SIX

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–¿Pueden callar esa alarma?– dije molesta.

–Sam, despertaste, ¿Como te sientes nena?

Reconocí esa voz, pero no lo podía creer.

–¿Señora Min?– pregunté en cuanto abrí los ojos.

–Tranquila nena, no hagas esfuerzo, llamaré al doctor– se levantó y salió.

De pronto un hombre con bata blanca entró en la habitación.

–¿Samantha Picazo?– revisó su expediente.

–¿Si?– dije con la poca fuerza que tenía.

–¿Cómo está doctor?– dijo la señora Min.

–Pues después del lavado de estómago, podrá salir en dos días, en esta semana que estuvo en el hospital pudo recuperarse muy bien.

–¿Y que va a pasar con ella?– preguntó la señora Min.

–La vamos a canalizar al área de psicología para tratar su adicción.

–Está bien, muchas gracias doctor– dijo la señora Min.

–¿Por que no nos dijiste nada?– volvió a mi, aquí viene el bombardeo.
–¿Sobre que?

–Sobre tu novio, la policía ya lo detuvo por agresión, los médicos vieron los golpes e indicios de abusos sexual.

–Lo sé, en verdad creí que me amaba, después de que me destruyo a mi y a mi bebé me di cuenta que no– mi voz se iba rompiendo.

–¿Tu bebé?– dijo la señora Min con lágrimas en los ojos.

–No creí que fuera tan peligroso.

–¿Estuviste embarazada?– me preguntó aterrada.

–Si– dije intentando reprimir mis lágrimas.
–¿Cuanto tenias?

–Tres meses, yo creí que dándole un bebé a Min Ho volvería a ser el mismo chico tierno y atento de antes, pero no pasó– una lágrima cayó por mi mejilla.

–Llamaré a YoonGi para que venga de inmediato– tomó su teléfono.

–No, no, no señora Min, por favor– unas lágrimas comenzaban a salir– no quiero que se decepcione de mi, no le llame, el no puede saber nada, por favor.

–Está bien pequeña, tranquila, no lo haré– dijo mientras acariciaba mi cabeza.

–Ayúdeme, ayúdeme por favor, ya no quiero seguir fumando ni tomando, ya no quiero seguir con esto– tomé su mano desesperadamente.

–Claro que si, te vamos a ayudar, eres fuerte igual que tú madre, saldrás de esta y de muchas más, sé que la Sam testaruda, necia y fuerte sigue ahí adentro– me dio una sonrisa.

–Gracias señora Min, muchas gracias.

Mis terapias comenzaron una vez que estuve mejor.
Me mudé con la familia Min, me trataban como a una niña pequeña, decían que era la princesa de la casa.

Continué mi vida como debía ser, una chica de 17 años sin adiciones ni peleas, en el psicólogo atendieron ese problema de agresividad que tenía.

Mis calificaciones subieron gracias a la ayuda de mis segundos padres, nunca podrían sustituir a mi madre, pero sin duda hacían un gran trabajo.

Volví a ser la chica que veía los Simpson, comía dulces de todo tipo y escuchaba música rara.

Deje las peleas y el alcohol, comía muchas paletas al día para evitar la tentación del cigarro.

Ya tenía por fin 18, en México ya sería mayor de edad.
Por fin tenía mi vida recuperada, mis calificaciones e incluso mi vida social, no como para decir que tenía amigas, pero ya me llevaba mejor con la chicas, aún que en definitivo tenía mejores amigos me llevaba mejor con los hombres.

Gracias a estar en psicología me enamoré de esta profesión y el cómo ponían empeño para ayudar a los pacientes a mejorar.

Por eso decidí que estudiaría psicología.

COMPLICATED   MYG    (LOVE BOOK 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora