Se vienen cosas muy soft.
Habían pasado los días y ya estábamos en Palm Springs, ninguno se los dos me había agobiado para que le diera una respuesta así que tomé mi tiempo para decidir. Después del almuerzo, fui a la habitación para esperar a Brian. Cuando llegó le pedí que se sentara a mi lado en la cama.-¿Estás bien?-me miró obedeciendo.
-Sí sí, solo quería decirte que ya me lo he pensado.
-¿Y bien?-suspiró.Me incliné un poco para darle un beso y sonrió observándome de cerca.
-¿De verdad?-preguntó entendiendo.
-Sí.-acaricié su mejilla-Es lo correcto.Saltó sobre mí recostándome en la cama mientras me abrazaba muy fuerte.
-No te decepcionaré.
-Sé que no.-dejaba a sus mechones rubios resbalar entre mis dedos sin prisa por que me soltara.Se mantenía con la cabeza sobre mi hombro, yo lo rodeaba con un brazo cuando sentí su respiración bastante relajada además de que había aflojado su agarre. Cuando lo miré me di cuenta de que estaba dormido. Observé con detalle sus pestañas rubias adornando sus párpados cerrados, parecía un muñeco con la piel tan clara y suave, los labios rosados y la nariz respingona.
Dejé un beso sobre el fleco que tapaba su frente y sonrió levemente.