Capítulo 8

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Cuando Inés abrió los ojos la luz ya se colaba por las pequeñas rendijas de la persiana y alumbraba  el cuarto.  Le costó unos segundos, lo justo para despertarse del todo, darse cuenta de que estaba en una habitación que no era la suya. Tragando saliva, miró hacia un lado y vio el cuerpo de Irene, quien todavía respiraba pausadamente indicándole que estaba dormida. Apretó los ojos con fuerza sin atreverse a mirar de nuevo, pero una acumulación de recuerdos de la noche anterior empezó a bombardear su cabeza y a repetirse uno tras otro. La piel se le herizó y una sonrisa involuntaria se escapo de sus labios, pero enseguida se encargó de borrarla dándose cuenta de la importancia de aquello.  

Comenzó a pensar en la situación y a ponerse nerviosa. "Por dios Inés, ¿Que pensaría cualquiera si viese esto?" se dijo a si misma refiriendose a la estampa de ambas  en aquel cuarto. "¿ Que pasaría si Xavi pudiese verlo?" La imagen de su novio apareció en su cabeza y los remordimientos empezaron a crecer con más fuerza. 

Sintió la necesidad de irse, de huir de la escena del crimen lo antes posile. Cogió su ropa del suelo intentando ser sigilosa para no despertar a Irene. Había encontrado cada una de las piezas excepto su sujetador que parecía haberselo tragado la tierra. Con cuidado se agachó para mirar debajo de la cama pero no tuvo éxito..

- Buscas esto? - Dijo Irene casi matándola del susto y alargando el brazo para darle el sujetador. 

- Gracias- susurró  tapandose el pecho con una mano y acto seguido dándose la vuelta para terminar de vestirse.

- No te pensabas despedir?- dijo Irene en un tono suave, sin intención de reprocharle nada.

- Si, es solo que no quería despertarte - se excusó  Inés dandose la vuelta ya casi completamente vestida.

- Ya..- contestó la otra chica aunque ambas sabían que las dos eran conscientes de que aquello no era cierto.

Irene se encontraba sentada al borde de la cama con la sabana tapando su cuerpo de tal forma que pareciese hecho a propósito, lo que no era así. Inés se acercó para dejarle un pequeño beso en la mejilla como forma de despedida. - Yo ya me voy, vale?- dijo con suavidad. Casi con vergüenza, la cual no había existido entre ellas la noche anterior.

Se dió la vuelta dispuesta a coger sus zapatos y su bolso, pero Irene fue más rapida y agarro su cinturón para luego tirar de el hacia atras haciendola caer torpemente encima.  Se rió por la cara de sorpresa de una Inés que intentaba incorporarse, para acto seguido darle un manotazo.

- Eres idiota - dijo la más bajita haciendose la cabreada.

- Eso por no despedirte bien...- susurró  burlona cerca de sus labios.

Inés se extremeció porque antes de que sucediera sabía lo que iba a pasar y lo peor de todo es que su cuerpo no pensaba hacer nada para evitarlo. El cuello de Irene se estiró un poco para alcanzar su boca y atrapó sus labios. Ambas notaron de nuevo aquella electricidad que empezaba a ser común.  El beso se hizo más intenso, como si ambas dudasen si sería el ultimo. Poco a poco se fue suavizando hasta que despegaron sus bocas con una lentitud casi torturadora.

Ambas sonrieron y no dijeron ni una palabra más. Inés recogió sus cosas y se dirigió a la puerta. Y se fue sin mirar atrás, porque si lo hacía quizás no podría salir de aquella habitación.

El camino hacia casa se le hizo eterno. Un encontronazo de sensaciones invadía su cuerpo. Se sentía culpable,  pero también se sentía plena y feliz, y de nuevo mucho más culpable por sentirse así.

Aquella noche tenía una cena de amigos, en la que por supuesto estaría Xavi. Al que decidió no ver hasta la hora de la cena. No se sentía capaz.No se atrevía a mirarle a la cara. Necesitaba unas horas para ella, para estar sola, para reflexionar de todo lo que había pasado. Para pensar en el. Y en ella. Y también en sí misma.

Despues de una tarde dandole vueltas supo que no estaba preparada para todo aquello. Se aferraba a Xavi como un clavo ardiendo. Se repetía a si misma que era solo una confusión, que se le pasaría, que todo se solucionaría.

Decidió hacer como si nada y disfrutar de aquella cena como hacia siempre con sus amigos y con su pareja. Se convenció a si misma de lo afortunada que era de estar en en ese ambiente, de vivir aquella vida. 

Y por un tiempo, lo consiguió. Brindó,río y disfrutó de la noche. Hasta que en un momento concreto cogió su movil y  se metió en instagram y por inercia hizo click en la historia de Irene. Entonces la vio, a ella, riendo, con aquella sonrisa sincera que solía acompañarla, junto con dos amigas. Se fijo en una pequeña marca que tenía en el cuello, en la que no había deparado esa misma mañana. Y sus mejillas se ruborizaron al reconocerse a si misma como autora de aquello. Su mente le jugó una mala pasada reproduciendo en su cabeza los gemidos de la noche anterior. Su estomago le provocó un cosquilleo y toda su piel se herizó. Entonces se dio cuenta de que por primera vez en mucho tiempo alguien había conseguido romperle los esquemas, y no podía permitirlo.

NIZA - IRENÉSWhere stories live. Discover now