Segunda oportunidad.

428 34 2
                                    

Una última noche.


Después del chasquido, después de aceptar las pérdidas y emprender el viaje al pasado para regresar las gemas, Steve Rogers tomo la decisión más egoísta de su vida.

Regreso a su época, donde suplantó a Él Capitán América de esa línea temporal y tomo su vida para hacerla suya, alterando un sinfín de cosas con tal de obtener por una vez lo que él quería, se casó con su gran primer amor, tuvieron algo más que su ansiado baile y lo que se miraba como una feliz y larga vida a su lado, dejaba ver un hueco en las raíces.

Tras haber estado en un sueño obligado de setenta años, el despertar en una época totalmente diferente dónde lo que conoció ya no existía, dónde lo que anhelo ya jamás podría conseguirlo, quiso seguir adelante, hacer una vida.

Una pequeña luz de esperanza, una señal de que podía avanzar, dejando su doloroso pasado atrás apareció con ojos marrones y cabello castaño, sonrisa coqueta, voz sarcástica y un alma un poco dañada pero a pesar de ello tan pura que, hasta en cierto grado le daba envidia.

Al principio se negó a verlo, no quería aceptarlo, ni siquiera reconocerlo, no era fácil admitirlo siquiera en su pensamiento, no por el hecho de haberse enamorado de otro hombre, claro que no, sino porque se había enamorado del hombre que no amaba a nadie que no fuera Virginia Potts.

Al principio pudo lidiar con ello, no podía luchar contra ella y sus años de ventaja con el genio, así que se rindió sin siquiera intentarlo pero después, tras cada misión, tras cada día de convivencia en el Complejo, que paso de simplemente compartir comidas con el equipo a pasar noches en vela en el taller, hablando de cosas banales, anécdotas o simplemente disfrutando silencios cómodos en compañía del otro, mientras uno dibujaba y el otro trabajaba en su armadura, que le hizo darse cuenta, demasiado tarde, que estaba más que perdido, que sus sentimientos lo habían rebasado y en lugar de establecer distancia, había terminado cayendo de bruces a los pies de ese egocéntrico, sarcástico y egoísta castaño.

Y eso solo desencadenó una ola de eventos que lo destrozaron, desde el primer rechazo, hasta la última pelea donde finalmente se separaron, el tiró de gracia fue enterarse de su boda aún con la perdida de medio universo y la llegada del fruto de ese amor, entre la pelirroja y el amor, que él declaraba como el amor de su vida, había sido la estocada final para que abandonara toda esperanza y se sumergiera en una profunda soledad.

Hasta que surgió la posibilidad de regresar a todos los que se fueron, creyó que talvez esa sería la oportunidad perfecta para recuperar aunque fuera su amistad, y así parecía que iba a ser, le regreso el escudo, viajaron juntos a los 70’s, lucharon esta vez juntos contra Thanos, hasta que un chasquido los separó de nuevo, y esta vez, de forma definitiva.

Lloro lo que tenía que llorar, se arrepintió de las palabras no dichas, de los sentimientos no dados y se deprimió por perder lo único que lo hacía sentir que pertenecía a un lugar.

Así que cuando se hablo del viaje para regresar las gemas, fue el primero en ofrecerse, y el único en hacerlo, a decir verdad.

Cuando devolvió el Tesseracto, tuvo un impulso, ¿Para que regresar si ya no tenía nada por lo cual hacerlo?

Estaba Bucky, pero él se había adaptado más rápido que él sin problemas, y Sam estaría a su lado de forma incondicional, así que dejarlo ahí, no iba a ser tan malo pues no estaría solo.

Así que no lo hizo.

En lugar de regresar, adelantó el reloj diez años más sin una razón y se reencontró con su Peggy, pero los azares del destino le jugaron una treta, que si bien lo hacía ver como un asco de persona, no lo hacía sentir de tal manera porque fue lo que anhelo más, después de su baile con quién se había convertido en su esposa, después de trece años de matrimonio pleno y feliz como siempre lo deseo, el reencontrar a cierto castaño, aunque en una versión más joven, le dio otro impulso.

El Tony de dieciocho años de esa época, sin una Virgina Potts de por medio, ¿Le daría la oportunidad que jamás creyó poder tener?

Y la respuesta no demoró mucho en llegar, después de algunas cenas en casa de los Stark’s, después de convivir con Tony más tiempo del que era bien visto, obtuvo otra de las cosas – o personas, más bien – que siempre quiso.

Entre caricias y besos, el tono del encuentro subió de nivel cuando pasaron a los manoseos, aquella tarde en esa modesta habitación de hotel en la que se hospedaron después de ir a la feria de ciencias patrocinada por Industrias Stark.

Cuando probó por primera vez la boquita de piñón del castaño, sintió que subía hacia el mismísimo cielo cuando su cuerpo comenzó a arder como el mismo infierno.

La curvilínea figura de Tony Stark a sus joviales dieciocho años era de pecado, cuando estrujó por primera vez ese carnoso trasero, unas ganas infinitas de ponerlo en cuatro y penetrarlo para que gimiera su nombre, lo azotaron tan brutalmente que tuvo que marcharse para deshacerse de su dolorosa erección con el cuerpo de su esposa una vez que regreso a casa pero sin quedar satisfecho, hasta ese fatídico día donde las cosas tomaron su rumbo, en aquel pequeño departamento en la gran manzana que compró con el propósito de tener un lugar para pasar un tiempo a solas con el castaño, donde finalmente encamino el deseo reprimido que parecía formar parte de una vida pasada pero que ahora, lo hacía sentir que por primera vez estaba haciendo lo que quería, que por primera vez estaba obtenido lo que merecía.

Con manos hábiles delineó cada curva, acarició cada porción de piel que no cubría la estorbosa ropa, y cuando no se sintió bien solo con eso, sus manos se deslizaron debajo de las prendas.

Sus dedos ardían tras pasar cada tramo, desde la cintura baja hasta su abdomen, luego de regreso hasta perderse de nuevo en su trasero mientras le devoraba la boca con ferviente devoción. Sabía a café y donas.

Esta vez no iba a detenerse, no le importaba nada más que poseer el cuerpo de su amado Tony Stark, no le importaba que solo se tratara de un menor al cual le ganaba con quién sabe cuántos años, que era un delito, que técnicamente estaba abusando de la inocencia de un menor, iba a tomarlo de todas maneras.

Lo necesitaba, su creciente erección se apretó dentro de sus pantalones como prueba física de ello.

Había esperado quien sabe cuánto tiempo para tener una oportunidad así, y aunque fuese moralmente incorrecto, lo haría, sin dudas ni arrepentimientos.

—Ah… Steve…

Mordió su cuello con la sana intención de arrancarle ese gemido, los vellos de sus brazos se erizaron y una corriente eléctrica le sacudió su hinchado y erecto pene, ya no iba a aguantar más, ya no quería aguantar más.

—Te deseo tanto… — le susurró contra el cuello.

El cuerpo del menor tembló debajo de él, sus brazos le rodearon el cuello y sus piernas se abrieron para dejarlo encajar entre ellas, Steve no dudo y tomo el lugar que se le concedía, sin romper el beso, ni dejar de estrujar su trasero, con una mano desabotono uno a uno los botones de su camisa de seda, dejando ver la piel morena tan llena de vida debajo de él.

Cuando la camisa quedó totalmente abierta, Steve descendió los besos de su deliciosa boca hasta el hueco de su cuello, repartiendo pequeñas mordidas que después quiso curar con sensuales lamidas por los eróticos gemidos que emitía su pequeño castaño por deleitarse de tal forma con cada porción de piel.

Pero en el momento en que quiso descender aún más, las manos de Tony lo frenaron al sentirlas sobre sus hombros.

—Recuéstate. — ordenó y Steve lo miro confundido.

Sin mencionar palabra, le exigió lo mismo de forma silente con la mirada, el rubio aún en su extrañes, obedeció. Se recostó sobre el suave colchón y cuando vio a Tony hincarse entre sus piernas, supo exactamente lo que planeaba hacer, y su cabeza se alegró con demasía ante la expectativa y el deseo que la hacia palpitar y ponerse venuda y dura como una roca.

Se relamió el labio inferior al ver como Tony ponía su rostro a la altura de su hinchada polla. Le dirigió una sexy mirada desde su posición y sin apartar la vista, sin siquiera parpadear, comenzó a besar su pene sobre la tela de sus vaqueros obligándolo a morderse el labio inferior para reprimir un gruñido.

Con parsimonia repartió fogosos besos en toda su dureza, acompañado de una que otra caricia por parte de una de sus manos que después se desvió a desabrochar el estorboso cinturón, soltó el botón y con su dientes, comenzó a bajar el zipper de forma lenta y tortuosa.

Steve miraba atentamente cada movimiento, relamiendo y mordiendo con insistencia su labio tras cada caricia, para ahogar cada gruñido en su garganta y para mantener el escaso auto control que aún le quedaba.

Pero todo se fue al demonio cuando Tony deslizó completamente el zipper. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver el tamaño de su abultada polla aún dentro de sus bóxers y trago notablemente en seco.

Una sonrisa ladina apareció en su carnosos y apiñonados labios.

—Levanta las caderas. — pidió con voz baja, suave, casi un susurró pero Steve lo escucho perfectamente y obedeció la petición.

Metió sus dedos en el dobladillo de los bóxers y los deslizó hasta que por fin la exuberante erección del rubio quedó totalmente libre, irguiéndose en todo su esplendor y a Tony casi se le desencaja la mandíbula al ver su tamaño real.

Steve sonrió ante eso con suficiencia, tanto por su expresión como por el pequeño gemido que intento inútilmente ahogar en su garganta.

El castaño sacudió la cabeza, para salir de su estupefacción y continuar con la labor que el mismo se había encomendado.

Aunque sus ojos denotaban algo de duda, con firmeza sostuvo el hinchado pene de Steve, lo acarició un poco, desde la cabeza hasta la base y de regreso, se mordió el labio al ser consiente de la palpitación de su dureza, y se le hizo agua la boca.

¡Iba a comerse una magnífica polla!

Primero con su boca, y después con su trasero, un calor embargo su vientre y su pene despertó aún más ante el pensamiento, su entrada se apretó y sin meditarlo más, paseo su lengua por la punta de su polla.

Steve sintió un escalofrío de placer recorrerle la espina dorsal, y esta vez un gruñido si escapó de sus finos labios cuando la caliente cavidad bucal del castaño se cernió sobre su miembro.

Comenzó con una succión lenta, tortuosa, como si estuviese comiendo su dulce favorito con tremenda devoción, casi rayando con el ansia, Steve se aferró a las sábanas desistiendo el deseo de enredar su mano en sus cabellos y clavar su ritmo cuando la boca del menor dejo de apresarlo para lamerlo, desde la base hasta la punta para luego engullirlo de nuevo y emprender un ferviente sube y baja.

Las caderas de Steve comenzaron a moverse en acto reflejo, marcando un vaivén contenido, quería follarle la boca, ¡duro!, pero el poco auto control que le quedaba le recordaba que este Tony aún era un niño, prácticamente, tenía que ir despacio.

Pero eso se quedó solo como un pensamiento fugaz, pues Tony difería. Era joven, sí, inexperto, talvez, solo en práctica, pero en teoría, ¡Uff! Para eso se pintaba solo.

Había dedicado ciertos tiempos libres en estudiar la anatomía masculina, incluso vio algo de porno gay para una mejor ilustración. Aunque igual no brindaba mucho conocimiento pero lo poco o mucho que obtuvo, desató su enorme imaginación.

Así que, inesperadamente, con una succión prolongada donde acarició completamente la longitud de la polla de Steve, e incluso rozándola suavemente con sus dientes, propinándole un placentero espasmo en todo su cuerpo, se despidió momentáneamente de ella y dirigió su atención a sus bolas, las cuales comenzó a chupar con fervor mientras su mano comenzaba a masturbar el enorme miembro. Steve apretó los ojos y echo la cabeza hacia atrás, dejándose hacer.

—¡Joder! — gruñó entre dientes, aferrándose aún más a las sábanas pero cualquier pizca de autocontrol se fue al carajo cuando sintió un pequeño vaivén por parte del castaño.

Dejo de apretar los ojos por el placer y se inclinó para observar que Tony había comenzado a masturbarse con la mano que le quedó libre.

—¡Oh, no! — enterró su mano en sus hebras castañas, deteniendo su tarea de devorar sus bolas y el movimiento de sus manos sobre sus miembros — tú vas a venirte con mi polla en tu delicioso trasero, cariño.

De un movimiento rápido, Steve cambio las posiciones, dejando al castaño contra la cama, que solo bufó con un poco de molestia pero no le dedicó más que un segundo cuando lo vio ponerse de pie, con gráciles movimientos comenzó a desabotonar su camisa, la deslizó sobre sus hombros dejándola caer al piso y sonrió con satisfacción al ver las orbes marrones recorrer su cuerpo con descaro.

—D-debiste quitarte primero los vaqueros — le tembló la voz.

Las prendas estaban detenidas a la mitad de sus tonificados muslos y sonrió nuevamente con malicia. Se encogió de hombros y se deshizo de ellos con lentitud.

El castaño trago doblemente en seco al ser merecedor de aquella vista del Emblema de América como Dios lo trajo al mundo y una punzada de deseo le sacudió el cuerpo completo.

—Es tú turno, rollito, tienes demasiada ropa encima.

Volvió a treparse en la cama y con lenta delicadeza, comenzó a deslizar los vaqueros negros por sus hermosas piernas.

Tony contuvo la respiración sin darse cuenta, cuando terminó totalmente desnudo de la parte baja, su rostro fue adornado por un tenue sonrojo.

Sin decir más de lo que una mirada cargada de deseo, oscura de lujuria empujada por el peligro, del delito que estaba a punto de cometer con Tony Stark, acercó dos dedos a u boca, el medio y el índice, indicándole de forma silente que los chupara y sin dudar, ¡lo hizo!

Su cálida lengua de deslizo por ellos con cierta experiencia, humedeciéndolos tal y como el rubio los necesitaba, los chupo sugestivamente, recordándole la mamada que le estaba proporcionando segundos atrás mientras se perdía en la lujuria de esas orbes azules, que pasaron del color del mar al color del cielo a punto de anochecer.

Cuando lo creyó correcto, los trajo fuera de la boca del castaño, quien los rozo suavemente con los dientes antes de despedirse totalmente de ellos, un nuevo estremecimiento se apoderó de ambos cuerpos ante ese pequeño gesto pero Steve se compuso para estar totalmente consiente de lo que haría a continuación.

Descendió su mano por el cuerpo de Tony, los dedos húmedos rozaban sutilmente de cuando en cuando una pequeña porción de piel hasta que llegó a su punto dulce.

—Relájate. — su voz ronca le hizo rodar los ojos.

Relajarse era lo último que podía hacer, teniendo a un rubio ojiazul, Emblema de América con cuerpo de Dios Griego, manos grandes, dedos largos, pecho de acero y una descomunal polla que casi sentía que iba a hacerle mierda su pequeño y estrecho agujero, era simplemente imposible, cuando el caliente deseo de ser partido a la mitad por ese majestuoso ser le hacía hormiguear cada fibra de su cuerpo.

—Abre tus piernas para mí, cariño. — le susurró.

Tony obedeció inmediatamente y el sonrojó en su rostro subió de tono. Steve comenzó a repartir besos en su vientre semidesnudo de forma ascendente para distraerlo y con un movimiento suave, presionó su dedo índice contra su entrada.

Lentamente su dedo comenzó a hacerse espacio en la estrecha cavidad. Tony se retorció eróticamente cuando por fin lo tuvo todo adentro, porque justo al tiempo, le mordió uno de sus botoncitos rosas.

—Mierda…

Siseó entre dientes, mordiéndose el labio inferior.

—Lenguaje. — le recriminó el Capitán tras darle una lamida a su pezón.

Tony rodó los ojos y le sonrió, no podía enojarse con él ahora por su rectitud.

El rubio comenzó a mover su dedo lentamente, haciendo simulaciones de suaves embestidas y Tony sentía maravilloso al principio, pero con cada segundo que pasaba necesitaba más contacto, más fricción, necesitaba ser más llenado.

Por instinto, comenzó a mover sus caderas para hacer del encuentro con el dedo de Steve más rápido, y a la vez un poco más profundo.  Steve lo noto y no pudo evitar sonreír un poco por la evidente necesidad del castaño.

—Joder, Rogers. — Maldijo por lo bajo cuando Steve sacó su dedo de su interior, dejándole un horrible vacío.

—Creo que no es suficiente un solo dedo, ¿no es así, Tony? — ronroneo cerca de su oído para después morder el lóbulo de la oreja.

¡Claro que un maldito dedo no era suficiente pero no iba a rogar! O talvez sí.

—No, no lo es.

Tony lo miro con los ojos vidriosos mientras tomaba su mano con la suya, incitándolo a volver a poner ese largo y grueso dedo en su interior, aunque no era con lo que quería ser llenado ahora, tenía que estar bien preparado para lo que si lo llenaría, y talvez hasta lo partiría de placer.

Steve no dijo nada y se dejó guiar, su dedo volvió a entrar en la estrecha cavidad con un poco más de facilidad, lo saco, de nuevo un poco, para comenzar a simular embestidas y cuando iba a arremeter, deslizó un segundo dedo en el interior de Tony.

—¡AH! ¡Rogers! — gimió el castaño aferrándose a las sábanas.

—¿Eso te gustó? — Inquirió Steve con voz ronca.

Tony no respondió, solo le dirigió el intento de una mala mirada al rubio por la repentina acción, y justo ahí, noto la sucia sonrisa en esos labios tan decentes. ¿Quién se imaginaria que el Capitán América sería un gran pervertido al que le gustaba la idea de follar con el hijo de su mejor amigo?

—S-si.

Apenas y Tony pudo articular cuando movió sus caderas para que comenzará a mover sus dedos en su interior.

Steve entendió la orden y comenzó su tarea, primero pequeñas embestidas y luego movimientos circulares hasta la simulación de un par de tijeras que hicieron gemir y retorcerse al joven Tony Stark.

¡Por Odín! ¿Cuántas malditas veces se había imaginado tenerlo así, debajo de su cuerpo, a su completa merced, gimiendo para él?

Había escogido bien el año, aunque él ya era algo mayor, la edad de Tony era perfecta, no solo por el hecho de buscar tener el privilegio de ser su primer pareja sexual, sino porque estaría antes que ella.

Virginia Potts no aparecería hasta después de la muerte de sus padres, ni antes que él, y tal vez al paso al que iban, no iba a aparecer nunca.

—Ya, ya mételo, Steve. — gimió Tony suavemente cortando sus egoístas pensamientos.

Se sentía mareado, los movimientos de los dedos de Steve estaban aturdiéndolo de placer pero quería más que eso, quería que su primer corrida en el sexo fuera con su enorme polla perforando su trasero.

Steve sonrió ante la petición. Su polla estaba demasiado dura que casi comenzaba a doler, la fricción de la cama, los gemidos y súplicas de Tony no estaban ayudándole a mantener auto control, así que, obedeciendo a su lindo castaño, saco sus dedos y lo arrastró hacia el tomándolo por los muslos, hasta que sus piernas quedaron encima de las suyas, levantando un poco su trasero, en dirección a su polla.

—Espero que estés listo, cariño, porque aunque me lo pidas, no voy a detenerme. — le susurró con voz ronca.

—¡Solo métela ya, Rogers! — exigió. Lo necesitaba ya.

Y así como lo necesitaba, Rogers se lo dio. Tomando con su mano izquierda su duro miembro, guiándolo hacía su entrada y así meterlo de una sola y certera estocada.

—¡Ah, joder, Steve…!

Tony arqueo la espalda y hundió sus uñas en los fuertes brazos del rubio, quien a duras penas contuvo un gruñido que murió en su garganta al sentir lo apretado de su estrecho agujero.

—Joder… — gimió por lo bajo aferrándose a los hombros del menor, disfrutando de la sensación.

Ambos se quedaron estáticos un momento, sintiendo el perfecto encaje de sus cuerpos, fundiéndose en un solo ser y Steve no pudo evitar sonreír una vez más. Al fin estaba completo, al fin tenía a quien tanto quería y tanto había deseado desde el instante en que lo conoció, al fin podía ser feliz.

Conteniendo un estremecimiento, recorrió el cuerpo de Tony con sus manos, grabando a fuego cada curva, la sensación de su piel desnuda, cada tramo de su anatomía, en su memoria.

Tony Stark es un ser perfecto a su parecer. Esa sonrisa coqueta, esos ojos brillantes, esa actitud que te hace querer matarlo o hacerlo pedazos en la cama, y esa esencia tan jovial, y ahora, en esta línea temporal, esa existencia sería toda, absolutamente toda para él.

Pegando su rostro a su cuello, comenzó el rítmico vaivén de sus caderas, iniciando lento para después gradualmente aumentar la velocidad.

La habitación fue llenada de sus lujuriosos gemidos, sonidos que solo eran opacados por el chapoteo constante entre su polla y el delicioso trasero que lo devoraba con ferviente devoción. Las caricias quemaban su piel, los besos los hacían sentirse más hambrientos.

Esto era lo único que necesitaba para sentirse completo, Tony era su hogar y su esperanza, su vida y el amor que anhelaba.

Aunque sabía bien que no era correcto, iba a tomarlo todo de él, su vida, su tiempo, su amor, su virginidad incluso. Tony Stark había nacido para él, y él había sido congelado para llegar a su época y conocerlo.

No importaba si estaba casado con Peggy, no importaba si se trataba del hijo de su mejor amigo, no importaba si se trataba de un menor de edad, no importaba nada.

Eres mío, Anthony Edward Stark, solamente mío. — sentenció.

—Si, solo tuyo. — gimió el castaño en respuesta.

Tony se sacudió debajo de él y Steve se aferró con fuerza a su cuerpo cuando ambos se corrieron. Se quedaron así por unos momentos para recuperar el aliento, hasta que Steve salió de su interior y Tony se recostó sobre su pecho quedándose dormido casi al instante.

Steve lo estrecho entre sus brazos y aspiro fuertemente el aroma de su cabello.

Sabía muy bien que estaba siendo egoísta, pero, poseer el cuerpo, el amor, el alma de ese castaño, había sido el verdadero motivo de su regresión en el tiempo. Era su segunda oportunidad, y no iba a desperdiciarla aún cuando le causará daño a otros, después de todo, había decidido que su felicidad con Tony, estaba por encima de todo.

Te amo, Tony, y esta vez, no te dejare ir.

________________________________________

¡Uff! Antes que nada quiero pedir enormes disculpas con el descarado retraso de Destinado, pero he estado un poco liada para poder escribir el cap, por falta de tiempo y cosas así pero hasta este momento llevo ya la mitad del escrito XD espero poder publicarlo mañana o más tardar el miércoles, ojalá sea antes xs Aunque igual invertí algo de tiempo en este One-Shot que espero les guste :3

Necesitaba desesperadamente deshacerme de esta idea que me surgió de la nada, además de que quise ver cómo me quedaba el hard xd si, soy novata aún UwU así que espero lo disfruten un poco, me dejen algún comentario sobre los aspectos que debo mejorar o alguna crítica constructiva para mejorar en mi redacción y me disculpó desde ya si hay algún dedazo por ahí xd

Y por ahora, nos leemos hasta el próximo capítulo de Destinado.

Los amo tres millones ♥️

Los amo tres millones ♥️

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Egoísta. [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora