7. EL DIARIO DE LA DIOSA DEL DESTINO

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<<Hermione y Draco salían de la clase de pociones, se dirigieron a los jardines de Hogwarts. Iban cogidos de la mano, diciéndose cosas bonitas.

-          Herms, ¿quieres ir esta noche a un picnic romántico en el tejado de la torre de Astronomía?

-          Vale, me parece bien.

-          Te paso a buscar por tu habitación a las ocho y cuarto.

-          De acuerdo.

Hermione besó la mejilla de Draco y se fue corriendo a su cuarto.

Sacó de su armario un pantalón vaquero de media pierna; un top verde con flor rosa dibujada en medio rodeada de corazones azules; un pañuelo azul a cuadros negros, que se anudó en la cabeza a modo de diadema. Llegaron las ocho y diez y alguien llamó a su puerta. <debe ser Draco> pensó Hermione, dirigiéndose a abrir. Pero se equivocaba, detrás de la puerta se encontraba Ron.

-          ¿Qué quieres Ron?

-          Préstame los deberes de pociones por favor.

-          Bueno, vale pero que sea la última vez que me los pides ¿vale?

-          De acuerdo Herms, gracias- dijo Ron eufórico cogiendo los apuntes que Hermione tenía en la mano.

-          Adiós- dijo la chica despidiéndose de Ron, mientras saludaba a Draco con la mano, quien salía en ese momento de su habitación para ir a recogerla.

-          Hola hermosa- dijo el rubio.

-          Hola, amor. ¿Nos vamos?

-          Vamos, ven- dijo cogiéndola de la muñeca y corriendo. La dirigió a una ventana del otro lado de la torre y abrió una ventana. Se montó sobre su escoba y ayudó a Hermione a subirse detrás de él.

Él la llevó a la torre de Astronomía, hizo aparecer un mantel y comida, y se sentaron sobre el tejado. Estaban charlando tranquila y despreocupadamente, cuando, de repente, oyeron un pequeño silbido. Entonces un gran cuaderno golpeó la cabeza de Draco, provocándole una brecha. Su rubia melena en seguida se tiñó con el rojo de su sangre, y sus ojos se cerraron lentamente, bajo la atenta y preocupada mirada de Hermione, quien lloraba desconsoladamente intentando arreglar la herida del muchacho. Horas después el chico murió en la enfermería por desangramiento y hemorragia cerebral>> Entonces Hermione se despertó sobresaltada en su cama. Un sudor frio recorría su frente, y su corazón palpitaba a toda velocidad. Suspiró aliviada.

-          Todo ha sido un sueño- se dijo a sí misma- una estúpida y mísera pesadilla.

Se levantó y entró en el baño. Se duchó y se vistió. Luego bajó a desayunar junto Harry, a quien le contó la pesadilla.

-          Vaya… sí que ha sido rara la pesadilla que has tenido- le dijo el ojos verdes cuando ella se la acabó de contar.

-          Pues sí.- dijo aliviada de que no fuera más que un sueño.

Por fin llegaron al Gran Comedor. Se sentaron en la mesa de los profesores junto Ron y Draco, y comenzaron a desayunar.

A primera les tocaba a Gryffindor y Slytherin juntos, clase de pociones.

-          ¿Después de la clase de pociones vienes a dar un paseo conmigo?

-          Claro Draco.

La clase de pociones acabó enseguida, o por lo menos se les hizo muy corta.

-          Vamos Herms- dijo él cogiéndola del brazo al salir.

Cuando  iban paseando por los jardines una libreta de aspecto viejo y desgastado se les cayó del cielo delante de sus pies. La cogieron y se sentaron. Leyeron la tapa.

<Diario de la Diosa del Destino>

 

los polos iguales se repelenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora