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Le sostuvo la mirada lo que le fue necesario para entender que a donde ese chico iría, el sin dudarlo lo seguiría, que el haría lo que le pidiera, que incluso moriría por el si así lo necesitaba, porque ya no se trataba de solo ayudarlo a encontrarlo, si no que ahora había una razón más convincente, más real, más importante.

Se había enamorado.

- ¿Y bien? - pregunto el castaño arrugando su ceño, estaba cansado, fatigado de caminar, de correr, de trepar, de hablar, de pelear y no encontrar a Jordan por ningún lado, necesitaba encontrarlo, saber que estaba bien, que seguía con vida.

Habían pasado por tantas cosas, el secuestro de Jordan lo había afectado en demasía, estaban por casarse, inclusive portaba en su dedo anular derecha el anillo que le entrego de su madre con el permiso de su papa, pero esa noche, esa precisa noche habían entrado a la fuerza mientras celebraban en la cocina un par de hombres, ropa total negra, sus rostros demacrados con cicatrices, y una sonrisa que le heló el cuerpo cuando dijeron "Hola Jordan".

Todo había pasado tan rápido, grito he hizo lo que pudo para evitarlo, pero Jordan lo miro con ternura y solo se inclinó donde permanecía en el suelo, una herida en su mejilla que goteaba sangre, pero eso no le importaba tanto, si no sus lágrimas, esas pequeñas gotas que manchaban su rostro entristecido.

- No te preocupes Stiles, todo estará bien - le sonrió como cuando tuvo que marcharse a Nueva York por una misión, pero el castaño sabía que había algo diferente esta vez y era que no regresaría - Cuídate mucho por favor, no me perdonare si algo te pasa - acaricio su mejilla para después apartarse de su lado, sin beso, sin un adiós, solo marchándose dejando un vació en su corazón.

- A donde tu vayas yo iré - contesto el de ojos verdes convencido de que esta vez algo más les esperaba, que esta vez probablemente si los encontrarían, esta vez sí tendría que luchar por Stiles.

El cómo Derek se enamoró del chico era un misterio, siquiera lo conocía antes de eso, no sabía su nombre, donde vivía o el porqué lo observo detenidamente cuando entro al bar de Beacon Hills aquella noche con su mirada asustadiza, pero con su ceño completamente serio.

- ¡Derek Hale! - lo escucho gritar su nombre desde la entrada, un par de chicos lo miraron y siguieron en lo suyo en la barra, él se encontraba en el fondo, una mesa apartada donde sabia nadie lo encontraría, tomaba una cerveza cuando escucho una vez más su nombre - ¡Derek Hale sé que estas aquí! - Sonrió de lado al ver el valor del chico.

Fue entonces que una chica se aproximó al castaño y le señalo la mesa donde se encontraba, este asintió y comenzó a caminar a él, decidido y sin apartar la mirada de él.

- Derek Hale - repitió delante.

- No - respondió simplemente dando un sorbo más a su cerveza.

- Sé que eres tu - afirmo.

- ¿Porque una chica del bar te lo dijo? - señalo a la joven.

- No, porque me dijeron que eras el que siempre estaba aislado de todos - confirmo al dejar sobre la mesa un dije de su familia.

Este se acercó más a la mesa y lo tomo entre sus dedos.

- ¿Dónde lo conseguiste? - pregunto.

- ¿Interesa? - contesto.

El lobo lo miro con su mirada seria y su mandíbula ejerciendo una fuerza impresionante.

- ¿Qué quieres niño?, ¿No deberías estar en tu casa a esta hora?

Sonrió con desagrado tomando asiento en la mesa

- Necesito de tu ayuda - soltó sin mas

- ¿Mi ayuda? - se señaló sonriente mientras dejaba la cerveza vacía en la mesa - ¿Para que necesitaría mi ayuda un chico como tú?

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