó, al contrario, me apretó mas a él– Estoy nervioso– dijo de repente.

–Chico, lo harás bien– dije y tomé su mano acariciando la con el pulgar, mientras lo miraba a los ojos con una sonrisa.

Contemplo nuestras manos y bajo la cabeza, aunque estuviera mirando al piso, pude ver una sonrisa y reforzó el agarre.

¿El cielo es real? Porque acaba de llegar, así como llegue, regrese a la realidad, porque sin previo aviso, y sin cuidado quito su mano de la mía.

–Es hora– dijo y se alejo de mi. Rompiendo esa utopía que habíamos creado, porque cuando estaba con el todos mis sentidos eran robados por su presencia.

Su hermano se despidió de él y tomó su tren, queda claro que en este momento una nueva etapa comenzaba para ambos, yo sin mi príncipe gruñón y el, bueno el iba rumbo a la fama.


•••



Como le prometí a mi mamá, fui con ella a su consulta, hace más de un año tenía un dolor muy constante en su cabeza, pero hasta ahora la convencí de que fuéramos a una consulta, para descartar algo.

La verdad es que tenía mucho miedo, pero traté de ser fuerte, que algo le pasara a mi mamá me tenía preocupada, ella es lo único que tengo.

Entramos en la consulta y el doctor dijo que tenía que hacerle un par de estudios.
Podía notar la preocupación de mi mamá, sabía que ella tenía algo, sabia que podría ser una enfermedad, y eso me preocupaba, bastante.

En ese momento no pude imaginar más que un futuro en el que no estuviera mi mamá, ella me sacó adelante sola, sé que he fallado en muchas cosas, y le he hecho pasar muchos corajes a causa de las peleas, pero yo sé que no hay nada que no haría por mi, ni yo por ella.

Sin darme cuenta mis ojos comenzaron a cristalizarse.

–Sammy, voy a estar bien– dijo limpiándome una lagrima.

–Ma, ambas sabemos que no– baje la mirada. El panorama no era muy prometedor.

–Tu estarás bien, eres una niña fuerte mi
cielo— acaricio mi mejilla.

–Y tú prometiste que nunca me dejarías– el primer sollozo salió de mi.

–Ahora te prometo que haré lo posible para cumplir mi promesa Sam.

–Muy bien, señora Picazo, la veré en tres días, y le daré el diagnóstico– interrumpió el doctor las palabras de mamá.

–Gracias— agradecimos por su servicio y nos dirigimos a la entrada.

Ambas salimos del hospital, mamá me invitó a comer, para según ella "levantar mi animo", yo no quería comida, yo quería a mi mamá, hasta que fuera una viejita que muriera en su cama.












Editado - 31/10/21

COMPLICATED   MYG    (LOVE BOOK 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora