Eren, con el paso del tiempo se da cuenta de lo importante que es Mikasa como parte de su vida y al estar a punto de perderla, estar a cargo de ella y cuidar su estado físico se percata de lo que Mikasa es capaz de causarle.
Ya había amanecido, eran las 7:00 cuando desperté, Mika seguía profundamente dormida y las cosas para la expedición de hoy ya estaba casi lista, me preparé y me puse el uniforme militar de la Legión como todos lo días.
Me despedí de Mikasa besando su frente y salí de la enfermería, fui a hablar con el comandante para salir unos breves momentos, me lo concedió, así que fui a donde tenía que ir, a la casa de mi madre en el pueblo de Rose.
Tomé mi caballo y me dirigí hacia allá con algo de prisa, llegué y amarré la rienda en un pequeño poste que rodeaba las escaleras de la puerta.
Entré y busqué a mi madre, la encontré entrando al comedor
— Eren, ¿Ya lo sabes? — preguntó mi madre con una cesta de ropa lavada — S..Sí — contesté algo nervioso
— Bueno, te escucho — nos dirigimos hacia la azotea para tender la ropa
— ¿Cómo lo supiste? — dijo tomando la primera sábana
— Te ayudo — dije tomando otra — Gracias ¿Entonces? — comencé a sentirme nervioso pero tenía que hablar.
— Pues, me gustan varias acciones y facciones que tiene, como por ejemplo sus ojos y sus labios o su...sonrisa — mientras decía eso me enfocaba mucho en tender la sábana y luego otra — También su cabello y el como me abraza y como se desahoga conmigo.....— hice una pausa y volteé a ver a mi madre, su expresión se notaba sorprendida y alegre.
— Ya no es cariño ¿Cierto? — se agachó para tomar la siguiente sábana
— Supongo que no — dije haciendo lo mismo
— Entonces... — nos dimos cuenta que tomamos la misma sábana y la tendimos entre los dos
— Amas a Mikasa ¿No es así? — me miró a los ojos, bajé un poco la cabeza, supongo que me sonrojé al escuchar eso — Creo— dije sin evitar sonreír
— Que bueno que lo descubriste, debes de estar del todo convencido — dijo mientras terminábamos de tender.
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— Bueno, gracias por ayudarme — ya íbamos hacia abajo
— No hay de que — dije sonriendo
— Era todo lo que me ibas a decir ¿Cierto? — preguntó llegando a la parte de abajo y mirándome con alegría
— Si, dijiste que cuando lo descubriera te lo dijera y eso hice, aunque no sé si sea del todo correcto, ella...es casi como mi hermana mamá; no sé..no siento que sea lo..lo correcto —
— Entiendo que pienses eso por el hecho de que crecieron juntos, se conocen del todo pero créeme, no hay nada malo en ello, comparten todo pero al mismo tiempo nada, no te angusties por eso, tus sentimientos se pueden expandir en tu corazón sin nada que le imponga, además, Mikasa es un chica muy linda no? — me sonrojé por eso, me sentí un poco intimidado por ello.
