Capítulo 29

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Narra Lissa

Vuelve a mirar hacia atrás y acelera la velocidad. Para aquel momento ya los chicos tendrían que haberse dado cuenta de que se había ido. Sabía en su corazón que Drake no la lastimaría, pero precisamente debía hacer aquello porque lo amaba. Estaba segura de que todavía había bondad en su corazón, de que todavía podía ser capaz de perdonar, de que podía ser bueno.

Detiene el paso y el olor de su ejército la recibe, ya estaba allí, en el lugar que antes había sido su casa. Varios Cuerpos sin Alma se acercan a ella con pasos lentos y torpes, se pone recta y comienza a caminar pasando por el lado de ellos, no necesitaba escoltas.

-- ¡Vas a encontrarla o te juro que te mataré de nuevo! --- la voz cabreada de Drake la hace detenerse. No podía ver el rostro de la chica a la cuál le gritaba, porque estaba segura de éso, era una chica.

Drake olfatea el aire y alza su rostro agrietado, buscándola, sus ojos completamente negros se detienen en ella y casi pudo ver alivio en ellos. Observa a su alrededor y pudo ver el jaleo y el alboroto, él la había estado buscando, estaba segura de ello.

-- Lissa... --- susurra el hombre y su rostro vuelve a parecer humano.

Mientras Drake se acercaba, pudo ver el rostro de la chica a la cuál le gritaba unos instantes antes.

-- Betty... --- susurra ella horrorizada por lo que veía. Parecía muerta, una zombie, sin vida. Le pasa por el lado a Drake sin importarle su mirada de alivio y se acerca a Betty, la sacude, pero nada. --- ¡Betty!, Betty ¿Qué te ha hecho?

El rostro agrietado de la chica era demasiado pálido, sus ojos sin color y sin vida no la miraban, aquella no era la prima de su esposo, parecía un fantasma. Se gira y ve a Drake observándola seriamente, sus ojos fríos se posan en Betty y sonríe malévolamente.

-- ¿Qué le hiciste? --- susurra horrorizada. --- ¿Qué clase de monstruo eres?

Él no responde, pero vuelve a mirarla. ¿Acaso no le diría nada?

-- ¿Porqué haces ésto? --- pregunta ésta vez un poco más enfadada. --- ¡Es tu prima!

-- ¡Y ella me traicionó! --- grita él enfadado y su rostro vuelve a agrietarse. --- Ella sabía las consecuencias de ayudar a los Harrison y aún así lo hizo.

-- No pienso aceptar ésto. --- dice decidida.

-- Tendrás que hacerlo, amor. --- sus ojos oscuros la taladran. --- Porque no pienso dejar que vuelvas a irte de mi lado, acabaré con los Harrison y tu estarás ahí para verlo.

-- No puedes obligarme. --- susurra.

-- Se nota que no me conoces entonces. --- sonríe.

No podía creer lo que escuchaba, el hombre que decía amarla quería mantenerla prisionera. Ella había confiado en él, y ahora se había metido en la boca del lobo, literalmente, pero éste lobo era peor, mucho peor. Sabía que Drake no había amado a su padre, entonces, ¿Porqué se empeñaba tanto en su venganza? A él ni siquiera le había importado la vida de ella, ¿qué podía hacer para ayudar a los Harrison? Y se le ocurrió que pelearía, aunque le doliera en el corazón y en el alma, no quería estar de su parte y no lo estaba.

Estaba embarazada, y por alguna extraña razón para ella, Drake no quería deshacerse del bebé. El instinto maternal corría por sus venas, y Melissa estaba dentro de ella y sabía que aquella chica iba a pelear por su libertad, ¿porqué no ayudarle a ella en vez de a los Harrison? Después de todo, ella también quería su libertad, porque ya no pertenecía a ése mundo, había dejado de estar viva hacía ya mucho tiempo.

¿Enamorarme de un lobo? ¡JAMÁS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora