Capitulo 4:

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Los meses han pasado, estoy saliendo adelante con el dinero de reserva, pero parece que este también está por terminarse.

Ahora que Ava es un poco más grande tal vez pueda dejarla a cargo de una niñera en lo que consigo un trabajo.

Aunque también he considerado la idea de mudarme, ir a otra ciudad, rentar una casa para vivir con mi hija y ahí conseguir un buen trabajo, ya que por aquí será algo difícil de hacer.

Hoy he decidido salir para ir por fruta, en lo que Ava aun esta dormida. Es obvio que no iré al mercado, después de lo que hace meses ocurrió, entiendo que no soy bienvenida ahí.

Así que, desde hace no mucho, voy al sendero de árboles frutales que no queda muy lejos de casa.

Llegando al lugar, dejo mis canastas en el suelo y trepó por las ramas de los árboles para conseguir la fruta. Cada fruta que tomó la arrojó a las canastas que deje en el suelo, mi buena puntería ayuda bastante.

Término con el último árbol y por fin bajo, recojo mis canastas del suelo y guardo en una de ellas, el cuchillo que me ha ayudado a cortarlas.

Camino por el sendero para salir y puedo sentir la presencia de alguien más, me persigue, puedo escuchar el leve crujido de como pisa algunas hojas que han caído de los árboles.

Sigo caminando para disimular y lentamente sacó de la canasta el cuchillo que antes había guardado. Me giró y apuntó con el cuchillo a la persona que está detrás mío.

Miro sorprendida a la persona dejando caer las canastas con toda la fruta. Mis ojos no podían creerlo.

-Declan. - suelto en un ligero suspiro.

-Elizabeth. - se acerca a mí, bajando mi brazo y quitando el cuchillo de mi mano para después tirarlo.

- ¿Qué haces aquí? - pregunto mirándolo a los ojos.

-He venido por ti. - toma mi mano y la acaricia con suavidad. - debemos irnos.

- ¿A dónde? - lo miro extrañada.

-Te explicare en el camino, pero vámonos ya. - me jala y empezamos a caminar. - aún debemos ir por Ava.

-Pero el camino es por allá. - señaló a la derecha, al ver que me lleva del lado contrario al camino de regreso a casa.

-Iremos por el otro lado. - me mira de reojo y sigue caminando.

Es cierto que hay dos caminos para llegar a casa, pero por el que Declan intenta llevarme es el más peligroso, hay demasiadas piedras y el camino es muy inclinado; necesitamos más que voluntad para ir por ahí.

-Sabes te extrañe mucho. - hablo para romper con el incómodo silencio, pero a Declan parece no importarle y sigue caminando. - ¿Por qué te fuiste? - preguntó sin soltar su mano. Él detiene su caminar, da un ligero suspiro y voltea a verme tomándome por la cintura, apegándome a sus caderas.

Ambos nos miramos a los ojos y en mi rostro se pinta un leve sonrojo, Declan se acerca más a mí, hasta que nuestras narices se rocen y ambos podamos sentir la respiración del otro. Él une nuestros labios en un pequeño y corto beso, lo que hace que mi sonrojo sea más evidente.

De golpe él se separa de mí, vuelve a tomarme de la mano y seguimos caminando. Llevó la mano a mis labios y con mis dedos acaricio la zona que Declan ha besado.

Es verdad que se sintió tan bien el recibir un beso después de mucho tiempo, pero con eso Declan evadió mi pregunta.

¿Será que no quiere decirme nada al respecto?

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