Capítulo 12

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La luz de la luna era lo poco que iluminaba el camino que los llevaría a la carretera donde continuarían para llegar a una ciudad, pero cuando pasaron como dos horas de camino se detuvieron debajo de un árbol para poder hablar de lo que iban hacer.

-¿Y bien? -Quiso saber Mar cruzándose de brazos.- ¿Por qué demonios no le dijimos a papá sobre vuestra situación?

-Porque no hace falta que sepa. -Aclaró el de lentes volviéndose hacia ella.- Podemos armar un plan con lo que tenemos...

-Pero no podremos infiltrarnos o siquiera hacer un ataque directo. -Recalcó Luis mirando al que tenía una mochila.

-Nosotros no podemos -volvió su vista hacia la única chica del lugar.-, pero tú sí.

-¿Qué? ¿Pretendes que me infiltre en ese lugar cuando ni siquiera recuerdo dónde dejé mi chaqueta de cuero? -Bramó Mar dando un pequeño bufido para sacarse aquella chaqueta verde y tirarla al suelo con indignación.- No puedo hacerlo...

-Mar -el de lentes respiró hondo antes de continuar, se levantó de su lugar antes de buscar algo con la mirada.-, eres la única que puede mantener el plan; solo que con el ligero cambio de que estarás sola.

-Puedes hacerlo, Mar -Luis se acercó a ella con cuidado para poder colocar su mano en su hombro.-, eres mi prima y puedes hacerlo; te ayudaremos cuan esté en nuestra mano pero no podremos si no te esfuerzas.

La de cabello negro se volteó a ver a aquellos ojos ámbar que tanto simbolizaba a su querida familia. Dio una sonrisa de lado, algo forzada pero era un sonrisa.

-De acuerdo, pero aún así no sé dónd...

-Ya está. -Comentó David que se encontraba agachado en el suelo con un palo en la mano.

Ambos familiares se dieron una rápida mirada antes de levantarse y acercarse a lo que había hecho el tercero. Una vez a su lado vieron con claridad que había dibujado de manera exacta el mapa que les enseñó el líder.

-Menuda memoria. -Halagó la otra con las cejas ligeramente alzadas por la sorpresa mientras se agachaban a su lado.

-Son 43 kilómetros de diámetro. -Corrigió Luis borrando aquel número que había en el círculo y colocando el correcto.

-No soy bueno para los números. -Se justificó el de lentes.

-Bueno, -Mar dio un suspiro.- decidme qué demonios tengo que hacer y cuándo.

-Tendrás que pasar cinco días allá -habló con calma David.-, cuando pasen irás al almacén de comida donde pondrás bombas en la pared que da hacia afuera -señaló la pared mencionada.-; lo harás a las tres de la mañana, nosotros pondremos explosivos en la cerca que rodea el campamento para que se piensen que es un ataque.

-Un tiempo estimado sería un minuto. -Habló Luis logrando que sus compañeros asintieran de acuerdo.

-Dejadme repasar el plan. -Soltó Mar acariciándose sus sienes.- Me meto en la armada donde luego pasaré unos días, luego, en el quinto día, a las tres de la mañana tengo que irme al almacén de la comida donde en la pared exterior tengo que poner bombas; cojo la comida, la pongo en uno de las avionetas, venís vosotros y nos piramos.

-Básicamente, sí. -El familiar asintió con suavidad.

-Pero una vez que lo hagas, ya serás oficialmente una criminal para ellos. -Informó el de lentes con seriedad.- Por eso es imprescindible que cojas todo lo que puedas.

-¿Y las armas? -Quiso saber curiosa.

-De eso nos encargáremos nosotros. -Luis se volteó confuso al escuchar aquello.

-Pero...

-Confía en mí. -Fue lo último que dijo antes de levantarse.- Ahora, Mar, intenta memorizar el mapa para que no te pierdas.

La nombrada asintió con suavidad antes de mirar al mapa que dibujó David en el suelo con el ceño fruncido. Se concentraba en recordar aquellos detalles que eran importantes para la misión, se sintió presionada debido a la importancia que tenía aquella misión; no podía cometer ningún error.

Sentía como sus sienes palpitaban con fuerza y tuvo que cerrar los ojos unos segundos para respirar hondo y calmarse; escuchaba como su primo junto con David se alejaban unos pasos para hablar por lo bajo. Para ser sincera no se fiaba de David, creía que fue un error total haberlo llevado a la base de la Rebelión aunque no hubiera hecho nada su cara no mostraba algún tipo de emoción alguna a excepción de indiferencia y frialdad; era cierto que a veces mostraba algún tipo de alivio cuando se encontraba con Luis pero aquello no era suficiente como para fiarse de él.

Pero sabía que no podía mostrar que no era de fiar, no había hecho nada, aún.

Volvió abrir los ojos con cuidado y miró una última vez aquel mapa en la tierra. Cuando creyó que ya se lo sabía lo borró con la mano como pudo para que no hubiera rastro alguno. Se levantó por completo antes de dirigirse con los otros.

Luis y David dejaron de hablar cuando llegó junto a ellos.

-Venga, debemos llegar lo antes posible. -Dijo David con seriedad antes de echar a andar.

Luis colocó su mano en el hombro de la pequeña que asintió con suavidad, fue detrás de él sin dejar de mirarlo con cierta desconfianza.

Caminaron en silencio, en aquella fila que ya conocían bien aunque ahora el de lentes se encontraba en la delantera dejando que Luis se quedara en la retaguardia.

Durante el viaje Mar se estuvo preparando mentalmente para aquel interrogatorio que le harían nada más presentarse para entrar en la Armada, aunque tendría que inventarse su apellido no se preocupaba por ello ya que le preocupaba más el hecho de estar bajo vigilancia. Era obvio que lo harían pero solo esperaba que no hubiera nadie importante en aquel lugar y solo hubiera soldados de distintos rangos, pero no de un rango tal alto; respiró hondo para calmarse un poco y proseguir hacia delante, ya improvisaría en el proceso del plan.

Llegaron a la pequeña ciudad en algunos días menos que en el anterior trayecto que habían hecho. Observaron aquel aparcamiento que estaba lleno de coche tanto abandonados como nuevos. No había rastro alguno del camión de la Armada Roja que habían visto hacia un par de días.

-Regresarán. -Dijo al ver que había gente metiéndose en los coches a esperar algo.- Parece ser Commie va ha convertir este pueblo en un punto para reclutar.

-Lo conoces demasiado. -Dijo con cierto disgusto la pequeña.

David no dijo nada al respecto, solo dio un paso atrás para poder sacarse la mochila de la espalda; lo apoyó en el suelo mientras se agachaba a su lado.

-Podrías aprovechar para meterte en el pueblo para que cuando vengan, te vean saliendo de allí y no piensen nada raro.

-Puedes hacerlo, Mar -dijo ahora Luis apoyando a su prima.-; recuerda que estaremos alrededor de la base.

Mar asintió con dudas, le preocupaba que algo malo ocurriese durante la misión y que por su culpa los demás no pudieran sobrevivir. Tuvo que respirar hondo para poder salir del bosque, miró que no pasaba ningún coche y cruzó aquel asfalto que servía para que los vehículos circularan.

Sentía su corazón latir con fuerza a pesar de que la misión aún no había comenzado. Tenía miedo.

[ONE] //EddsworldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora