Big bang
Yo sé que tú y yo solíamos estar, hechos de polvo estelar...
Acurrucado en una manta, Hitoshi trataba de dormir, sin lograrlo claro, como cada noche desde hace años, así que resignado se quedó viendo hacia la nada, a donde quiera que su vista se dirigía, solo veía oscuridad, era solo materia ocupando espacio, sin ninguna utilidad, así se sentía.
Por las noches normalmente los pensamientos y demonios internos regresaban, para colocar sus garras en él, para arrastrarlo a los lugares más lúgubres de mente y memoria, haciéndolo pensar en las mismas cosas una y otra vez.
En medio de sus fúnebres pensamientos, perdido en la inmensidad, sin ninguna causa en particular, solo existiendo por existir, el sonido de los golpes en la puerta, fueron el inicio del big bang que cambiaría su vida.
Asustado se levantó, a la vez que curioso, en todo el tiempo que llevaba ahí no había ni una sola persona que encontrara su cabaña, solo quién le llevaba las despensas cada 2 meses, y la primera vez se perdió, así que sabía era un lugar difícil de encontrar.
Su pequeño lugar oculto del mundo, de las personas, de todo, incluso de sí mismo, porque aún no podía encontrarse, era como un lugar oculto en el espacio y el tiempo, que recién era hallado.
Camino a paso lento, para asomarse por una de las ventanas, la vieja madera crujía a su paso, haciendo un eco en la inmensa soledad de la cabaña. Fuera no se veía nada, estaba nublado y la luna no alumbraba nada, solo la luz de su pobre vela a punto de apagarse iluminaba su camino.
Puso su mejor cara intimidante, esa que usaba antes, cuando su vida era muy diferente, con la que sometía a la pobre gente que estaba su cargo, sabiendo que el infierno estaba a punto de desatarse.
Suspiro, cuando los golpes se comenzaron a escuchar desesperados, y aún con el corazón tamborileando a todo lo que daba y la adrenalina corriendo por sus venas, abrió la puerta, encontrándose con un chico rubio, mojado, lleno de lodo y sus ojos expresaban un miedo infinito.
Era un chico bajito, mucho más bajo que él, con el cabello rubio, largo y esponjado por el friz a la vez que enredado y húmedo, tenía unos preciosos ojos amarillos, como 2 soles, pero al verlos no reflejaban nada más que su deprimente estado, la tristeza y el desasosiego que emanaban era tal, que Hitoshi tuvo que apartar la vista.
—Yo, lo siento por molestarlo señor—gimoteo el chico—estoy perdido, y necesito...—se atraganto con los sollozos—debo regresar a casa y...
Hitoshi suspiro, pensando en si dejar entrar al muchacho o no, pues no parecía alguien peligroso, en realidad, si estaba fingiendo hacia muy bien su papel. Lo pensó un momento, para al final acceder a dejarlo entrar.
El muchacho también parecía indeciso, pero al final dio unos pasitos torpes hasta que entro a la cabaña, casi trastabillando en la entrada.
—L-Lo siento, prometo limpiar mañana—el chico estaba hecho un mar de llanto, las lágrimas no dejaban de caer por su rostro, pero lo más sorprendente era que no hacía ningún ruido, al parecer se estaba reprimiendo.
Hitoshi suspiro—está bien, pondré un poco de agua para que tomes un baño—dicho esto, encendió la chimenea y lo coloco a un lado, para que entrara un poco en calor.
El muchacho no dijo ni una palabra, en realidad solo asintió tímidamente y se quedó estático en el lugar donde lo coloco.
Al final la vela se apagó y se vio obligado a cambiarla, mientras que, en la estufa, calentaba agua y subía a preparar unas toallas y ropa limpia, para que el chico estuviera más cómodo, además de un botiquín de primeros auxilios por si acaso, a simple vista no parecía herido, pero no estaba de más asegurarse.
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Universos Paralelos [ShinKami]
RomanceShinsou Hitoshi vive solo en una cabaña, alejado de la civilización, una noche a su puerta toca un chico que no deja de llorar, ambos sin saberlo son universos paralelos a punto de colisionar, para cambiar la vida del otro.