SIXTEEN

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Primer día de clases...

–Anda YoonGi, déjame poner música, por favor.

–No Picazo, ya me di cuenta de que sólo me dices YoonGi cuando quieres algo.

Yo sólo pude voltear los ojos.

–No me hagas eso, si no dormirás debajo de un puente Picazo.

–Está bien, está bien señor aburrido– dije mientras hacía un puchero y miraba por la ventana.

–Me gusta tu ropa– dijo de repente.

–Es tres tallas más grande que yo– dije mientras miraba hacia enfrente.

–Así está bien, no tendré que golpear mocosos por sobrepasarse contigo.

Si, YoonGi eligió ropa mucho más grande que la de mi talla, dice que mi cuerpo no es como el de las coreanas y que por eso me tiene que cuidar.

–Llegamos, no hagas tonterías, y no olvides que debes entrar por...– lo interrumpí.

–Si, por la puerta de servicio, ¿Algo más papá Min?

–Cuídate Picazo– dijo mirándome a los ojos con una sonrisa– ten un buen día, y baja ya de mi auto, lo llenas de gérmenes– ¿Cómo es que puede cambiar de actitud tan rápido?

Salí del auto y me dispuse a caminar, YoonGi me dejo una cuadra antes para evitar que lo reconocieran, claramente no quería que lo vieran conmigo.

Vamos Sam, tú puedes, no lo arruines, se pacifica, y sonríe.

La campana estaba sonando, bien, excelente manera de iniciar el día.

Entre por los pasillos de la entrada, había muchos alumnos corriendo de un lado a otro, gritando y en pequeños grupos.

Muchas de las chicas se me quedaba mirando, yo tenía ganas de poner un letrero en la frente que dijera "¡Si, no soy Coreana!"

Un chico iba corriendo en dirección contraria a la mía, así que choco conmigo y sus cosas cayeron al suelo, de inmediato me agaché para ayudarle a recogerlas.

–Lo siento, lo siento, tengo clase, y se me hace tarde– decía el chico con lentes cuadrados, y que al mismo tiempo era muy guapo.

–Tranquilo, tranquilo, no hay problema– dije con una sonrisa– Soy Saman...– no termine de decir.

Alguien había aprovechado que estaba agachada para meterme una nalgada.

Me paré hecha la furia, sólo pude ver a un chico con una gran sonrisa en el rostro sin nada de vergüenza por lo que hizo.

Iba a soltarle una bofetada que hasta a mi me dolería. Pero alguien se me adelantó.

–Oye, ¿Que te pasa tarado? Es una dama respétala– dijo un chico bien vestido, tomándolo del cuello.

Bien, yo quería destacar, pero no sé esta manera haciendo el espectáculo que estábamos haciendo.

El chico le dio una bofetada, haciendo que el chico que me nalgueo se enojara y le respondiera a mi héroe dandole un golpe en el ojo.

El chico al que se le cayeron las cosas intento calmarlos antes de que un maestro pudiera darse cuenta, pero ya era demasiado tarde, el rector estaba frente a nosotros cuatro.

–A mi oficina, todos– dijo con un tono autoritario, haciendo que mi piel se pusiera de punta.

Los cuatro lo seguimos en silencio hasta su oficina, una vez que llegamos el se sentó en su silla y nos miraba detenidamente a cada uno.

COMPLICATED   MYG    (LOVE BOOK 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora