Consejos de Amor

Capitulo 2

Nunca creyó asustarse tanto en su vida. Su corazón latía rápidamente y le temblaban las piernas.
- ¡¡ME ASUSTASTE GATO TONTO!!-
Le gritó revoleando una maseta que tenía cerca.
A duras penas nuestro héroe lo esquivo.
- Wow, que puntería, casi me das ¡eh! - expresó efusivamente con una sonrisa.
- voy a escupir el corazón ¿¡Que haces acá!?-
- Estaba patrullando cuando te vi, me pareció que necesitabas ser salvada-
Marinette lo miro, la rebelde y dorada cabellera del gato se movía con la suave brisa, brazos cruzados a la altura de su pecho, sus ojos verdes afilados la observaban desde arriba del tejado.
- ¿Que te hace pensar eso?- pregunto refunfuniando dándole la espalda.
- ¿El agua que salía de tus ojos? ¿Tu cara hinchada y roja? No lo sé, parecía que necesitabas ser salvada de tus pensamientos ¿no crees?-
- No estoy toda hinchada- respondió la chica llevando las manos a su cara, la sintió caliente e inflamada, no observaba donde empezaban ni terminaban sus mejillas
-Rayos, si que estoy hinchada-
- Te dije -  Advirtió con una sonrisa ladina.
Avergonzada se tapó la cara con sus manos. No podía creer que el super héroe la viera así, en decadencia. Definitivamente él vio todas sus caras y facetas.
Chat Noir se acerca hacía ella y le corre una de sus manos, estaban calientes y húmedas, apostaba todo a qué si las probaba también estarían saladas. Su pecho se estrujó, se sentía tan culpable, verla así, mal, por su culpa. Él nunca se puso así por su Lady, por más que ella lo rechazará más de mil veces cada vez que se confesaba, se ponía mal, si, pero nunca llegó a devastarse de tal forma, nunca imaginó que Marinette lo amara tanto, se sentía un estúpido ciego.
- ¿Quieres comentarme que pasó? - le dijo suavemente y mirando al solo ojo que destapó.
Ella lo miró, el nudo en su garganta volvía a aparecer, quería sacarse todo de adentro, creyó que lo hizo en la torre Eiffel, pero volvía a crecer otra vez y quería arrancarlo de su ser.
-El chico que me gusta me rechazó- dijo dándose vuelta, se apoyó en la baranda observando la oscuridad de la noche - Yo... Él era mi mundo entero, cada hora, cada minuto pensaba en él, lo era todo y ahora ya no me queda nada...-
Adrien respiro fuerte, no se esperaba esa respuesta, preocupado se apoya al lado de su compañera y la observa.
-¿Y que vas a hacer?-
Ella lo mira extrañada -¿Cómo? No entiendo...-
-¿Que vas a hacer al respecto? ¿Vas a luchar? ¿Te vas a rendir?-
Por la mente de nuestra protagonista pasan miles de recuerdos. Todos llenos de sonrisas y felicidad, todos relacionados con él.
Antes de que ella se confesase eran muy buenos amigos y ella así era feliz ¿Por qué tuvo que arruinarlo confesándose? Si tan solo pudiera hacer que las cosas fueran como antes.
- No lo sé.. solo, quiero que las cosas vuelvan a ser como antes, borrar el día de hoy y seguir como si nada...-
Eso definitivamente le dolió, se sentía una mierda, ver a su amiga así, con tal agonía, por qué él no podía corresponderla, pero de algo estaba seguro, el día de mañana la trataría igual que siempre.
- Bueno princess, por si no sabías, yo soy un experto en hacer como que nada pasó, si me permites, podría darte algún que otro consejito-
Eso la hizo reír, no se lo esperaba.
-¿Así? ¿Por qué lo dices?-
- El amor de mi vida me rechaza una y otra vez y ¡Hey! Acá estoy vivito y coleando, además de que lucho con ella casi todos los días y todo sigue igual, digamos que soy experto en este rubro-
Ella lo pensó, nunca lo había visto así, pero es verdad, ella misma constantemente lo rechazaba pero él siempre volvía feliz y con fuerzas renovadas, realmente admiraba al mínimo, ojalá ella pudiera ver mañana el rostro de Adrien y sonreírle como siempre, sin pensar que él sabe de sus sentimientos pero no puede aceptar por qué hay otra en su corazón. Tenía que darle créditos al superhéroe en látex negro, esa fuerza y carisma sí que eran envidiables, tal vez aprenda un par de trucos del chico al que siempre dejaba en el banco ¿Quien sabe? Tal vez juntos podrían olvidarse el uno del otro.
- Está bien gatito, acepto-
Tal vez Adrien no pudiera consolarla ¿Pero quien dice que Chat Noir no podría hacerlo?