Capítulo 17

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— ¡Lo sabía! —

Narra Finn:

La agradable compañía del menor y hermano de ______ es increíble, incluso hizo que volviera a sentirme de vuelta como un niño. Tanto que hasta ya me siento de su edad y estatura. No puedo creer que todo este tiempo mi tan amada chica tuvo que cargar con este peso, sé lo doloroso que puede ser cuando debes de despedirte de alguien y no volver a verlo. Me da felicidad ver lo alegre que se ve George, quizá se deba a la llegada de su hermana, que tenga a alguien con quien jugar después de tantos años, tal vez porque sabe que me gusta Star Wars (encima que es muy loco que sea el único de la clase que le gusta). Me entrega una figura de acción de Yoda (soy muy bueno imitando su voz) e increíblemente una figura de mí (en el personaje de Mike Wheeler) — ¿Conoces Stranger Things? — pregunto mirándolo —. Si. Mike se parece a tí — y me echo a reír en una gran carcajada. Este niño hará que me duela el estómago —. Espera... — deja sus figuras de LEGO, se me acerca y con sus manitas toca mi rostro encontrando una posición que le favorezca —. ¡Tú eres el actor que hace de Mike! — asiento manteniendo una gran sonrisa —. ¡No puede ser! — su rostro está en un ceño de asombro, que pronto lo cambia a una de maldad —. Cuando sepan mis compañeros que te conocí... Se van a volver locos — río, niego con la cabeza y finalmente sonríe inocente —. Bueno, ya hay que jugar — propongo, él asiente y comenzamos a jugar inventando una loca historia. En el momento la puerta se abre, ambos volteamos a ver de quién se trata. Noah y ______ —.

— Hola — saluda George de nuevo con una voz inocente y casi inaudible —.

— Hola — musita Cooper, se acerca a él, se pone de rodillas y sujeta de sus manos —. Tengo que decirte algo — su hermano asiente —. Te llevaré de aquí, vivirás conmigo y te cuídaré — el menor no comprende nada, incluso con su mirada busca auxilio en mi y en el rubio —.

— ¿Qué? — dice desconcertado —.

— Nos iremos de aquí e iremos a Atlanta, Georgia. Estados Unidos ¿si? —.

— ¿Qué pasará con mamá? ¿Qué pasará con Minina? — y hago una mueca en forma de “¿Quién diablos es ella?” —.

— Mamá no lo sabrá. Y Minina, puede que también nos la llevemos — sigo sin entender ¡¿quién diablos es Minina?! —.

— ¿Mis amigos? ¿La chica que me gusta? ¿Nuestra vecina Magdalena? —.

— George ni siquiera tienes amigos... Yo soy tu única amiga. Habrá más chicas de las cuales enamorarte, ella no es la única y... Magdalena... Morirá en paz — le aseguro Cooper siendo algo muy directa (demasiado) —.

— Pero extrañaré sus galletas —.

— Buscaremos la receta — George aleja sus manos de su hermana, me mira a mi y siento sus manitas rodeando mi delgado cuerpo —.

— ¿Finn también vendrá? — eso incluso hasta me hizo sacar un “Awww” —.

— Claro, también iré — le respondo, sonríe y salta de alegría alejándose de mi —.

— Prepararé tu maleta — masculla mi chica —.

[ • • • ]

Salimos de la pequeña casa. Cruzamos por el pequeño patio, yo llevo en mis hombros a George, quien disfruta de la vista y habla conmigo sin parar compartiendo datos curiosos de Star Wars y haciendo cuestiones de Stranger Things. Cooper arrastra la maleta de su hermano y Noah lleva a la pequeña gatita en una jaula (que es Minina). Pero antes de irnos al hotel decidimos visitar a la vecina favorita de la familia Cooper: Magdalena. Una anciana realmente tierna, amable y que he de admitir hace una buenas galletas ( ya veo por que el menor no quería irse). Nos despedimos, caminamos y caminamos y nos detuvimos en una cafetería a comer.

Nos sentamos en una mesa cerca del ventanal, ordené pizza y papas fritas (justamente lo que comía la primer vez que vi ______). George una hamburguesa, Noah un emparedado con su pan favorito (baguette) y Cooper un sándwich de queso derretido.

Comimos alegremente entre risas y las cosas recurrentes que decía inocentemente el menor.

Al salir pedimos un taxi, llegamos al hotel realmente cansados. Cada quien tomó un baño (ya que mañana nos presentaremos a primera hora en el aeropuerto). Las luces están apagadas, George duerme en mi cama, Noah en la suya mientras que ella y yo estamos despiertos, escuchando nuestra canción y mirando por el ventanal que hay en el cuarto. La oscuridad ha caído en la ciudad pero aún así está iluminada demostrando cuánta alma vive. Me sorprende que no nos tomamos el tiempo de explorarla totalmente. Sólo he venido aquí una vez por el estreno de la segunda temporada de la serie, más no en los días de descanso.

La miro. De nuevo recorriendo cada perímetro de sus facciones.

— Yo no quería ser actor realmente — revelo, captando su atención —. Yo sueño con ser productor, ganar un premio por eso, escribir mis guiones, ya sabes... Pero... Yo mismo caí al pozo — la miro —. Aunque eso no se compara con lo que has vivido —.

— George, él... Me gusta verlo feliz. Cuando te vió no te reconoció del todo, créeme... Siempre se la pasaba hablando de ti y lo genial que eras en la serie — sonrío —. Soñó con conocerte algún día porque... Sus compañeros de clase le dicen que es raro —.

— ¿Por qué? —.

— A los niños de su generación les gusta Minecraft, Fornite, Free Fire, las canciones que ahora están de modas. Él no. Le enseñé lo clásico de los buenos tiempos. Su año favorito es 1970, su película favorita es Volver al Futuro, su canción favorita es Killer Queen de Queen, su banda favorita es Green Day y The Killers. Su serie favorita es Stranger Things y The Walking Dead — suspira —. Prácticamente es similar a mi — admite —. Soy su ejemplo a seguir y también lo eres tú — me mira, como es costumbre suya siempre desvía la mirada, lo cual me molesta en cierto modo y me intriga —.

Me acerco, atrayéndola hasta mi la tomo por la cintura. Sostengo su rostro con mi mano (obligándola a mirar me). Finalmente lo logro.

« Contacto visual. No lo rompas, te lo pido »

— Besé a Noah — suelta. Mi corazón se estrujó, se hizo pedazos. Pude escuchar un gran grito de mi voz internamente, uno de dolor. Solté su rostro. Miré a Noah quien yace durmiendo, dando la espalda —.

« ¡Él sabía que la amaba! ¡Lo sabía! ¡Diablos, lo sabía! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué me hace esto?! »

— Debí decírtelo — sin haber sentido que unas lágrimas ya recorrían mis mejillas me atrevo a mirarla nuevamente. Eso colmó más a mi corazón —.

— N-No te preocupes — trago en seco, asiente —.

« No llores. No llores. No llores. No... Llores... »

Escondo mi rostro entre mis manos. Estoy avergonzado, todo se fue a la mierda. Todo acabó.

— ¿Por qué lloras? — posa su mano en mi hombro —. No llores. ¿Qué pasa? ¿Qué tienes? — toma mi rostro entre sus manos —.

— N-Nada— trato de convencer la, me limpio las lágrimas, niega —.

— ¿Qué? ¿Acaso tú querías besarme? — emite una voz graciosa. “¿Siendo graciosa conmigo?” —. Créeme. No me gustó besar a Noah, mucho menos por que es mi amigo — sus labios hacen contacto con mi frente, la sangre sube en mis mejillas que se va distribuyendo por mi cara, sudo en frío —. Ya vamos a dormir rizado — se levanta, va a donde está su hermano, se acuesta junto a él y lo abraza —.

Yo camino a la cama de donde ella debería dormir. El sueño me atrapa al acostarme y mis ojos se van cerrando poco a poco.

M E    A T R A E S  ( Finn Wolfhard y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora