Jeon Jungkook.
Estaba un poco desesperado por la gran hablada de mi padre por hacer que Mia renunciara, no sabía que su padre había muerto, de verdad no lo sabía. Me sentí un poco culpable, demasiado diría yo, mientras seguía gritandome, mi cabeza estaba agachada, y pude notar que en fondo del sillón había una especie de algodón blanco, y lentamente me acerque a esta.
Era el gorro de Mia, esa vez que por última vez vino a mi casa lo tenía puesto, lo tomé con mis manos, y lentamente me acerqué para oler. Tenía una fragancia exquisita, con olor igual al de su brillo que siempre lo suele tener en sus labios. Mi padre seguía regañando, pero el sonido de la puerta lo hizo detenerse.
Lina se acercó para abrir la puerta, y frunci el ceño al escuchar el nombre de aquella persona que había tocado la puerta. Mi padre amablemente le hizo entrar a casa, y mi vista se fue a su gorro, y automáticamente lo escondí en mi espalda, viendo como entraba a mi casa.
Papá la trato con tanta amabilidad, no logré escuchar muy bien lo que le había dicho, pero pude notar su cara de sorpresa, y un poco aturdida.
—Uhm, gracias. —susurró, y note como poco a poco su mirada se apagó. Se acercó más a los sillones de mi sala, y mi padre le invitó a sentarse, mientras yo seguía de pie, mirándola.
—Mia; ¿con quién estás viviendo en este momento? —mi padre la trataba tan bien.
—Ehm, pues.—Mia miro por todos lados—con nadie.
Mis ojos se expandieron, y sentí un poco de tristeza en mi corazón. —¿Nadie?
Ella asentó, y bajo la mirada, con su nariz, mejillas rojizas.
—Vivía con mi padre; mi mamá, no se donde esta.. pero ya mismo vendrá.. creo. —sonrió muy fingido.
—Se que no nos conoces, pero hasta que tu mamá aparezca, puedes vivir aquí. —me sorprendió mucho que dijera eso mi Padre—La casa es grande, tendrás techo, y comida; no te preocupes, ya habrá otra persona que se encargué del mantenimiento.
Mia estaba paralizada, y de repente en su rostro se formó un sonrisa, haciendo notar sus dientes, y su brillo, que de costumbre lo usa.
—G-gracias pero..
—Acepta. —mi padre le interrumpió—yo ni pasó en casa, tu habitación será el de huéspedes y tendrás la compañía de Jungkook, serán grandes amigos. —
¿Amigos? Es un accidente andante, siempre tropieza, se cae, y quiere que sea su amigo. ¡Jaj! Ni en sueños.
Mia frunció el ceño, y regresó a verme, rodee los ojos, y esquive su mirada.—Está bien, acepto. —pensé que viéndole de esa forma, no aceptará, pero aún así lo hizo.
Ambos estaban agradecidos, mientras yo estaba frustrado. Mi padre se había ido a trabajar, dejándonos solos a ella y a mi, pero no quería verle, entonces di unos dos pasos, y salí del lugar, pero un fuerte llamado me detuvo.
—¡Hey! —gritó.
—¿Qué? —voltee a verle—Al parecer tendré que ver tu horrible cara todos lo días.—frunció su cara haciendo un puchero, muy gracioso.
—Jaja, mejor dame.
—¿Te doy que? —alcé una parte de mi labio.
—Tienes algo mio Jungkook. —sonrió.
—¿Estás loca yo no..
—¡Mi gorro! —su mirada se plasmó en mis manos, que inconscientemente tenían aquel gorro que la chica reclamaba.
—¡Ah! Pensé que era basura. —lo coloque en la cabeza, y reí por cómo su cabello se despeino.
—Idiota. —susurro.
Subí lentamente las escaleras, y viendo como Mia se quedaba en la sala, viendo cada paso que doy. Sonreí y me dirigí a mi habitación.
Y cerré de un golpe la puerta. La verdad no me molestaba que se quedara, en realidad nunca paso en casa, solo entrenando, o en juegos con Jimin, por eso no me preocupa tanto que este aquí Mia.
Mi cuerpo estaba relajandose en mi cómoda cama, y revisé mi celular, y una no muy grande sonrisa se había formado al ver el mensaje que llegó al ya antes mencionado.
“K. Hanna.
Precioso, mañana te veo en el entrenamiento
besos.”Sonreí, aquella vez que Hanna aceptó ser mi novia, gracias a la invitación que le hice, todo había cambiado un poco, le respondí amablemente y apague mi celular, intentando descansar un poco, pero el ruido de la bañera de alado me a tormento. Supuse que Mia estaba bañándose, pero de repente escuché un ¡Aay! Y esa voz era muy reconocida. Un impulso me atacó, y velozmente corrí hacia ella.
Saliendo de mi habitación, y entrando a la habitación donde Mia se encontraba, camine hacia la bañera, y la vi en la tina de baño, con ropa, sus piernas elevadas, y su cabeza estaba al revés. No pude evitar reír, y carcajadas salen de mi boca.
—Qué distraída. —sonreí de oreja a oreja, sin parar las carcajadas. —¡Ayúdame!
Negué con la cabeza, y después accedí, extendí mis manos, para lentamente tomar de su cintura, y girarla, estaba empapada, y su cabello se torno un poco chino. Ya era más fácil levantarle, mi pierna se alzó, para logar el objetivo. Pero la intención se desvanece, y caí exactamente encima de ella, el agua caía en nuestras caras, su cara estaba helada, y su nariz rojiza. Y en ese instante, mi mente quedó en blanco, viéndola. Para ser precisos, no es fea. Es bastante hermosa, demasiado. Sus ojos claros, y sus mejillas con un poco de pecas, sus labios eran rosas, con su radiante brillo. Su presencia cerca de mi, hizo que trague duro, y despertara.
Sacudi mi cabeza, y aumente un poco de fuerza en mis brazos, para levantarme, y después levantarle. Y así fue, salí primero yo de la bañera, quería ver su cara, pero mi camisa me incómodoba, y decidí quitarmela. Después de unos segundos, Mia salió, con una toalla, temblando un poco, con su cabello aún chino, y sus labios rojos. Me observó de pies a caneza, y sus mejillas se tornaron rojas, y eso provocó que riera. ¿Qué habrá pensado?
—Puedes irte, quiero cambiarme. —aún seguía sonrojada, y no podía verme a los ojos.
—Es mi casa, pero me voy, a menos que también necesites ayuda para eso.
—¡Largo!
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Je t'ai enfin trouvé. (Jungkook)
Fiksi PenggemarKang Mia; una dulce chica con un gran corazón, y un gran amigo; su mejor amigo. Muchos de las personas cercanas a ella, le ayudan a salir adelante, por la quiebra repentina de su padre. Mia toma varias decisiones a lo largo de su vida. Encontrándose...