¿Que haces cuando tu mejor amiga se tira de un puente? La respuesta correcta sería saber nadar, pero infortunadamente no se nadar y tampoco mi mejor amiga.
Ver a alguien morir frente a tus ojos es como asesinar, no es placentero o extravagantes, no es caótico o problemático es solo la muerte.
—Por favor, Jenny ¡No lo hagas! —Le grité, pero ella no reaccionaba, creo que ya estaba muerta y por mas que gritará era inútil.
—¡Jenny! ¡Jenny! —Las lágrimas corrían por mis ojos y parecía que de mis ojos salía el mar.
—¡Jenny! ¡Quiero ir a casa! ¡Tengo miedo! —Ojala aquellas súplicas hubiesen sido suficiente para persuadirla, pero no lo hicieron.
PUEDES TENER PAZ EN LA TORMENTA.
Me levanté otra vez rumbo a la escuela, rumbo a mi calvario, rumbo al octavo grado simplemente para sentarme por poco mas de ocho horas y ver el día pasar frente a mis ojos mientras los profesores dan sus clases y los cerebritos anotan sin parar cada una de las inmundas palabras que salen de sus bocas.
—James… hola ¿estás prestando atención? estamos en clase —La profesora de literatura me reprende y me mira de forma reprobatoria. —No me he ido, estoy aquí —Esa fue mi respuesta al semejante acto insolencia de aquella profesora.
Mi vida ya es lo bastante díficil cómo para tener que escuchar a una solterona de cuarenta deletrearme el abecedario y fastidiarme por tomar una siesta de quince minutos. Los zapatos me aprietan y creo que el día es el correcto para dormir, no hace ni tanto calor ni tanto frío es un día fresco y creo que puedo aferrarme a eso.
—¡James! ¡Despierta! —De nuevo la solterona me irrita y no me deja dormir, así le respondí.—Preferiría cortarme las venas enfrente de un vampiro y desangrarme hasta morir a tener que seguir escuchando su fastidiosa voz de solterona ¿Entiende? —La solterona no sabía que hacer o que decir cuando le dije eso.
Pase una media hora esperando a que el director pudiera atenderme y también para aprender de mis errores y ser reprendido por la solterona unos veinte minutos más.
Cuando la solterona regreso a su itinerario y yo terminé sentado en una banca a las afueras de la oficina del director de repente llegó otra chica y me miró, ella se veía muy callada y solitaria tenía el pelo pintado de blanco y el olor que emanaba de ella no era especialmente bueno. Parecía estar perdida en el momento y un poco descompuesta. Era algo realmente extraño, era terrible poder sentir la tristeza de alguien simplemente con ver a esa persona. Eso daba lástima.La pequeña chica me miraba intensamente y yo no sabía cómo reaccionar simplemente me sentía incómodo por su mirada y bajaba la vista cada vez que se asomaba hasta que de la dirección salió mi nombre y me puse en marcha hacia allá. Cuando ves a alguien que se ve así de miserable es algo que te conmueve, algo que solo tu puedes descifrar porque el sentir compasión por otros es algo extraño, es casi perverso. A nadie le importa que un vagabundo se mojé cuando llueve, por no tener a donde refugiarse. Sí la gente en realidad tuviese ese chip que los hiciera compadecerse entonces todos los vagabundos vivirían en mansiones y no en la calle donde se reducen a escoria humana.
Es tan fácil reírse, pero aún más fácil llorar y es tan fácil que lo hacen hasta de a mentiras. Malditos sádicos trogloditas, no les importa el dolor humano o el sufrimiento del prójimo son unos malditos cuervos.
Cuando entré a la dirección le pregunté al director —¿Qué le pasa a la chica? —El director me miró y arqueó una ceja a seña de incredulidad.
—¿De que niña me hablas? Jimmy. —Me respondió y yo seguí insistiendo diciendo —La chica que esta sentada afuera de la oficina que huele mal —El director me miró con incredulidad otra vez y procedió a llamarme la atención.
—Voy a tener que pedirte que le des esta nota a tu madre y la traigas el próximo lunes para hablar con ella. —Me dijo el director mientras yo estaba sentado serio y con mi cabeza con un solo pensamiento; aquella chica.
Salí de la oficina y de reojo vi a la chica, y estaba acompañada por su madre que parecía haber llegado recientemente, se veía bastante agitada y en su frente habían pequeñas gotas de agua.