-No quiero que te vayas.-salté sobre él empezando a llorar mientras lo abrazaba con todas mis fuerzas-No te vayas.
-Preciosa...-suspiró con una mano en la parte baja de mi espalda-No podemos hacer nada para arreglarlo.
-Te quiero, Bob.-sollocé.
-Y yo a ti.-besó mi cabeza-Todo irá bien, te prometo que volveremos a vernos.
-Y por si no lo hacemos...-me incorporé-...toma esto.-le di una de las pulseras que llevaba siempre en mi muñeca derecha.
-Gracias.-se la puso-No me la quitaré jamás.-me dio un beso mientras yo sujetaba su nuca.
-Recuerda que yo creo en ti, si alguna vez sientes que nadie lo hace, mírala y sabrás que no es verdad.
-Eres la mejor.-sonrió con los labios selladosAl día siguiente, fuimos al aeropuerto para ir a Sacramento.
-Sami, nos tenemos que ir.-indicó Brian cuando los pasajeros empezaron a embarcar.
-No puedo irme sin despedirme de Bob.-negué rotundamente.
-Pero...-suspiró.
-Seguro que no tarda.
-Está bien, voy a entretener a Andrew pero no creo que podamos esperar mucho más.-se alejó.-¿Buscas al cachorrito?-Mick se apoyó en la pared a mi lado.
-Sí.-contesté sin mirarlo.
-Pues me han dicho que se fue en el primer vuelo, salió hace una hora y media casi.Lo miré con los ojos muy abiertos.
-No...-se me aceleró el corazón-No he podido despedirme.
-Salió muy temprano, no habrías llegado igualmente.-se encogió de hombros.Sentí como mis ojos se llenaban, tenía un nudo en la garganta.
-Vamos...-me abrazó-Volverás a verlo, o con un poco de suerte no.
Lo empujé para que me soltara.
-Cállate.
Entré al avión y me senté rezando a todos los dioses hindues, cristianos y hasta budistas que, por favor, no tuviera que aguantar otra vez a...