Mi ex o mi novio

Prologo

Hace unos cuantos años atrás estaba pasando los mejores días de mi vida acompañada de Rob, el me hacia tan feliz.

Paseábamos juntos por todos lado íbamos juntos a la playa, siempre me esperaba al salir de la escuela, íbamos a comer juntos a mi casa, mi mama también lo quería bastante se llevaban muy bien, era como otro hijo para ella.

Pero todo esto cambio de un día para otro...

Me mando un mensaje de texto diciendo que si nos podíamos ver y claro dije que si, a pesar de que me pareció bastante extraño que no me marcará ya que a él no le gustaba mandar mensajes de texto, decía que eso era más impersonal por eso siempre prefería marcar aunque fuese por algo bastante sencillo.

Cuando llegué  al muelle de la playa lo vi ahí sentado en nuestra banca, ahí pasábamos horas juntos siempre que íbamos a la playa.

Me acerque hasta el, me miro a los ojos y le iba a dar un beso y el me aparto, me sorprendió bastante y comencé a sentirme un poco extraña, después me miró y lo único que me dijo fue:

- lo nuestro ya no puede seguir, aquí termina todo-

Me quede congelada, no podía decir nada, sólo seguía mirándolo.

El agacho la cabeza y me dijo:

- Espero que te vaya muy bien, y que seas feliz, por favor no me busques, prefiero que todo quede así-

Se levanto de la banca me dio un beso en la frente y camino directo hacia su coche.

Me quede sentada viéndolo irse cuando comense a sentir cómo caían por mi rostro las lágrimas, no podía parar de llorar, no entendía lo que había pasado, todo estaba perfecto entre nosostros, no podía encontrar algún motivo por el caul el me haya podido dejar.

Lo que único que podía hacer era seguir llorando,  me quede un tiempo así hasta que sonó mi celular era mamá me había mandado un mensaje que decía:

-Cariño donde estás ya es muy tarde por favor regresa-

Mire la hora en el celular y vi que ya habían pasado 5 horas desde que el se había ido; para siempre.

Limpie las lágrimas de mi cara, pase saliba, tome mi bicicleta y salí de ahí, no quería volver más al muelle, a esa banca que me recordaría a Rob para siempre.

Ese día mi vida y yo cambiaron por completo.