Vulnera Sanentur [REMUS LUPIN-OC / LILY-JAMES]

Capítulo 9

- ¡Buenos días! ¿Qué tal? - pregunta con efusividad Rachel al salir de la ducha. Eran las siete y media de la mañana de un nuevo lunes. Cadence responde emitiendo un sonido gutural – Cuánto ánimo...- bromeó.

- No quiero ir a clase, qué martirio... - respondió al fin con voz ronca.

- Ni que lo digas, chica. Vivimos nada más que para sufrir – ambas ríen.

Ha cambiado tanto...

Desde que tuvieron aquella conversación en la habitación, Rachel se mostraba de otra manera, al menos con ella. Al principio Cadence reaccionó alarmada por tal cambio pero al cabo de poco se fue dando cuenta de que aquella faceta que estaba mostrando no era otra que la verdadera Rachel. No sabía el motivo, quizá algún día se atreviera a preguntar, pero la verdad era que le gustaba mucho más que la de antes. Dramáticamente divertida, con ingenio, solícita a escuchar y con un punto macabro y rudo a la hora de hablar y reaccionar a las situaciones, así era Rachel. Y Cadence se tronchaba, porqué ella en cierta manera también era así cuando estaba estresada.

Andaban riéndose de sus propias tonterías. Estaban de camino al Gran Comedor y los alumnos se giraban quedándoselas mirando. Pero no les importaba, al menos Cadence.

- Lo veo, lo estoy viendo, toda mi reputación de madura se está yendo al garete... - comentó mirando con cierto temor a su alrededor. Cadence chasqueó la lengua, divertida.

- Culpa tuya – canturreó.

- ¡Serás...! No he sido yo quién ha empezado a hacer el ganso.

- ¿Ah, no? - preguntó la aludida con voz rara. Rieron sin poder parar.

Remus se quedó perplejo viendo lo que estaba pasando. Rachel y Cadence entraban al Gran Comedor riendo sin mesura en medio de un ataque de risa, poniendo caras raras. Sonrió casi riendo sorprendido por esa faceta nueva de ambas. Sabía que Cadence era muy de la broma pero, ¿y Rachel?. Parecía que realmente las aguas volvieron a su cauce. Siguió desayunando.

- ¿Nos vamos? - oyó que le decían sobresaltándolo 

- ¡Cadence...! No te vi llegar.

- Obviamente, me cuidé de que no lo hicieras – arrugó la nariz. Se veía graciosamente adorable. Iba acompañada de Rachel. Remus se disponía a levantarse de la mesa y marcharse con ellas.