Año 2048, las bio-impresiones son el método más utilizado por la medicina para realizar trasplantes a través de órganos impresos. El doctor Jack Walls confía ciegamente en esta tecnología, hasta el punto de llegar a los golpes si la discusión con un semejante opositor a la impresión de órganos se torna muy acalorada; como la ocurrida hace unos años con el neurocirujano Stephan Stone, quién era solo un veterano recién ingresado al hospital general de Portland, Oregon con aires de cambio. Stone planteaba la siguiente teoría, "las impresoras y cualquier otro tipo de máquina controlada por un procesador son muy vulnerables, hay que regresar a la antigua práctica del trasplante de órganos convencional y volver a tener doctores preparados para lograr una hazaña de ese calibre"; Walls que había nacido con la tecnología de impresión ya insertada en la sociedad y no creía que un humano torpe y con grandes posibilidades de fallo pudiera hacer las cosas mejor que un robot programado para una sola acción que no podría distraerse con nada, porque lo habían educado así y su aprendizaje se basó en las técnicas de impresión y qué hacer si una impresora falla en una tarea. Todo lo contrario sucedió con Stone que vivió el cambio de los métodos para trasplantar y así fue como perdió su empleo, su familia, su dinero y todo su reconocimiento como cirujano.
El jefe del departamento sabía de las constantes discusiones entre ambos doctores, por eso los separó, Walls fue a parar a el ala oeste y Stone a el ala este, cruzándose sólo a la hora de comer o cuando alguno de los dos salía al patio a relajarse luego de una dura jornada de operaciones.
CONTRARRELOJ
Cada uno tenía sus problemas con su método de cirugía, los de Walls se agravaron en un trasplante de riñón:
- ¡Doctor, la impresión no se va a realizar a tiempo! - gritó la enfermera Lawrence.
- No digas tonterías mujer - recriminó Walls.
- Es verdad señor, la impresora está tardando más de la cuenta - aclaró el instrumentista.
- ¡Maldita sea!, tendremos que usar el riñón humano entonces - aclamó Jack
- Está bien, comencemos - afirmó la enfermera
- ¿Cómo puedes estar tan tranquila Lawrence? - preguntó Rogers
- Porque ya he trabajado con el doctor Stone, se cómo actuar en una de estas operaciones - respondió Melanie con tranquilidad.
- Si, puede ser que tú sepas cómo hacer de enfermera en una cirugía convencional, pero Walls no parece muy preparado para hacer de médico.
La inmediata reacción de ambos fue voltear a ver a su médico encargado, el doctor Walls, temblando, sudando y con la mirada perdida en el riñón humano.
Por su cabeza sólo pasaban dos cosas, "no pienses en Stone" y "vamos Jack es sólo hacer la operación completa tu mismo, no es tan difícil".
- ¡Vamos ustedes dos! - gritó Walls eufórico luego de haber estado un par de minutos pasmado en el medio de la sala de operaciones
- Manos a la obra - acompañó Lawrence
- Más les vale no cagarla - Gregory que no confiaba para nada en Walls cuando la impresora fallaba, temía por la salud de la persona en la camilla
- ¡Cierra el pico novato!, esto está controlado - Walls que había recordado porque era médico volvió a concentrarse en el paciente.
Luego de 2 duras y tensas horas de operación, el doctor y sus compañeros salieron al patio para discutir qué fue lo que pudo haber fallado con la impresora.
- Debió ser Stone - explicó Walls con cierto rencor
- No creo a Stephan capaz de algo así - respondió Melanie inmediatamente
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Historia para el certamen
Science FictionHistoria realizada para un certamen del CONICET