Prólogo. El Mayordomo

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—¡LU! ¡TIENES QUE IRTE DE AQUÍ!

Me levanté torpemente, luchando por recuperarme.

A mi alrededor sólo había caos, las paredes  del edificio se derrumbaban  y el humo se hacía más intenso, provocando que mis pulmones se quemaran desde dentro.

Pero no podía salir, no sin él.

—¡Te dije que te fueras!—me gritó luchando por levantarse—. ¡Si tú mueres, ¿Quién cuidará a Lari?!

Al escuchar esas palabras, retrocedí.

Lari...tengo que volver...pero...

Un terrible rugido resonó en las paredes, haciendo que muchas se derrumbaran.

—Vete, te alcanzaré tan pronto pueda—me dijo sujetando sacando unas alas de su espalda.

—¿Lo prometes?—le supliqué.

Él me sonrió mostrando sus dientes afilados.

—¡Claro que sí! Una bestia gigante no va a detener al ser más guapo y perfecto del mundo—aseguró mirándome a los ojos.

Se acercó y me besó con fiereza, como siempre lo hacía, pero ahora era yo el que tenía miedo, miedo de que esta fuera la última vez.

Cuando nos separamos me empujó hacia las escaleras y él miraba a la criatura sonriendo.

—¡Vamos! ¡Esta será la última vez que vea tu estúpido rostro, Serpiente de mil caras!

La enorme bestia se lanzó contra él con un fuerte rugido, el suelo se agitó y casi me caigo por las escaleras, aunque quisiera no podía hacer otra cosa que huir.

—Kaito...—lloraba en silencio saltando los escalones como podía, saltando sobre rocas y cadáveres por igual—. Kaito...Kaito...—entonces la escalera se vino abajo, por el peso de algo que caía sobre mí...o mejor dicho alguien—. ¡Kaitoooooo!

____

—¡Kaito!....¿Eh?

Abrí los ojos en mi cama, extendiendo mi mano hacia algo...pero ¿Qué?

¿Un sueño? ¿De qué era?

El sonido del despertador me despertó por completo, no tenía tiempo para sueños, hoy era un día muy importante y todo debía ser perfecto.

—Vamos, Lucius—dije antes de entrar al baño—. A trabajar.

Entré a la ducha y abrí un poco la ventana para evitar que el vapor no se acumulara, también para escuchar los anuncios de la mañana en los altoparlantes, dispersos por toda la ciudad.

¡Buenos días, Isla Tornasol! Hoy celebramos un nuevo y radiante día en nuestra querida tierra purificada por los Dioses Sagrados, demos las gracias por vivir en esta bella Utopía de Veresthia, este año se cumplen 150 años de la fundación  de nuestro hogar luego de la Gran Guerra, y justamente hoy se llevará a cabo la ceremonia de rango de los niños que cumplieron 2 años durante el invierno pasado y este otoño, así que no olviden llevar a sus hijos a ser bendecidos por los Dioses.

Mientras me bañaba, escuchaba atentamente los audios, hoy era un día muy importante para mi hija precisamente por ese evento.

Este mundo había sufrido terribles guerras, la peor fue la Gran Guerra que orilló a la humanidad a vivir en islas rodeadas de un desierto infértil que se extendía por el mundo, esta era la Isla Tornasol, donde los habitantes eran Magos clasificados por clases.

La Leyenda del Mago MayordomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora