ArthurxCatalina

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-Vea idiota, si yo quiero tomar café hasta el día de mi muerte voy a hacerlo ¿comprendes?- la furiosa mujer tomó de su tasa de café mirando ceñuda al mayor.

-Solo digo que el té supera por mucho a esa agua con tierra- el tono despectivo del inglés hizo que esta se enojar a mucho empezando a lanzarle  miradas de profundo odio.

-El café colombiano es lo mejor que existe, retira tus palabras, hijueputa- Cata se acomoda en su asiento mirando mal al contrario.

-Ni lo sueñes, niña-responde cortante el cejon.

Ambos trabajaban en un mini super como cajeros y desde el momento que supieron sus diferencias sobre cuál es la mejor bebida empezó aquella batalla de comentarios hirientes.

Esa noche ambos hacían el turno nocturno muy aburridos ya que hacia rato que ningún cliente entraba al lugar. Ambos decidieron ignorarse mientras revisaban cada cierto tiempo su teléfono o miraban a la desolada carretera esperando que alguien se apareciera en algún momento por esta. Pero nadie entraba , la noche seguía avanzando y al silencio embarga el lugar en un aura algo tétrica.

-Creo que ya es hora de cerrar- comenta el rubio y la colombiana solo lo sigue ayudándolo a cerrar la puerta del local. Ambos caminaron al estacionamiento dejando distancia el uno con el otro para subirse a sus respectivos autos. Cuando Arthur abrió el suyo recordó que había dejando su celular sobre el mostrador así que volvió corriendo para buscarlo. La castaña solamente iba a irse cuando noto algo ciertamente extraño en el auto azul opaco del hombre, se acercó a pasos apurados mirando que él todavía estuviera dentro de la tienda y a la vez notando como el vehículo se movía como si hubiera algo adentro. "estúpido Arthur dejando a su perro en el maletero" pensó furiosa .

-¡Dios mio!- soltó un grito ahogado cuando abrió el maletero y se encontró con el cuerpo moribundo de Pedro, uno de sus pretendientes y el cual no había visto desde hace semanas. Tomo su celular para llamar la policía pero era muy tarde, Arthur había salido de la tienda y al ver esa escena no tardó en correr por la colombiana.

Catalina le lanzaba golpes y mordiscos al inglés que luchaba por someterla. Pedro se arrastraba intentando salir de aquel claustrofóbico lugar, al final de un fuerte golpe en la cabeza Arthur dejó inconsciente a la mujer. Puso su cuerpo sobre su hombro y tomando un arma que estaba en el haciendo del conductor disparo a la cabeza del mexicano.

-Tendrías que irte, cata. Mi plan estaba casi completo, pero tú nunca estás de acuerdo conmigo - le dijo al cuerpo inconsciente de la mujer mientras arrancaba el auto rumbo a algún lugar donde jamás los encontrarán.

Espías, Acosadores, Asesinos Y Otros Locos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora