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Jungkook*

Anoche había sido una noche excepcional, la bravura de _____________ me dejó perplejo, de verdad, cogía muy rico, sin embargo, cuando me levanto por la mañana no la encuentro a mi lado, busco por todas partes, en el baño, en todas partes de la casa, ella no estaba; miro en la esquina de la mesita de noche y veo un anillo encima de un papel, lo tomo.

"Sin explicaciones, sin arrepentimientos"

Leo, miro el anillo, era de ella, su anillo de compromiso, ya tenía conciencia de algo.

La había perdido para siempre...

Esto no podía quedar así, la buscaré por todos lados, después de lo que pasó anoche, me demostró que aún me ama, lo sé, me di cuenta, no soy un idiota.
La amo tanto, sigo enamorado de ella, no aguanto su ausencia, extraño tanto tenerla junto a mí cada mañana, ¡qué idiota fui!, pero ella también me hirió al besar a los chicos de esa manera, sé que lo hizo por venganza y porque se aburrió de ser buena por un momento, lo que hice es imperdonable, pero ella ya había jugado sucio también; no sé como se entero de que yo me encontraba allí, pero ella es sólo mía, anoche fue algo espléndido, la bravura con la cual me domó, los golpes, la brutalidad, fue bastante duro, y me ponía así.

La tengo que recuperar, sea como sea...

Si tenía que ser un chico malo, lo sería, ya era hora de cambiar; admito que estaba hecho furias al saber que ______________ había besado otros labios, sin embargo yo también lo había hecho, drogado o no, lo había hecho y ella lo había visto.
Me dirigí a la ducha, restregué mi cuerpo con la esponja, recordé cada mordida, cada golpe sensual que ella me dió anoche, me meto en la ducha caliente, al golpear el agua en mi espalda, arde, arde muchísimo, cada golpe del agua en mi espalda era un martirio, decido a palpar mi espalda y siento relieves, cuando termino de ducharme, me dirijo a posicionarme frente al espejo, me miro y tenía rasguños fuertes, profundos, he ahí la razón de porqué me dolía tanto, ella me había rasguñado del placer, anoche la penetré duro, me imagino lo que debió a haber ocurrido, anoche, sigo repitiéndolo como una fantasía, como si hubiera sido un sueño, pero se sintió tan real, fue sin dudas, la mejor noche de mi vida.
Era hora de sacar mi lado oscuro, el que todos tenemos almacenado, si ella pudo sacarlo con ira, a mi me pasaba igual, tomé una de mis chaquetas de cuero negro y me lucí frente al espejo.
Todos los colores de mi ropa se concentraban en sólo uno: el negro.

Los de mi alma también

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Los de mi alma también...

Tú*

Estuve unas dos horas en la universidad, mi tesis ya estaba completamente lista, todo preparado para mañana.
Anoche fue algo extraño, pero sin arrepentirme, puedo decir que me di cuenta de que aún siento ese amor por Jungkook, maldita sea, cómo odio el haberme quedado, pero el y su cuerpo, el y su especie de nueva maldad, me volvía loca.
Ayer sentí que podía tocar el cielo, pero por la mañana tuve que irme, dejé el anillo de matrimonio; era mejor que no volviera con Jungkook, si lo hago, tendré que ir a Corea después de estudiar, y probablemente Jungkook no sigue amándome como antes, quizás tampoco acepte como soy ahora, ayer se comportó como un sado masoquista y demostró rudeza, pero Jungkook jamás sacaría su lado malo, es demasiado gentil, demasiado bueno.
Comencé a limpiar el mesón del bar punk en el cual trabajaba.
Hoy llevaba un short negro con una camiseta blanca y la infaltable chaqueta de cuero, pero esta vez roja.

Lucir como una chica mala y ser una, era de mi agrado, podía hacer lo que sea, siempre que quisiera, ya no tenía miedo de decirle nada a nadie, ni tampoco de hacer lo que se me plazca

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Lucir como una chica mala y ser una, era de mi agrado, podía hacer lo que sea, siempre que quisiera, ya no tenía miedo de decirle nada a nadie, ni tampoco de hacer lo que se me plazca.

- ______________, ¿puedes atender las mesas esta vez? -. Me decía la gerente.
- bien -. Asentí.
- si te quedas un rato más, digo después del concierto de hoy, habrá buena paga para ti -. Sonrió.
- bien -. Le dije y me retiré, comencé a atender las mesas. Habían muchas personas esa noche, todos eran mas o menos del mismo estilo que yo, siempre chaqueta de cuero, olía a personas del diablo.
Algunos idiotas creían que era una prostituta e intentaban meterme billetes en el pantalón, claro se llevaron las consecuencias de mis palabras, así fue como transcurrió la noche; entonces comenzó el concierto de los mismos chicos de ayer, estaba el chico que me había dado su número, se lucía bastante cómo vocalista, tenía gran estilo en el escenario, me quedé viéndolo un momento, sus ojos se encontraron con los míos y me guiñó el ojo izquierdo, esbocé una sonrisa burlona e seguí trabajando.
- eh, chica mesera, ven -. Sentí una voz lejana, comencé a avanzar hacía de donde provenía la voz, llegué al asiento, sin mirar al chico de la voz sexy, tomé la libreta de mi bolsillo y apoyé el lápiz sobre el. Lo miré, quedé perpleja al ver que se trataba nada más, ni nada menos que de Jungkook. - quiero un vaso grande de whisky, ya sabes, ____________ -. Me dijo con una sonrisa malévola, tenía una chaqueta de cuero, y lucía guapísimo, tenía una mirada matadora, lucía cómo un chico rudo, totalmente.
- bien -. Anoté y me dirigí a la barra. - Gavin, un vaso grande de whisky por favor -. Le dije al chico de la barra, era mi compañero de trabajo, su nombre era Gavin Fitzgerald, era agradable, tenía una banda de metalcore, aveces tocaba con su banda en el bar, eran buenos, tenía unos ojos azules hermosos, y el cabello despeinado color avellana.
- un whisky grande -. Dijo sirviendo una botella de Jack Daniels en el vaso.
- gracias -. Lo coloqué en la bandeja y lo llevé hacia la mesa en dónde se encontraba Jungkook. - aquí está -. Lo dejé en su mesa. Cuando iba a retirar mi mano, el me la tomó con fuerza para evitar que la sacara de allí.
- ¿adónde vas? -. Dijo serio.
- a trabajar -. Respondí sin dirigirle la mirada.
- ¿por qué no te vas conmigo? -. Preguntó.
- sabes exactamente por qué -. Dije fría.
- esta noche te irás conmigo, y te quedarás allí, volverás a casa, como mi esposa, no lo olvides, tu eres mía -. Decía con una frialdad totalmente sensual que hacía recorrer un hormigueo en todo mi cuerpo. 
- no soy tuya, no soy de nadie -. Contesté fría y intentando zafarme de su agarre, me agarró más fuerte.
- eres sólo mía, y no me importa lo que digas, eres mía, ¿acaso olvidaste cómo te lo hice anoche? -. Pasó la lengua por sus dientes mostrándome como lo hacia. Nunca había visto a Jungkook así, así de sucio.
- yo puedo acostarme con quién quiera -. Sonreí malévolamente.
- ¿ah sí? -. Preguntó sonriendo. - admítelo, nena, soy la única que te hace gritar, aparte, se bien que no te acostaste con nadie aparte de mí, tienes que aceptarlo, eres mi esposa, esta noche vendrás conmigo, y no me importa nada más -. Se acomodó en el asiento y me sonrió cómo un demonio; era el diablo en persona.
- ni creas -. Me alejé.
Terminé mis labores y me fui, había acabado mi jornada de trabajo, la noche estaba propagando la oscuridad que había dentro de mí, miro al frente y había alguien parado allí, al acercarme ya sabía quien era, intento ignorar, pero el me toma por la cintura y me apega a la pared del lugar, comienza a besarme, le sigo, admito que Jungkook me ponía candente, aún lo amaba, y en el fondo sabía que el me amaba a mí.
- ahora me vas a escuchar -. Dijo entre suspiros besándome y agarrándome el trasero.

La verdadera definición de Amor  [Jungkook y tú] (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora