Extra 3. (Final)

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Entrando en una estación de tren, se podía ver a un contrariado y hermoso joven de pelo castaño, con un porta trajes y un pequeño ramo de rosas. No entendía por qué tenía que ir a ese estúpido evento, con el estúpido amigo de su estúpido hermano mayor.
De acuerdo que el gran y único Usami Akihiko, ganador más joven del premio Naomori de literatura era su tutor, también que en ese evento podría conocer personalidades del mundo de la edición, pero no entendía por qué él, Misaki Takahashi tenía que acompañar a ese insufrible hombre a esa fiesta por recibir un nuevo premio.

Con un suspiro resignado, Misaki se puso en la cola para pagar el ticket del tren. Sólo había un hombre delante, así que sería rápido... O eso pensó Misaki, antes de comprobar que el hombre de delante no hacía el más mínimo amago de pagar y mucho menos de moverse. ¿Acaso estaba miope y no podía ver los precios? o... ¿Sería posible que ese hombre no supiera usar el tren?
Misaki miró furtivamente al hombre que tenía ante sí.
Alto, pelo castaño oscuro, traje elegante de marca, zapatos brillantes, gafas con una fina montura... Gritaba adinerado por los cuatro costados.

- Disculpe señor - dijo finamente armándose de valor y tocando el hombro de quien tenía delante - ¿quiere que le ayude?

El hombre se quitó frustrado los lentes dejando ver unos intensos ojos marrones oscuros y fijó la vista en los verdes ojos de Misaki, conectando las miradas.
Ambos quedaron hechizados, sin poder apartar la vista el uno del otro.
Casi podía sentirse electricidad fluyendo entre ellos, como si simplemente una chispa pudiera hacerlos arder.
La luz de los fluorescentes de la estación comenzó a fallar, causando un parpadeo extraño. Se escuchó un trueno lejano, aunque afuera hacía un día soleado y el suelo pareció temblar levemente.

- Mi...mi nombre es Misaki - dijo el joven acercándose más al mayor - disculpe, pero ¿es posible que le haya visto en otro lugar?

- Encantado Misaki, mi nombre es Haruhiko - dijo el hombre de traje, colocándose de nuevo sus gafas y ofreciendo su mano a Misaki para saludarse.

Cuando Misaki estrechó la mano de Haruhiko, un estremecimiento les recorrió todo el cuerpo y sus mentes se vieron inundadas por un montón de imágenes...el fondo del océano...hombres armados en trajes de negro...una caverna húmeda y lúgubre...un joven rubio de ojos azules...una mujer de pelo negro y rostro cetrino...un hombre de largos cabellos negros...nuevamente imágenes del fondo del océano...un atractivo hombre japonés de ojos dorados...un hermoso joven pelirrojo de ojos azules...un cuchillo...una luz blanca cegadora...

Misaki y Haruhiko, aún tomados de la mano se miraron con reconocimiento antes de fundirse en un abrazo.

- Ryu... - susurró el lindo joven castaño.

- Soren...mi Soren... - dijo el mayor.

Ambos se miraron sonriendo y salieron de la estación abrazados fuertemente.

Una bella mujer de cabellos largos y blancos los miraba desde lejos con una sonrisa satisfecha.

- Merlinda, hija - llamó una dulce voz en su cabeza.

- Madre Destino - susurró Merlinda.

- Hija mía, ¿por qué has interferido en la vida de esos humanos? ¿Acaso no sabes que está prohibido manipular su libre albedrío? Esas dos almas no deberían haber recordado su vida pasada.

- Madre Destino, lo siento pero no podía dejar que esas almas destinadas no se reencontraran en esta vida. Ya sufrieron mucho a causa de mi hermana...era mi deber unirlos.

- ¿Aún si por tus acciones debes ser castigada?

Merlinda ensanchó aún más su sonrisa.

- Incluso si desaparezco de este mundo, no me arrepiento de lo que he hecho.

El Tritón del Yakuza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora