Te juro que intentado escribirle a otras chicas que no fueras tú, pero todo se ha quedado en un intento fallido, en una nota vacía en el borrador de mi móvil.
Noches de insomnio que creí que me llenarías de sueños. Horas en la bañera ahogando lágrimas mientras me sentía rota, tanto, que incluso mis pantalones ya no parecen tan rotos comparados conmigo.
Los hilos de mi corazón roto han volado con el viento y todavía te sigo guardando la aguja para que me lo cosas o para coserme a ti.
Hemos jugado demasiado a los barcos, y al final acabé tocada y hundida, por la distancia que nos separaba. Aún así, a pesar de todo, esperaré a que llegue el día en el que me arregles con tus manos, juntando mis piezas sin que haga falta un mecánico, con tan sólo un abrazo.
Aún sigo sin creerme que pasarán años hasta que vuelva a tocarte. Pasan los días y asumo la decepción de no despertarme a tu lado. Sueño demasiado.