Decir que nada, absolutamente nada había salido según lo planeado ya no era novedad. Y es que para el joven empresario no hubo más sueño después de todo lo ocurrido.
Eran las 4 de la mañana y él estaba sintiéndose un estúpido por pensar en las palabras de Wonho y en aquellos dos chicos, sentado en el sofá de la lujosa habitación que no había tenido tiempo de disfrutar.
No sabía qué más hacer. Ya había hecho todo que podría hacer estando solo, bueno casi todo. Había jugado en el celular, había visto sus redes sociales, había limpiado un poco, se había duchado, incluso ya estaba vestido para lo que sea que los chicos quisieran hacer en la mañana.
Debía admitir que en todas esas horas sin sueño, esos chicos lo habían atormentado apareciendo en sus pensamientos una y otra vez con sus daños físicos. Sabía que debía compensarles así que esperó por ellos literalmente en el sofá, así que cuando ellos se despertaron y vieron aquella extraña imagen de su jefe viendo a la nada, totalmente vestido para salir y sentado en el sofá sabrá Dios desde qué horas, se preocuparon.
Se miraron entre sí con extrañeza y aunque eran rivales en lo que aseguraban que era una pelea, avanzaron al mismo tiempo hacia él, haciendo algunos movimientos con la mano en busca de alguna reacción de su parte.
— Está raro... —susurró el menor a su rival.
Minhyuk asintió.
— ¿Crees que esté despierto? —respondió de igual manera mientras lo veía seriamente preocupado— ni siquiera sé si tiene los ojos abiertos, con él no hay diferencia.
— ¿Siquiera está vivo? —preguntó Changkyun tocando su frente con la punta de su tembloroso dedo índice.
En ese momento Jooheon reaccionó de su distracción profunda como consecuencia de dormir en el tiempo equivocado y no descansar cuando debería. Entonces al recibir su mirada, ambos se asustaron y se abrazaron como si quisieran esconderse dentro del otro.
— ¡Chicos! —dijo con un extraño entusiasmo— quiero compensar lo de ayer, así que hoy iremos a cualquier sitio de la isla que gusten... —ambos fruncieron el ceño ante el comentario y la espléndida sonrisa que estaban recibiendo— no se preocupen, esto no es nada relacionado con el trabajo, hoy no somos jefe y empleados, hoy somos amigos por igual.
Esperó que su noticia provocara una gran reacción de emoción en los chicos, sin embargo, cuando acabó de hablar, ellos le respondieron con un silencio que horas más tarde se traducía en algarabía al verse juntos en el mejor centro comercial del lugar comprando a diestra y siniestra con la tarjeta de su jefe quien simplemente los seguía, cargando un par de bolsas que no sabía cuando había recibido.
Definitivamente aquello no era lo que tenía en mente cuando pensó en una compensación o en una salida de amigos. Se esperaba un Spa, unas copas, los bolos, la playa, cualquier jodida cosa menos eso.
¿Por qué nadie de sus allegados podía ser normal y hacer las cosas que hace la gente normal cuando están de viaje?
Wonho comía ramen hasta por los codos aún si estaba en la playa, lo cual no tenía sentido porque hacía justamente eso estando en la oficina y estaba casi seguro de que también hacía lo mismo en su casa. Entonces, ¿cuál era el objetivo de viajar? ¿Cambiar el fondo?
Ya un poco frustrado suspiró, se sentó en una banca y los miró de lejos mientras ingresaban a todas y cada una de las tiendas que habían. Pues para ser gente que no se ponía de acuerdo en nada, se miraban bastante de acuerdo en andar por ahí comprando y gastando su dinero sin piedad alguna. Estaba pensando seriamente en llamar al banco y reportar esa tarjeta como extraviada.
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¡Elígeme a mí!
FanfictionTodo inició con aquel mensaje enviado desde el correo de su jefe, entonces el juego comenzó. Era una competencia y alguno debía ganar.