...with his song.

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Introdujo temblando, el cuchillo en el abdomen de la joven desnuda que yacía en el piso con sus piernas fracturadas y su boca tapada con cinta al igual que sus manos a una columna de lo que parecia un sótano con muy mala iluminación.

-Todo por ti, amor-

Se retorcía de dolor, apenas eran audibles sus gritos casi ahogados, pero esto solo logró que la atacante se pusiera más ansiosa. Retiraba e introducía cada vez con más fuerza y rapidez el fino untesillo en la carne débil de la muchacha.
El miedo se transformó en éxtasis, tanto así es que aún con el cuerpo inerte de la joven seguia apuñalándolo.
Solo cuando sus brazos empezaron a flaquear por todo el uso de calorias gastadas en el ejercicio, se detuvo a observar su obra de arte. Una mezcla de tripas cortadas, huesos fracturados y piel que iba de tonos negros a rojos era lo que quedaba ahora de lo que solía ser una jovencita con muchos años por vivir de no ser si nunca se hubiera topado con él. Aún con una leve amenaza telefónica no se dio marcha atrás y ese fue su punto final.

-Te lo mereces, puta-

Clavó el cuchillo en la frente para luego meter sus dedos en uno de los ojos del cadáver y lo arrancó de su lugar. Lo observó detalladamente como en sus orbes azules quedó grabado el terror que sufrió. Antes de levantarse también retiró el otro y fue hacia el escritorio de madera que estaba cerca, tomó un frasco con formol y puso los ojos allí dentro. Lo agitó un poco como si de un globo de nieve se tratase, rio por lo bajo y lo puso en el estante de más arriba.

Creyó que no tendria la fuerza suficiente, no fisica, sino mental, para seguir con ello, pero no había vuelta atrás. Ya no. No cuando vio su cara reflejada en el espejo de su baño, casi cubierta completamente por sangre pero con una gran y satisfactoria sonrisa en ella. Había descubierto una nueva faseta suya, y debo decir que realmente le gustó.

Finalizada la ducha, después de unos minutos buscando por el ático al fin pudo dar con la antigua sierra que su padre usaba para cortar los arboles y hacer fogatas en los campamentos familiares que hacían cuando ella era niña. A pesar de los años mantenía su filo casi intacto, podría cortar carne como si de una hoja de papel se tratase y así fue como trozo por trozo iba cortando el cuerpo inerte de su ex mejor amiga. Fue sencillo exceptuando en las partes donde el hueso de su esqueleto se resistiera a ser cortado y tomaba de su ira para pasarla a energía para asi lograr que el miembro fuera extraído. Tedioso y agotador era el trabajo pero aun faltaba mucho para dar por terminado, extraerle los dientes y uñas, ácido para quemar todo rastro de identidad o huellas, tanto del atacante como la víctima, bolsas para envolver cada parte, cinta para sellarlas, subirlas al baúl del coche junto con una pala, manejar por un par de horas hasta llegar a un bosque casi remoto, adentrarse en él, cavar un pozo y tirarlo ahí rellenando el agujero con la tierra removida.

Le dio una última mirada y emprendió el viaje para volver a casa, lloraba y cada tanto le daba un golpe al volante pero no por rabia o tristeza, era felicidad mezclada con euforia. Por primera vez en años se sentia viva, más viva que nunca.

Aún con la llegada a casa no se podia dar el lujo de descansar, limpió el auto, quemó las pertenencias que traia la joven, luego tomó químicos y lavandina para limpiar la sangre del piso y de los materiales usados, dejándolos esterilizados.

Se dio una segunda ducha, se puso su pijama preferido y se lanzó a su cama, su cuerpo poco a poco se relajaba porque al fin podría dormir en paz, de que no se carcomeria la cabeza pensando que Ruthy estaría con su amado seduciéndolo, porque ella ya no estaba y muy posiblemente la den por fugada de casa porque antes de aparecer ante su puerta ella le rogó que le dejara pasar un tiempo en su casa porque no tenia donde ir.

Hipócrita.

Pensar que eran las mejores amigas.

Pero todo cambió cuando apareció, y ambas cayeron enamoradas por él.

Killing Me SoftlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora