Cours de français ; Foah {AU}

*18*

Omnisciente

Ya había pasado un mes desde aquel encuentro subido de tono en el aula de francés.
El castaño no dejaba de darle vueltas a ese asunto sabía que aquel día tarde o temprano llegaría pero nunca le dio importancia hasta que vio la situación cerca.
Finn no lo había presionado, lo respetaba y jamás volvió a preguntar respecto al tema eso lo reconfortaba.
Era viernes, se despertó, peinó sus castaños cabellos y se aseó para ir al instituto como de costumbre paseando con su amiga Ariana.
- Tienes algún plan para este fin de semana? - cuestionó iniciando una charla trivial.
Noah tragó grueso, no sabía si contarle lo que tenía planeado desde hace ya tiempo. Quizá estaría mal que no lo hiciese, no podía permitirse que su amiga entrase de sopetón a su casa interrumpiendo todo.
- Hey! - llamó su amiga chasqueando los dedos frente sus ojos. Se había quedado pensando demasiado.
- Sí sí, sí tengo planes. - soltó finalmente sintiendo ya el nerviosismo correr por su piel.
- Oh, que harás? Me habías dicho que tus padres se irán de acampada, no?
- Sí pero no voy con ellos.
- Harás una fiesta! - exclamó entusiasmada. - podremos invitar a todo-
- No, Ari no doy una fiesta.-interrumpió con una pequeña risa.
- Entonces?- volvió a cuestionar con más desilusión.
Suspiró preparado para decirle aquello que tanto lo avergonzaba.
- Recuardas que te conté aquello hace más o menos un mes?
- Cuando tu hermana te vio bailando canciones de High School Musical y te caíste por las escaleras?
- No! - sus mejillas enrojecieron- lo otro.
- Ah! - se dio un pequeño golpe en la frente y de inmediato miró a su amigo con una sonrisa cómplice.- eso sí, que ocurre?
- P-pues verás yo...-jugaba con sus manos mirando sus pies caminando lento y nervioso.
- Tú...- lo alentó a continuar.
- Quiero hacerlo- susurró mirándola con vergüenza.
La ojiazul sonrió de oreja a oreja conteniéndose por no lanzar un chillido en medio de la calle.
- SIIIIII POR FIIIN- al final acabó chillando.
- No cállate estoy muy nervioso.
- Y eso por qué?
- Es que no sé - rascó su nuca desviando la mirada.- no quiero verme como un torpe estúpido.
- Noah por qué dices eso? A caso alguien te dijo algo?-cuestionó un tanto preocupada viendo la expresión de su amigo.
- Vamos, tengo 15, él 17, ya casi es universitario seguro que ya tiene experiencia...tú ya sabes.- suspiró con frustración.
-Bueno...-reconsideró ella- puede que sí pero eso no es malo, Finn no es un idiota, sabrá como tratarte.
- Eso espero.
- Y que piensas hacer? - lo miró de forma pervertida.
- Invitarlo a comer? - rió con un ligero temblor en su voz.
- Dirás invitarlo a comerte- subió y bajó las cejas repetidamente viendo como las mejillas de su amigo castaño se teñian de un brillante tono carmesí.
- No!- exclamó él cuando realmente sabía que su amiga tenía razón.
Su plan consistía en engañarlo de alguna manera, es decir, no en el completo sentido de la palabra pero sí una pequeña mentira piadosa.
Hoy lo invitaría a comer mañana diciéndole que sus padres quieren una pequeña comida familiar, lo cual era una obvia mentira, sus progenitores se iban esa misma tarde.

Cada vez le daba más vueltas mientras caminaba al instituto, sus palmas sudaban y en su cabeza se armaban mil escenarios y distintas situaciones tanto fracasos como éxitos.

Cruzando la puerta de la institución lo vio, sonriente y flamante como siempre y se puso más nervioso todavía. Sabía que tenía que dejar de pensar en eso, solo le daba demasiada importancia así que tragando en seco y con la cabeza alta fingió el andar más relajado posible y se acercó al grupo.
La primera persona en recibirlo fue Carla:
- Por qué coño andas como si estuvieses a punto de cagarte?

Quizá ese "andar relajado" había sido demasiado exagerado.

- No, yo... olvídalo- restó importancia y saludó al resto, pero al acercarse a su novio los nervios volvieron de repente, el hecho de pensar en él de ese modo lo culpavilizaba como si este pusiese leer sus pensamientos y lo avergonzaba.
Así que cuando Finn se acercó y lo tomo de la cintura para darle su ansiado beso de buenos días ni le miró a la cara y juntó sus labios tan rápido como se separaron.