El Gran Día Quinto acto: Sonríe Parte 2

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Un resplandor que atenta contra nuestra vista y un estallido tan potente que hace temblar los cimientos de la ciudad se roban la atención de todos los presentes del tecnato, una explosión de gran magnitud da forma a una esfera de fuego que se disuelve al entrar en contacto con los escudos de la nave de bombardeo Purificadora.

Danaly pierde el equilibrio por un breve segundo gracias a la distracción, enciendo mis propulsores auxiliares y acelero a fondo, la Artífice y yo caemos de la azotea mientras nos propinamos una golpiza en el proceso.

La Artífice ha tardado en reaccionar, forcejear y rodar mientras vas cayendo en picada puede llegar a marearte, me las arreglo para colocar a Danaly al lado de la pared y presiono su cara de modo que roce contra el muro, pedazos de cristal son arrancados de su rostro conforme sigue recibiendo quemaduras de fricción.

Incrementa la cantidad de Energía en su cuerpo y una protuberancia punzante brota de su codo, la desvió con mi mano para evitar ser empalada, claro que eso no le impide a Danaly patear mi cara y darle vuelta al asunto.

Ahora soy golpeada en la cara con su puño cristalino en reiteradas ocasiones conforme vamos cayendo, creo que ya me ha roto algunos huesos, no siento parte de mi rostro.

Nos estrellamos contra algo a una gran velocidad, y no, no fue contra el suelo, aún faltaba como kilómetro y medio para eso, a juzgar por el tiempo, la distancia y el dolor que sentí a la momento del impacto debe tratarse de una nave que transitaba por la zona.

Rodamos por ella y nos aferramos a lo que sea con tal de no caernos, las garras de Danaly le son bastante útiles en momentos como estos, afortunadamente mi armadura cuenta con botas electromagnéticas que pueden adherirse a cualquier superficie metálica, el problema es mi pierna, cada paso es una agonía.

Una nave sobrevuela por una ciudad bajo asedio, y sobre ella un par de chicas se están jugando la vida a plan de puños, patadas y cristales ¿Cómo termine así?

La nave se dirige a las afueras de la ciudad, los límites del bosque de Zalnarys para ser exactos, un Guardián sale de la cabina de mando y para colmo comienza a dispararme con su guantelete, debe estar con Kharra'Hel ¡Maldita sea!

Ahora tengo que hacer malabares con estos dos, Danaly imbuye sus botas en cristal para correr por la nave sin caerse, me dirijo al piloto esquivando disparos y cristales por igual, mis propulsores de emergencia se están sobrecalentando, no están hechos para el uso prolongado así que era de esperarse.

Tengo una idea pero es algo arriesgada, y suponiendo que de milagro vaya a funcionar solo tendré algunos segundos para actuar después de eso, además, es muy probable que mis propulsores morirán después de eso, nada frenara mi caída si fallo.

Espero a que esos dos me tengan en su punto de mira, aguardo los disparos, bingo, una vez que se efectúan doy una voltereta en el aire, los proyectiles pasan por debajo de mí, los cristales se incrustan en la cara del Guardián y termina cayendo al bosque, Danaly recibe el disparo de frente como si nada, lo que no vio venir fueron mis piernas que se envolvieron en su brazo izquierdo y le aplico una llave usando su propio peso para derribarla, la inmovilizo en el techo de la nave y activo los imanes de mi armadura para mantenernos ancladas a la superficie, no hay piloto y la nave vuela sin control, el tiempo corre, pateo su cara con un de mis botas y por si eso no bastara el propulsor que se encuentra acoplado en ella le quema parte de la cara.

A pesar de todo, Danaly no sufre tanto daño como debería, toda su cara quedó revestida en cristal, puedo sentir el poder que irradia el cual se dispara precipitadamente, ni bien la libero varias esquirlas de cristal surgen de su cuerpo perforando el casco de la nave, me aparto de ella, tomo impulso, libero mis poderes y le provoco un estallido mental, en situaciones normales su cerebro habría reventado, pero debido a que los cristales de su cabeza son de Energía Cristalina estos actúan como una protección adicional, lo que si pude provocarle fue una migraña bastante aguda tanto así como para hacerla retorcerse se dolor, una vez conmocionada lanzo una patada que fragmenta las esquirlas que la mantienen elevada, el impacto fue tal que la repele un par de metros antes de volver a clavar sus garras en el borde de la nave.

El Lamento de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora