-Hey, guapo, ¿qué haces después del trabajo?
Wei Ying miró con asco mal disimulado al tío que le sonreía desde aquella mesa del Haunted mientras se veía obligado a servirle una cerveza. Wen Chao era, por desgracia, uno de sus clientes habituales, y uno particularmente repulsivo. Que se apellidase Wen no lo relacionaba con Wen Ning, al menos no que se supiera, y menos mal. Parecía que después de ir una vez con sus amigos le había entrado crush con él o algo y ahora se lo encontraba cada dos por tres durante sus turnos. Estaba un poquito harto de sus insinuaciones que rozaban la grosería y le ponía bastante nervioso el hecho de verlo en la acera contraria siempre que salía de trabajar, mirando al bar y mirándole a él en concreto. Sobre todo era por cómo se lo comía con los ojos, como si fuese un caramelito o un objeto sobre el que muy equívocamente creía tener algún derecho. Solo se lo había contado a Jiang Cheng y a Lan Zhan y no fue por voluntad propia. Lo hizo porque ni el estudiante de derecho ni el de matemáticas eran tontos, le vieron nervioso e irritable y acabaron por sonsacárselo. Mientras que a uno tuvo que detenerle para que no cogiese un bate de béisbol y fuese a partirle las piernas, al otro tuvo que pararle en la puerta de su propio piso, porque estaba dispuesto a salir a liarse a puñetazos. Ojalá pudiera unirse a ellos, seguro que los tres hacían una fantasía de trío, pero debía admitir que de momento ese imbécil no le había hecho nada. De momento. Al final, y muy contra su voluntad, había conseguido que ni su hermano ni su... ¿qué era, su lío, su amigo con derechos, su no-novio? En fin, que ninguno de los dos fuese a cometer una ilegalidad. Lo que sí que obtuvo, y tenía que admitir que se sentía muy agradecido, fue la protección de Lan WangJi. Desde que se enteró del "acoso" de Wen Chao, iba más a menudo por el Hunted a petición velada del de ciencias. Muy a menudo. Tanto que hasta parecía estar cogiéndole el gustillo a los cafés, a la cerveza sin alcohol que servían allí y al ambiente decadente de rockero de los ochenta. Y a los labios de cierto camarero, pero eso le venía de más atrás, de casi tres meses atrás.
-Como todos los sábados, tengo planes. -Masculló Wei WuXian, fulminándole con una mirada venenosa y con una sonrisa igualmente tóxica en los labios. Wen Chao frunció el ceño como cada vez que se veía rechazado. No le entraba en la cabeza que alguien se le pudiese negar, pero solo porque el dinero de su familia era suficiente como para compensar el asco que daba su cara-. Tome, su pedido.
Quiso largarse, pero el otro lo siguió hasta la barra, especialmente insistente ese día. Debía de estarse impacientando. Por suerte para él, Lan Zhan y su imponente presencia estaban sentados en un extremo de la barra, con un café con hielo en la mano. Wei Ying trató de ignorar al Wen y se puso a atender a una pareja en la misma punta, pero sentía la asquerosa mirada ajena en su espalda, como si lo desnudase en su mente. Ojalá poder estamparle una de esas botellas de tequila en la cabeza.
-¿Y qué me dices de mañana, precioso? Mañana seguro que no tienes planes.
-Qué casualidad, sí, los tengo.
-Claro, claro. Tú y yo, en mi apartamento. ¿Qué me dices?
-Ni en un millón de años. -Le gruñó, torciendo el gesto.
-Vamos, soy todo lo que puedes pedir.
-Te ha dicho que no. -La gélida mirada de Lan WangJi hizo que Wen Chao se echase a temblar. Parecía que lo estaba asesinando solo con la vista-. Déjale en paz.
-¿Y este quién es? -Exclamó con aires de indignación. Hinchaba el pecho como un gallo de corral, mientras que el estudiante de letras en ningún momento perdió su perfecto temple. Con su inestimable ayuda, le devolvió al camarero la sonrisa.
-Mi novio. -Declaró Wei Ying-. Así que haz el favor de dejar de acosarme de una vez si quieres evitar una escena violenta.
Ni que decir tiene que, como todo buen machito cobarde, Wen Chao huyó de allí con el rabo entre las piernas. Fue tan veloz que no le dio tiempo a darse cuenta de que a Lan Zhan se le habían enrojecido los lóbulos de las orejas.
-¿Somos novios? -Cuestionó una vez el otro desapareció de su vista.
-Bueno, en realidad lo dije por decir. Aunque ya te confesé cuando lo de mi sobrino que me gustabas mucho... qué cojones, que me gustas mucho y esas cosas. Bueno, en realidad dije que te quiero pero igual eso hace que te sientas violento. ¡Perdón! -Se disculpó el de biomédica con una risita nerviosa y avergonzada seguida de una serie de balbuceos incoherentes que contaban como segunda confesión-. ¡Lo siento, Lan Zhan! No pretendía ponerte en un compromiso, pero me has salvado la vida.
-Por mí, está bien. Yo también te quiero.
-¿Eh? ¿En serio?
Lan WangJi pudo haber asentido —debió haberlo hecho—, pero en un arranque de valor, prefirió robarle un beso en los labios como su particular forma de decir que sí, que quería que saliesen juntos. Wei WuXian al principio ni siquiera atinó a corresponderle, pero al salir del trabajo no hubo quién lo separase de esa tímida boca. Fue una curiosa manera de empezar una relación.
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Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]
FanfictionA veces los abrazos se quedan cortos. Los besos también suelen, por eso a Wei WuXian le gustaba tantísimo pasar a palabras mayores, pero los besos es verdad que suelen ser capaces de dar una mejor definición del estado de una relación. ¿Eran amigos...