"El día comienza, apenas estoy despierta,
Y vuelvo a pensar en ti..."
Habían pasado tres días desde que nos habíamos despedido, no es que lo supiera porque estaba contando las horas. Porque no las estaba contando, tenía muchas cosas que hacer. El que supiera que con hoy serían tres días con 8 horas era uno de los tantos misterios de la vida.
Gracias a Mark y a todos los datos que me había dado de Nueva York mi curiosidad por saber que me esperaba de la ciudad venció mi miedo a salir de casa. Mi rutina se convirtió en visitar la ciudad por las mañanas y por las tardes ayudar a Cecilia con la bebe mientras ella trabajaba. En la noche veía películas de Netflix con Puma, o leía Romeo y Julieta.
Me había inscrito en un Free tour que había encontrado en una página de internet, comprendía visitar los tres museos más famosos de Nueva York. Llegué un poco tarde, como siempre, pero felizmente el grupo no se había ido.
El primer lugar que visitamos fue "El Moma", el Museo de Arte Moderno. Era increíble todo el edificio. Siempre había pensado que era una amadora del arte y la fotografía pero luego de tres pisos en los que tenía muy poco tiempo para ver las pinturas, me cansé.
-No sé quién la apura- dijo una señora mayor que estaba en mi grupo acercándose.
-Lo sé- le respondí- Creo que comienzo a marearme- dije riendo.
La disposición del museo era un poco desordenada, ya que los pasillos parecían moverse de un lado a otro y el recorrido era muy vertical.
Me hice rápidamente amiga de Meredith, era una señora amable de 70 años que había llegado a Nueva York a visitar a su hijo y sus nietos. Me había mostrado las fotos de su familia y de su casa, y hasta me invitó a cenar con ellos un día.
-¿Estás casada linda?- me preguntó.
-No, para nada- le dije sonriendo mientras seguíamos a la guía.
Luego vinieron las pinturas más famosas en las que el guía no explicó mucho, y aunque el tour daba mucho por desear podía reconocer que el lugar tenía cierto magnetismo único.
-¿No buscas a alguien?- dijo deteniéndose Meredith ante la pintura que estaba buscando.
-Yo creo que solo estoy dejando que pasé lo que deba pasar con mi vida- dije observando la "Noche estrellada" de Van Gogh. Era hermosa con los colores acuarela azules, celestes y la luna con las estrellas brillantes contrastando la noche.
-"Mirar a las estrellas siempre me pone a soñar"- dijo Meredith de pronto- Me hace comprobar en lo efímero que puede llegar hacer todo. No esperes mucho niña, si hay algo que he aprendido es que si no te mueves no avanzas, terminas en un sanatorio un poco loco como los artistas, consumido por tus propias penas- me dijo pasando una mano por mi brazo, apoyándose en mí.
Al terminar, nos llevaron a un jardín donde se exponían esculturas, con pequeños estanques con sillas que hicieron la visita agradable, dándonos un descanso a todo el ajetreo. Nos sentamos con Meredith y sonreímos alegres. Me prometí volver y recorrerlo con más tiempo.
-Creo que después del segundo Museo iré a casa- me comentó.
-¿No se queda hasta el final?
-Mis pies no aguantan. Además tengo una cita- me dijo con rostro travieso.
-¿Una cita?- dije sorprendida.
-Hay, niña. No soy tan vieja como parezco. Nunca es tarde para el amor- dijo levantándose y guiñando un ojo.- Está ahí afuera esperando y he decidido ir a buscarlo.
El segundo lugar al que nos llevaron fue "El Museo Metropolitano del Arte". Ese lugar había estado en mi lista de Pinterest por un largo tiempo. Las galerías de arte egipcio llamaron mucho mi atención, como las de arte precolombino. Tomé tantas fotos que la batería de mi cámara se agotó, así que me dediqué a escuchar a la guía y a tomar fotos mentales de todo.
Después me despedí de Meredith y cambiamos datos para volver a vernos. En tan poco tiempo me había encariñado con ella, era una persona muy sabia y directa.
-Niña, ya sabes. Vive cada capítulo de tu vida, nunca es tarde para aprender, para viajar o para enamorarse– dijo despidiéndose con un abrazo.
Por último, llegamos al Museo Guggenheim, lo había visto en un montón de películas, con un exterior que había marcado tendencia a mediados del siglo XX según escuché decir, era asombrosa e imponente su arquitectura.
Estuve un buen rato mirando el lugar que olvidé a mi grupo. Cuando desperté de mi ensoñación, no los pude encontrar. La desesperación por un momento fluyó en mí, ¿Cómo iba a regresar a casa? Me imaginé a Puma maullando en la ventana esperando que vuelva, seguro que Cecilia emprendería una larga búsqueda por mí pero luego la policía la convencería que era inútil prolongar todo.
Miré los alrededores y el pánico de perderme se hizo muy fuerte ¿Y si era raptada por unos secuestradores con dientes de oro y me obligaban a cantar canciones antiguas en la estación de un tren por el resto de mi vida? ¿Y si nunca veía de nuevo a Mark? No era un buen momento para recordarlo, pensé en esas oraciones finales que habíamos dicho citando a Shakespeare. ¿Por qué no había especificado cuándo nos veríamos? Él había dicho "Ya estaremos en contacto" ¿Qué significaba eso? ¿Qué él me llamaría? ¿O qué esperaba que yo lo llamará? ¿Y si le escribía un mensaje y me dejaba en visto por siempre? ¡Qué difícil era todo esto! Seguro se había olvidado de mí. De todas maneras ya nunca lo vería, ya imaginaba el titular del día siguiente "Joven extranjera perdida en...". Cuando de repente mi celular empezó a sonar.
-¿Hola?- contesté con temor.
-Hey- la voz en el otro extremo de la línea fue profunda y varonil-¿Dani?
-No podía responder. Conocía esa voz y de nuevo me había quedado muda - Daniela, soy Mark ¿Dani?- ¡Era su voz! y estaba pronunciando mi nombre. No podía creerlo ¡Había llamado! Quizás todavía no había despertado y me encontraba con Puma encima de mi cama.
-¿Estás ahí?- preguntó dudoso de nuevo- ¿Dani?- Tenía que hablar, esta era la oportunidad que había esperado. ¿Qué podía perder?
-¿Aló?- respondí.
ESTÁS LEYENDO
La Primera Vez en Nuestras Vidas © TERMINADA
RomanceDaniela está cansada de su monótona vida. Planea pasar unas emocionantes vacaciones de verano en Nueva York con su gato llamado "Puma", sin esperar que no todo siempre sale como uno piensa y puedes encontrar el amor en la persona que menos esperas...