El mentiroso: "Insensible a ti"

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Habían sido dos semanas desde esa noche que estuvimos juntos, desde que recibimos aquella videollamada de Zac mostrándonos a Reynaldo cantando. Durante todos aquellos 14 días, todo se volvió complicado, me la pase viendo a Xenres a escondidas. Por las noches, cuando salía de la escuela, en la casa de sus padres. Cada vez más complicado en vernos, pero ciertamente me estaba cansando, mi príncipe no encontraba el valor para terminar su relación con el veterinario Eugenio con él cual vivía. La sangre me hervía cada anochecer porque sabía a la perfección que mi príncipe iría a acostarse en la cama de otro hombre y no en la mía, era un enojo enorme porque de seguro lo abraza y le da un beso de buenas noches cuando debería ser yo quien esté en su lugar. Las miles de mentiras que habíamos dicho, todas aquellas excusas para vernos o estar juntos, estaba cansado.

— Jefe, ¿Todo bien? — Volví en mi cuando uno de los trabajadores de la tienda de la tequilera me tomaba del hombro.

— Lo siento, estoy en la pendeja. Creo que mejor me iré a descansar, ¿Puedes quedarte a cargo? Ya mañana me entregas las ventas de hoy y hacemos cuentas. — El joven trabajador se le iluminaron los ojos al decirle eso, la razón, era sencilla. Era su oportunidad para demostrar que podría ser un buen gerente. No he escogido a uno y esa es la principal razón o mejor dicho la mejor excusa para prolongar mi estadía en la ciudad de México. — Confío en ti. — Le dije con una sonrisa y dándole unas palmadas en su hombro como señal de ánimos y el joven solo me respondió con un animado "Si, señor".

Al salir de la tienda tome mi viejo carro que me habían traído desde el rancho para moverme, en vez de dirigirme a la casa de los señores Rivero, fui directo a la facultad de mi príncipe, me quedé esperando unos minutos, sabía sus horarios y rutas de salida por lo que me detuve en un lugar donde fuera visible para él.

No pasaron ni 5 minutos cuando aquel chico apareció con una compañera, al parecer venían hablando de algo divertido ya que se encontraba riendo, su risa se cortó de repente cuando miró mi auto. Se despidió de aquella chica corriendo hacía donde estaba casi estampándose con la puerta del copiloto.

— ¿Qué haces aquí Valentino? Acordamos vernos hasta la noche. — Dijo con nervios.

— Cambio de planes, sube. — Mi voz seria se escuchaba algo intimidante pero no me importaba estaba enojado por los pensamientos que había tenido antes. Abrí la puerta esperando que subiera pero estaba dudoso.

— No puedo. Quedé encontrarme cerca con Eugenio, no sé si vaya a venir. Puede vernos. — Fruncí mi ceño al verlo y escucharlo.

— Entonces llámale y cancélale porque no me iré de aquí al menos que pongas tus lindas nalgas en el asiento. — Dije enojado.

— ¡¿Pero qué te pasa?! —

— ¿Vienes o no? — Le di un ultimátum, en verdad estaba harto de la situación porque no quería verlo más junto a él, lo celos me estaban colmando la paciencia. Xenres solo se me quedó viendo que iba enserio con lo que decía, rápidamente subió y sacó su celular llamando a Eugenio.

El Charro: "Pugna de Reyes"  (LGBT/Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora