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-Bueno Alba, íbamos a irnos ahora para Madrid, pero dada tu insistencia por ir a la firma y que tu estado actual no es malo,dentro de la situación en la que te encuentras, hemos hablado con los que organizan la firma. Podrás ir, pero irás en la ambulancia acompañada de los médicos que te trasladarán a Madrid y aunque irás cuando la firma empiece, vas a ser la última a la que firme.- dijo el doctor tendiéndome el disco de Natalia. Sonreís y le di las gracias mil veces.
Miki era el doctor que me estaba llevando, me acompañará mañana a la firma y a Madrid a empezar una nueva vida lejos de toda esta mierda.

Estaba tan emocionada por lo que me esperaba mañana que apenas había podido descansar. Por la mañana, como era costumbre, me trajeron el desayuno, curaron mi pierna y en la silla me fui a las clases que daban allí. Después de las clases comí y me fui a guardar mis cosas antes de comer. No tenía gran cosa, una mochila con ropa, el teléfono con el cargador y mis inseparables auriculares, unas zapatillas y mi guitarra, lo único que habían conseguido coger de mi casa, antes de que mi padre los mandara fuera. En cuanto lo recogí, trajeron mi comida, y al terminar me fui a cambiarme, porque ya que iba a llamar la atención al ir con todos los hierros de la pierna y con dos sanitarios y la ambulancia, además del suero que llevaba, que menos que ir con una ropa algo más normal que la bata del hospital.
Al fin, llegó la hora, las 16:45, hora en la que iba a salir del dichoso hospital, al menos por unas horas.
Llegamos a la firma. Abrieron la parte de atrás de la ambulancia para que al menos pudiera ver a Natalia, mientras que Marilia, una de las sanitarias iba a hablar con los organizadores. Pasaron las horas y yo estaba pletórica viendo cada cosa que hacía y la cantidad de gente que se encontraba allí. Tras unas horas de espera, no quedaban muchas personas en la cola, por lo que decidieron bajarme de allí. Para hacerme la foto con ella, me dejaban ponerme en pie, con ayuda de las muletas. Recorrí el poco espacio que me quedaba y comencé a subir las escaleras. Le di mi disco a uno de los hombres de allí para que Natalia lo firmase, y cuando nos estamos haciendo la foto lo escuché.
-¡Perra de mierda!, ¿así que bollera no? Suponía que después de la paliza no te atreverías a ver a nadie más, y que asumirías que tienes que estar conmigo!- gritó Alberto, mi ex, mientras lanzaba una bola de petanca que impactaba con mi herida, haciendo que saltaran los puntos de esta y yo comenzara a sangrar.
Los sanitarios vinieron corriendo mientras los de seguridad intentaban hacer que se fuera. Me llevaron a una sala dentro del edificio en la que empezaron a curarme. Empecé a llorar de impotencia, ¿por qué seguía haciendo eso?, ya tenía una orden de alejamiento joder. De pronto, vi que ya había pasado una hora y media, y en ese momento entro un hombre en la sala gritando. Natalia había perdido el tren de vuelta a Madrid y mañana debía coger otro hacia Gijón para otra firma, esto no podía ir a peor. No tenía esperanza de que ella se me acercara a pesar de estar en la misma habitación aunque solo fuera para preguntar por mi herida, pero me sorprendió ver que fue todo lo contrario.
-Hola, ¿cómo estás?- preguntó, sorprendiéndome gratamente.
-Hola, estoy bien, me han puesto unos calmantes para el dolor- respondí
-¿Puedo preguntarte algo?-me dijo
-Claro
-¿Quién era ese chico? Parecía que tenía un buen cabreo- dijo tímidamente
-Se llama Alberto, es mi ex, por él tengo esto-dije señalando mi pierna
-Su yo fuera tú, lo denunciaría, no es normal lo que ha hecho hoy-me dijo
-Lo hice, y tiene una orden de alejamiento además- contesté algo cansada
- Bueno, pues si es así, espero que la situación se mejore pronto- dijo mientras me sonreía de forma cariñosa, aunque podía ver pena en su mirada

-Bueno Alba- dijo Marilia- nos tenemos que ir, nos quedan aún un par de horas hasta llegar a Madrid- dijo tan mona como siempre
-Vale, vamos- contesté con poco ánimo
-Espera espera espera- interrumpió un hombre- ¿vais a Madrid?- preguntó con asombro y un atisbo de esperanza
-Sí- contestó Miki- vamos a llevar a Alba allí para... Bueno, que vamos allí, si es tu pregunta
El hombre se giró rápidamente hacia Natalia-¿te importaría ir en ambulancia?, no hay trenes o autobuses que vayan ya para Madrid, y mañana tienes la otra firma-le preguntó algo desesperado a Natalia
-No, si es como tengo que ir, pues vale-respondió bastante calmada
-Por favor- dijo aquel hombre-decidme que os sobra algún asiento- preguntó a Miki y Marilia
-Bueno- dijo Miki- dijo no le importa ir atrás- dijo mirando a Natalia
-Un momento, esos asientos son para los que acompañan al paciente, familiares, ¿no?- preguntó Natalia algo confundida
-así- dije yo por primera vez en esta conversación-pero no viene nadie, así que voy yo sola atrás-contesté tranquilamente
- Bueno, entonces es un si, ¿no?- dijo el hombre
-Si-contestaron los auxiliares
-Bueno pues en marcha, la dejáis en su casa, ya os dice ella la dirección- espetó aquel hombre, que cada vez aguantaba menos
En ese momento, el antipático hombre salió de la habitación dejándonos a todos allí, por lo que Natalia nos miró algo confundida
-Bueno, ¿vamos, no?-preguntó Miki, tan agradable como siempre
Comenzamos a salir y me subieron a la camilla, me abrocharon a ella y la aseguraron para que no se moviera durante el viaje. Indicaron a Natalia donde debía ir, y justo después cerraron la puerta, se montaron, abrieron l ventanilla por la que nos manteníamos en contacto y arrancaron la ambulancia.


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Hola, esta es la primera vez que escribo algo, y como es obvio, no soy profesional, por ello, pido disculpas si tengo alguna falta. Esta historia es una historia inventada, así que hay cosas que puede que no sea así realmente🧡
PD. Subiré un capítulo al día, al menos de momento, si hay cambios lo pondré por aquí.

Historia...  ¿nuestra?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora