ºoºFinalºoº

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Robin se despertó agotada, casi pareciera que no hubiera dormido nada, miró su almohada encontrándola toda empapada. Nuevamente se había pasado la noche llorando en sueños. Suspiró con pesadez, debía mantenerse fuerte ante aquella situación.

Su pequeño Chopper se iba.

Se levantó de la cama encontrándose con su marido tomando un café de manera tranquila mientras leía el periódico, el peliverde le dedicó una mirada comprensiva -buenos días- saludó él con cariño.

-Buenos días...- respondió ella mostrando una sonrisa. Una que Zoro hacía años que no veía en aquella hermosa mujer, ahora algo afectada por la edad.

- ¿Cómo te encuentras? - preguntó él, dejando el café y el periódico apartados.

-Bien...- respondió cortante, aun mostrando aquella sonrisa tan llena de tristeza. Zoro le mostró una mirada disconforme a la morena - ¿Qué? - preguntó ella haciéndose la tonta.

-A mí no me engañas, sé que te duele, pero...- la mujer soltó un ligero golpe sobre la mesa.

- ¿Que me duele...? - dijo adolorida con los ojos lagrimosos- ¿Que me duele? - repitió empezando a llorar -no me duele... es desgarrador- susurró agarrándose el pecho con la mano.

- ¡Mamá! - dijo una voz asustada tras ellos. Robin dio media vuelta, encontrándose con un joven de unos 20 años, castaño y con la nariz sonrojada.

-Chopper...- dijo ahogando un grito lleno de dolor, y sin poder evitarlo se lanzó contra su, ya no tan pequeño, hijo. Este se sorprendió al recibirla entre sus brazos, arrullándola entre ellos como si fuera una niña pequeña.

-Mamá...- dijo sin comprender - ¿Qué le ocurre? – preguntó, buscando la solución a aquel llanto en la mirada de su padre, ahora cruzado de brazos con una mirada algo recelosa.

- ¡No te vayas cariño! - suplicó la mujer, llorando sobre la camisa de su hijo y manchándola de lágrimas - ¡No dejes sola a tu madre! - .

- ¿Y yo estoy pintado o qué? - se quejó Zoro, levemente ofendido por el comportamiento de su mujer. Chopper le dedicó una mirada furtiva ante el comentario.

-Ay, mamá...- dijo acunándola entre sus brazos - ¿Que voy a hacer contigo? - la mujer siguió llorando unos instantes.

-Pero... ¿Y si te pasa algo? ¿Y si te enfermas mientras estás ahí fuera y no está tu madre para cuidarte? - una pequeña gota de sudor caía por la frente del menor al ver la insistencia de su madre porque se quedará. Porque si, Chopper se iba del país para cumplir su sueño de estudiar medicina y al parecer se quedaría en un viejo local que el Doctor Law le prestaría al chico para sus estudios, curiosamente este también fue el que usó el mismo Trafalgar en su época de estudios, siendo también él quien había facilitado muchas cosas para que el pequeño de la familia Roronoa pudiera entrar como recomendado en la misma universidad en la que se graduó él con honores.

"Puedo mover algunos hilos" fue lo que dijo cuando les comentó la idea a la familia, mostrándose Robin escéptica ante la idea desde el primer momento. ¿Que su niño se iría del país hasta pasadas navidades? ¿Para luego volver a irse hasta semana santa? Ella no iba a permitir eso, pero la mirada de ilusión en su hijo acabó por ablandar el corazón de la niña demonio.

- ¡Ey, Chopper! - llamó el peliverde desviando la atención del menor - ¿Cuándo sale el avión? - preguntó curioso.

-Pues... sale hoy a las doce de la noche- explicó mirando el reloj de pared. Causando que la mujer llorara aún más fuerte, ante la idea de que le quedaban poco más de doce horas con su hijo, el cual solo pudo tratar de consolarla.

Seamos Una Familia. Zorobin. ReeditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora