Capítulo 19

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¿Llamado? ¡Oh, joder! ¿Cómo se me pudo haber pasado? Darien sacó su móvil y marcó su número. Colocó el altavoz para que todos pudieran oír. Al cuarto pitido, respondieron.

—¿Hola? —Darien dijo.

—Darien. Hace mucho que no te escuchaba —una voz masculina, gruesa y ronca, sonó por la habitación. Me tensé, sabiendo lo que significaba.

—Némesis, dime dónde mierda la tienes. Ella no tiene nada que ver con esto.

—Ahí te equivocas. Ella me ayudará para poder conocer sus puntos débiles.

—¡No sabe nada, maldita sea! —grité.

—¿Diamante? —escuché su temerosa voz de fondo. Estaba allí, con él hijo de puta—. ¡Demian, ayúdame! —sollozó.

Escuché el gruñido de Némesis.

—¡Cállenla!

Lo que escuché, fue mi perdición: un golpe, piel contra piel. Dos, seguido de un grito desgarrador de parte de ella. Tres y silencio. Silencio absoluto.

—Así está mejor —murmuró él—. Nos volveremos a ver, Darien, por el bien de tu hermana —y colgó. Darien tomo el celular y lo estrelló contra la pared haciéndolo pedazos.

Coloqué mis manos sobre mi cabeza, jalando mi cabello hacia atrás. La desesperación por mi cuerpo. Respiré, intentando calmarme. Sabía que la habían golpeado para hacerla callar, la dejaron inconsciente. Debía ser fuerte por ella, debía encontrarla.

—Diamante. dame tu móvil —la voz de Darien sonó lejos de mí. Aún así, le tendí mi celular sin levantar la vista.

Él me lo quitó..

Llegué a mi casa y estacioné. Me bajé con la mochila puesta en mi hombro, caminé y entré a mi hogar. Mamá estaba en la sala viendo la televisión cuando la encontré. Ella me miró y se dió cuenta de que Rei no venía conmigo, aquella sonrisa desapareció.

—¿Y Rei?

La miré fijamente sin decir nada. Subí las escaleras y fuí directamente a mi habitación, dejé la mochila sobre mi cama. Me senté allí y suspiré, cubriéndome el rostro, intentando calmarme.

Mi madre entró, la sentí, sentí su forma de caminar en el suelo. Se detuvo frente a mi.

—¿Demian? ¿Hijo, qué tienes? —me preguntó, la preocupación detonando en su voz.

—¿Papá?

—Dime que sucede, cariño...

—Llama a papá y les contaré todo.

Alcé la vista y la ví allí, su rostro asustado, nervioso, preocupado. Asintió levemente y fue en busca de mi padre. Cuando los dos vinieron, suspiré y comencé a contarles todo, desde mi trabajo por las tardes y noches hasta el secuestro de Rei y la causa. Ellos me miraban, extrañados, molestos, preocupados, asustados. Todo en uno. Cuando terminé de hablarles, un silencio abrumador llenó la habitación por completo. Se miraron unos minutos y pude ver las lágrimas que recorrían las mejillas de mi madre mientras que con una mano se cubría la boca para acallar sus sollozos. Se acercó a mi y, acuclillándose, tomó mis manos entre las suyas y las besó con fuerza, manejándolas de tal forma que una estaba ahuecando su mejilla en mi palma mientras que se apoyaba en ésta. Sollozó dos veces, mientras la intentaba calmar acariciándole el sedoso cabello.

—Mamá, perdóname... Nunca quise...

Ella solo me abrazó desde su lugar, haciéndome callar. Papá me miró y se acercó lo suficiente como para sentarse a mi lado y pasarme un brazo por el hombro.

Sálvame (Adaptación Rei/Diamante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora