2. Shōta Aizawa

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TW kinks: teacher kink, age gap, public, Dom/sub.
NSFW!!!
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Sonó la campana, indicando el final de las clases en la UA. Todos mis compañeros estaban recogiendo, menos yo.
- Por qué no recoges?- preguntó Bakugo riendo maliciosamente, sabiendo que yo hoy estaba castigada por su culpa.
- Me he ganado este castigo por tu culpa, y no me arrepiento de haberte dado ese puñetazo en la cara.- le contesté enfadada y reí al recordar el golpe que hizo que el profesor Aizawa me castigara.
* Encima me toca soportar el castigo con el profesor más aburrido de toda la UA* pensé en un suspiro, viendo como todos mis compañeros abandonaban la clase, *al menos espero no quedarme de brazos cruzados toda la hora*.
Mientras esperaba al sombrío profesor apoyé mi cabeza sobre mi mano y me dormí. Una voz tranquila y monótona me despertó.
- ¿Durmiendo en un castigo?- levanté la vista y vi al profesor pelinegro delante de mí.
- L-Lo siento.- le contesté entre bostezos, lo cual pareció enfadar al mayor.
- No lo sientas, simplemente te sumaré una hora de castigo. - dijo quitándole importancia y sentándose en su escritorio, dejando caer una pila de exámenes para corregir- Además, hoy tengo trabajo para rato.
- Pero Sensei- quise replicar, pero callé al ver que Aizawa me dedicó su mirada rojiza de cuando activaba su quirk, daba miedo.
Decidí ponerme a hacer los deberes de ese día, aprovecharía para terminarlos y ponerme a dibujar, pero la voz de mi sensei llamó.
- Ven.
Fui hacia su escritorio y Aizawa me tendió una hoja en blanco.
- Quiero que me escribas una carta de disculpa por tu acto irracional de hoy, niña problemática.- dijo sin levantar la vista del examen que estaba corrigiendo.
De respuesta sólo obtuvo un resoplido mío.
Me senté y me puse a pensar en cómo escribir la carta, con la mirada fija en mi profesor en busca de inspiración. Este, se quitó su bufanda y se hizo una coleta para estar más cómodo, lo cual me pareció bastante atractivo. Al quitarse su arma de captura dejó ver su cuello y su tez blanca y pálida. Nunca había visto el cuello del profesor, y tampoco lo vi con el pelo recogido.
*Pues este Aizawa no está nada mal...* pensé dejando caer mi bolígrafo por lo embobada que estaba mirando a ese hombre pelinegro.
- ¿Vas a empezar a escribir o qué? - bufó mi Sensei sin levantar la vista.
- Sí. - le contesté sin dejar de mirarlo, con la esperanza de que sus ojos negros se encontraran con los míos, pero sin éxito.
El mirar tanto a Aizawa me había inspirado y pude escribir la carta para entregársela rápidamente.
Me levanté de mi pupitre para ir a su escritorio y colocar el papel sobre él.
- Terminé.
- Muy bien, ahora puedes hacer los deberes o lo que sea.- hizo un gesto con la mano para que me sentara.
Yo ya me había girado cuando se me ocurrió una idea.
- Le puedo ayudar a corregir los exámenes, al fin y al cabo soy la que mejores notas tiene en la clase de 3-A.- le dije con las esperanzas de que me dejase sentarme a su lado.
- Eso sería ilógico, pero vale, tengo mucho trabajo hoy y quiero terminar rápido, siéntate.
Rebosando de felicidad, sin saber por qué, cogí una silla y me senté muy cerca suyo, a pesar de que había mucho espacio, aunque al profesor no pareció molestarle.
Me entregó la mitad de los exámenes y me puse a corregirlos. Eran de primero así que corregí unos cuantos bastante rápido y otra vez me dediqué a mirar a mi Sensei.
Debí haber vuelto a quedarme embobada porque Aizawa levantó la mirada, y por primera vez nuestras miradas se cruzaron, la suya profunda y Serena y la mía llena de expectación por lo que iba a pasar.
No me había dado cuenta pero nuestras manos se rozaban debido a lo cerca que me había sentado, pero él retiró la suya al instante.
- Ponte a trabajar, has decidido ayudarme, pues hazlo.- dijo duramente y volvió a su trabajo.
Sin embargo, yo me levanté y rodeé por atrás su cuello con mis brazos.
- ¿Se puede saber qué haces?- me miró, y vi en su mirada un pequeño tono de picardía, quizá él también estuviese pensando en lo mismo que yo.
A modo de respuesta empecé a besar su cuello y, para mi sorpresa, el profesor no me paró.
Seguí explorando su suave piel con mi boca, de vez en cuando dándole pequeños mordiscos, los cuales hacían que Aizawa se estremeciera.
Ya era bastante tarde y seguramente no quedaba nadie en la escuela, por lo que el mayor decidió lanzarse. Se levantó dominante, y al ser mucho más alto y corpulento que yo, me aprisionó contra la pared. Nos miramos a los ojos y esta vez vi en su mirada un tono de lujuria, pero para nada suave.
Atrajo mi cuerpo al suyo sujetándome de la cintura y nuestros labios se fundieron en un profundo beso. De pronto, me agarró ambas muñecas con una mano y las puso contra la pared, mientras su boca bajaba suavemente por mi cuello y su otra mano desabrochaba mi camisa. No pude evitar soltar un leve gemido.
- Shhh no hagas mucho ruido, quizá aún quedan profesores.- me puso un dedo en la boca para callarme y después volver a darme un beso en el cual su lengua conquistaba toda mi boca.
Mi camisa quedó desabrochada y Sensei aprovechó para meter su mano por debajo de mi sujetador y empezar a pellizcarme el pezón, sin dejar de darle besos y mordiscos a mi cuello, añadiendo chupetones.
No sabía cómo habíamos acabado así, encima que había empezado yo todo esto, pero tenía una cosa clara, eso iba a llegar aún más lejos y yo no quería interrumpir el destino.
Aizawa se pegó más a mí y pude notar un gran bulto en su entrepierna. Volvió a besarme para luego hacer desaparecer toda su delicadeza y empujarme contra su escritorio, subiéndome a él.
- Esto es lo más irracional que he hecho en mi vida.- murmuró y empezó a quitarme las bragas.
Levantó un poco mi falda y sin previo aviso metió dos dedos dentro de mí, acto que produjo en mi un profundo gemido. El cual pareció agradar a Aizawa ya que sonrió con malicia, aunque rápidamente puso su mano en mi boca, haciéndome callar.
- Te repito, nos pueden escuchar.
Yo solo asentí y ese gesto pareció ser un activador para el hombre ya que empezó a mover sus dedos rápidamente dentro de mí.
Yo seguía soltando gemidos, ahogados por la mano de Aizawa, eso parecía gustarle al mayor ya que cada vez aceleraba más sus movimientos. Yo no podía aguantar más, iba a llegar al orgasmo, cuando de pronto mi compañero retiró sus manos, dejándome con una sensación de vacío.
- Este es tu castigo, recuerda.- dijo mientras se desabrochaba la camisa y sacaba su gran miembro.
Hizo un gesto con la mano, el cual entendí a la perfección, y bajé del escritorio para empezar a darle suaves lametones a la virilidad de mi Sensei.
Yo quería jugar sucio, al igual que él, por eso de repente me metí su pene entero en la boca, lo cual hizo que Aizawa soltara un bajo gemido. Empecé a mover mi cabeza, haciendo que su pene entrara y saliera de mi boca mientras lo succionaba y podía notar lo mucho que disfrutaba mi profesor. Eso me alegró así que iba acelerando cada vez más, hasta que de pronto, noté un líquido cálido llenar mi boca. Me iba a separar pero una mano me sujetó la cabeza.
- Trágalo todo.- dijo con la voz cansada pero sensual, se notaba que lo había disfrutado.
Al hacer lo que me dijo me separé y traté de levantarme, pero no me di cuenta como, de un momento para otro, ya estaba encima del escritorio y con las piernas abiertas.
Vi a Aizawa erguido delante de mí, imponente y dominante. Se acercó y al ver que yo seguía mojada colocó su miembro en mi entrada.
- No quiero ni un movimiento, aquí mando yo.
Me agarró de las caderas, acercándome a él y, sin previo aviso, metió todo su pene dentro de mí.
Solté un ahogado gemido, sabiendo que no podía hacer ruido, aunque el placer que sentí en ese momento superaba todas mis expectativas.
Sensei empezó a mover sus caderas, primero suavemente para que me acostumbrara para luego acelerar cada vez más.
Entre embestidas me mordía el cuello y masajeaba mis pezones, haciendo que mi disfrute aumentase cada vez más y que me sea casi imposible callarme más gemidos.
Por lo contrario, lo único que indicaba que mi profesor también lo disfrutaba era la manera de agarrar mis caderas y su maliciosa sonrisa, a la vez que su respiración se aceleraba, indicando que estaba a punto de llegar al orgasmo al igual que yo.
Debido a tanto placer se me habían olvidado sus palabras anteriores y moví mis caderas para acelerar las embestidas, lo cual a Aizawa no le gustó nada y sin previo aviso paró, otra vez dejándome a medias.
- ¿Qué te tengo dicho, niña problemática?- dijo agarrándome del cuello, lo cual no sé por qué pero me excitó.
- Que usted es el que manda.- dije en un tono a penas audible.
- Más alto.- presionó mi cuello.
- Usted es el que manda, Sensei.- repetí mirándole a la cara y pudiendo observar su sonrisa de satisfacción.
- Bien,- dijo soltándome- Ponte de pie.
Le hice caso.
- Ahora pon tus manos sobre el escritorio.- hice lo que me pidió, aunque fuese muy vergonzoso.- Y abre las piernas.
Le miré como haciéndole la pregunta de "en serio tengo que hacerlo?"
- No cuestiones a tu maestro, pequeñaja.- dijo mientras me daba una nalgada y me levantaba la falda para observarme entera.
- N-No lo hago, S-Sensei.- dije en un gemido causado por la nalgada de antes y me abrí levemente de piernas.
- Bien, por fin me haces caso, - dijo acercándose y agarrándome de la caderas para posicionar nuevamente su miembro en mi entrada- así me gusta, sumisa, como debe ser una buena alumna.
Al decir eso hundió su pene en mi vagina, haciéndome arquear la espalda del placer de que me volviera a llenar.
- Me gusta que hagas eso.- puso una de sus manos en mi espalda, haciendo que me agachara aún más.
Empezó nuevamente con suaves embestidas, pero no aceleró, por lo que le miré decepcionada.
- Si quieres algo, pídelo. -mencionó en un tono pícaro.
- M-Más rápido, m-maestro.- dije muriéndome de vergüenza, pero expectante.
- Como desees, no tendré piedad en castigarte.
Hizo lo que le pedí y cada vez sus embestidas eran más rápidas y precisas, yo ya no podía callarme los gemidos.
- Gime mi nombre.- ordenó Aizawa estirándome del pelo, haciendo que levantara mi cabeza.
- A-Aizawa Sensei! - gemí.
- Ese nombre no.- me reprochó.
- Shōta- Senpai, más fuerte!
No vi su expresión al escuchar eso, pero estaba segura de que sonrió con satisfacción ya que acto seguido me agarró del cuello y me atrajo hacia su cuerpo, haciendo que las embestidas se notaran más fuertes y profundas.
Estábamos a punto de llegar al clímax. Él metió dos de sus dedos en mi boca para poder notar mis mordiscos de placer y me susurró al oído:
- Eres la mejor alumna.
Para acto seguido llenarme de su esencia, haciéndome llegar también al orgasmo.
Al fin y al cabo, el castigo no fue para nada aburrido.

~Fin~

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Espero que os haya gustado esta parte, decidme qué personajes queréis que aparezcan en próximos capítulos e intentaré actualizar lo más pronto posible. Gracias!!

~BNHA One Shots~ Lemon +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora