De un momento a otro, todo fue silencio, ese hijo de puta estaba en el suelo, yo, encima suya empuñando el cuchillo con el que lo atravesé varias veces, mi ropa y mi cara, llenas de su sangre. De pronto, se empieza a escuchar un pitido, todo se vuelve negro.
— 48 horas antes —
Otro día más, viviendo en mi pesadilla, pero, bueno, a quien le importa el chico timido, "afeminado" y encima, emo del salón, ¿verdad? ; pues bueno... Solo le importaba a una persona, a mi querida Lluvia. A mi, podía pasarme de todo, no lo sentía, y, sinceramente, me daba igual, ahora bien, como le hicieran, lo más mínimo a Lluvia, deberían temer por sus vidas.
Casualmente, estar sentado al final de la clase tiene una ventaja. Todo aquello que digan los 'populares', llega a mis oídos. Desafortunadamente, estaban hablando de lluvia. Era el gilipollas de kim, por lo visto, se había empezado a fijar en Lluvia, y decía, que la iba a conquistar por las buenas o por las malas, en el momento, no quise entrometerme, pero, si se lo conté a Lluvia.
–¡Lluvia! Tenemos problemas— hable con la voz temblorosa — Kim y sus amigos vienen a por ti... Él se ha encaprichado de ti.
– Cálmate Luka. De seguro no es nada preocupante, además, sé defenderme sola.
Ese día transcurrió sin ningún suceso digno de mención, bueno, no del todo. Kim no paraba de balbucear cosas con sus amigos acerca de Lluvia, y todas ellas, eran pensamientos asquerosos.
—24 horas antes del asesinato—
Estuve mas atento que nunca a lluvia, necesitaba saber que iba a estar bien. El único momentos en el que no estaba con ella, era cuando iba al baño, no veía respetuoso entrar, así que, me quedaba sentado en el suelo del jardín esperando a que saliera.
Me descuidé, y Kim la logró encontrar sola un instante. Él la golpeó hasta dejarla sin fuerza, le quitó su ropa y bueno... Todos sabemos lo que hizo después.
Le dije a Lluvia que denunciara, pero me dijo que era imposible, su padre, era el jefe de policía del lugar. En ese momento, mi mundo se derrumbó.
—En la actualidad—
Seguí a ese perro hasta su casa, antes de que llegara, le di un golpe, lo suficientemente fuerte como para que se desmayase, lo metí en mi coche, y, en unos viejos almacenes, lo saque.
Se despertó y tuve que forcejear con el, cuando logre tirarlo, le clave el cuchillo que llevaba escondido.
De un momento a otro, todo fue silencio, ese hijo de puta estaba en el suelo, yo, encima suya empuñando el cuchillo con el que lo atravesé varias veces, mi ropa y mi cara, llenas de su sangre. De pronto, se empieza a escuchar un pitido, todo se vuelve negro.
Y ahí, me pare a pensar, ¿qué voy a hacer? Joder, estoy muerto...
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¿Defendería a un asesino?
Teen FictionUn crimen, dos jóvenes tóxicos y un amor enfermo, la mejor combinación posible... ¿Verdad?