Parte 1

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«Esta noche les quiero deleitar con algo más simple, quizás romántico y sensual; perfecto para los amantes».

La audiencia sonrió pero entre el público, alguien simplemente se dedicó a mirar y perderse en los labios del hermoso pianista; el espectador se trataba de un joven elegante y de facciones finas como si se trataran de porcelana costosa y pulida a la perfección.

«Le presento: "El Vals Fácil».

Los dedos largos del pianista reposaron elegantemente sobre las teclas del instrumento, de un momento a otro el silencio reinó en aquel restaurante refinado.

Do, Mi, Sol...

Sehun no sabe cuánto tiempo pasó desde que la melodía comenzó hasta que llegó a su fin, incluso volvió a la realidad cuando el pianista se levantó sonriente; agradeció por el silencio y los aplausos que retumbaron por toda la sala. Luego se perdió por el telón carmesí que probablemente llevaba al salón trasero del restaurante.

—Sehun, Cariño —una mano pasó por los cabellos del mencionado—, pareces incómodo, ¿sucedió algo? Mis padres están inquietos.

Aquella mujer se acercó más a su oído y susurró:

—Ellos piensan que no te agradan.

«Y tienen razón», quería responder Sehun pero se controló o probablemente sus padres lo matarían por estropear la primera y única reunión con sus suegros antes del casamiento.

—No es eso, solo estaba pensando un par de cosas... —se encogió de hombros y llevó la copa de vino a su boca—. No te preocupes.

Miró de pasada a los padres de su prometida y les dedicó una sonrisa más falsa que el rostro operado de su suegra.

—Si me disculpan, necesito ir al baño.

Se sentía sofocado en aquella mesa llena de mentiras, pero en realidad sus pensamientos se  basaban en el pianista. Se preguntaba cuál sería su nombre, o cuántos años tenía ya que se veía joven; incluso más que él quizás. Era realmente una pena tener que casarse a sus cortos 23 años, le frustraba pensar que no podría salir a fiestas y pasar buenos ratos con sus amigos sin compromisos de por medio; ahora con una esposa y probablemente hijos futuros se convertiría en algo que se había jurado no ser jamás: su padre.

Se situó frente al espejo y se miró unos instantes, se lavó las manos y pasó sus dedos mojados por su nuca para refrescarse. Pero una familiar voz interrumpió su momento a solas consigo mismo.

—Tu esposa es muy afortunada, tú también lo eres, ella es hermosa...

Sehun visualizó en el espejo al pianista detrás de él.

—No es mi esposa, aún.

Respondió fríamente, dándose la vuelta en el acto para quedar cara a cara.

—Adivino entonces —hizo una mueca pensativa—, matrimonio arreglado, ¿es así?

Touché —sonrió irónico, cambiando el desagradable tema al instante—. Apareciste de la nada, casi me matas del susto.

El músico levantó las cejas pero al momento de chocar miradas, posó la vista en la puerta del baño; debido a que realmente los ojos oscuros y profundos de Sehun eran capaces de ponerlo nervioso a tal punto de no soportar el contacto visual.

—Digamos que, te vi venir al baño y te seguí —suspiró— no creas que soy un acosador, es solo que llamaste mi atención porque no me aplaudiste, ¿no te gustó la pieza?

—Oh, tienes razón; no aplaudí. Pero el motivo fue que —cortó sus palabras un instante y tragó en seco, decir o no decir la verdad—. Pensé mucho en ti y en lo bien que te veías, solo eso.

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2019 ⏰

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