— ¿Está rico? —pregunta Scott mientras paga la cuenta y yo le doy el último mordisco a mi croissant.
Sonrío con la boca llena y levanto el pulgar en señal aprobación. Él ríe.
— ¿Qué tal estuvo el tuyo? —pregunto mirando su plato vacío. Acabó hace unos diez minutos. De verdad tenía hambre o yo como demasiado lento.
—Bastante bien —dice riendo— ¿Qué otro plan tienes para hoy? Desecha la visita a la biblioteca.
—En realidad es mi único pendiente... lo del auto ya está —digo con un mohín— tengo que pasar a buscar un par de libros y ya.
Hace un puchero y después asiente lanzando su servilleta a la mesa.
—Bien, te llevaré —pone los ojos en blanco y río. Comienza a agradarme que haga eso—. ¿Y después? —añade.
—Nada, es lo único. Mañana inicio a hacer el proyecto para tenerlo listo al viernes, tengo el resto de esta semana para revisarlo un par de veces, corregir errores y tener libre el fin de semana.
Recarga su mandíbula en el dorso de la mano y me mira sonriendo.
— ¿Qué? —Pregunto—. ¿Por qué me miras así?
—Eres tan cautivadora hablando de tus asuntos. Me da ternura.
Levanto las cejas sorprendida. Extiende los brazos por sobre la mesa y me toma de las manos.
Estoy a punto de contestarle algo mordaz cuando una voz familiar suena a mi espalda:
— ¿Scott? ¿Dakota?
<<Mierda>>
Cierro los ojos con fuerza, no tengo siquiera que darme la vuelta para reconocer al dueño de esa voz, sin embargo, recupero la compostura y me doy vuelta sonriendo.
— ¡Pete! —mi voz suena más aguda de lo que quería.
— Dakota... —es lo único que dice. Y no hace falta que diga algo más, mirando su cara se puede apreciar que está sorprendido, pero hay algo más... ¿Felicidad? ¿Orgullo?
—Hola, Pete —dice Scott sonriendo—. ¿Cómo estás? ¿Quieres acompañarnos?
Lo fulmino con la mirada.
Pete me mira a la espera de que hable pero simplemente las palabras no brotan de mi boca. Se sienta en una de las sillas vacías de nuestra mesa y dice:
—Bien —comienza— es increíble verlos aquí... solos. ¿De qué va esto? —levanta ambas cejas y entrelaza sus dedos.
—Sí, bueno. Insistieron tanto en que nos gustamos que nos dimos cuenta que es verdad —dice Scott imitando la postura de Pete.
<< ¡Que me trague la tierra, por favor! >>
Pete me mira con los ojos bien abiertos, me muerdo la comisura de la boca y me encojo de hombros.
— ¿Están teniendo una cita? —pregunta sorprendido.
Scott me mira. Me hace una seña con la mirada para que yo hable. Cierro los ojos y suspiro.
—No... Bueno, sí, algo así. —Digo al fin.
— ¡Oh por Dios, lo sabía! Son demasiado obvios, chicos. Se intentaban alejar tanto el uno del otro que me resultó preocupante... hasta que me di cuenta que era por su gusto mutuo. Cat va a estar encantada con esto.
—No puedes decirle, Pete —digo.
— ¿Por qué no? Es tu amiga —dice mirándome—. Es tu hermana —dice mirando a Scott.
ESTÁS LEYENDO
CHAOS
RomanceElla, una estudiante dedicada a su carrera. Divertida e inteligente. Hija mayor de una pequeña familia que aparenta a sus ojos ser perfecta, sin embargo ésta guarda demasiados secretos; secretos que saldrán a la luz hasta que ella se enamora de él...