No sabía qué estaba sucediendo, pero sabía que era incluso peor que lo que había vivido hasta ese momento.
Cuando Milán creyó que su libertad estaba en la punta de sus dedos, cuando logró quitar todos los tornillos de la cerradura para deshacerse de ella, no pensó dos veces antes de intentar salir, se vio frustrado por otro cerrojo que olvidó, el que estaba únicamente por fuera y no tenía acceso a él como para hacer lo mismo.
Se resignó a morir de hambre si esos idiotas no volvían pronto, pero apenas comenzaba a quedarse dormido, fue alertado por una violenta detonación que le hizo estremecer, sintió que el lugar se cimbraba y de inmediato saltó bajándose de la cama al oír un montón de gritos fuera de la habitación.
Una ola de disparos vino enseguida y Milán se tiró al piso, ocultándose junto a la cama, mientras una gruesa bala atravesaba la puerta.
De pronto alguien entró, no era Wild, ni ninguno de los otros que solían llevarle los alimentos diarios. Tenía un arma apuntándole a la cara mientras hacía un movimiento ordenándole salir de su escondite, los disparos afuera disminuían y Milán sentía que aquel sería su fin.
—Date prisa, Wild ordenó que te sacara de aquí.
Al escuchar eso Milán sintió una inmensa calma, si se trataba de alguien enviado por Wild quería decir que no iba a dispararle, pero eso no quitaba el hecho de que seguía apuntándole.
Obedeció de prisa, llevando escondido en su mano aquel improvisado desarmador hecho de lata. Apenas llegaron a la sala del lugar se congeló al encontrar un montón de cadáveres y gente herida, aquel hombre pasó de largo, le tomó del brazo y le arrastró hacia el pasillo que dirigía a las escaleras.
Bajaron, la escena en la planta baja era peor, Milán comenzó a sentir nauseas, había demasiada sangre y las heridas en las personas eran horribles, pero cuando salieron del edificio y respiró aire fresco después de tanto tiempo, supo que ese era el momento que había estado esperando.
Miró discretamente alrededor, había algunos hombres que pudo reconocer y otros que nunca había visto, aunque era de esperarse si nunca salía de aquel cuarto horrible.
—Hey, no le apuntes, si llegas a dispararle Wild te matará. —dijo un tipo que Milán de inmediato recordó, era cercano a Wild, entonces supuso que él no se encontraba por ahí.
—Si tanto te molesta mi modo, llévalo tú.
Aquel desconocido empujó a Milán y antes de que el otro le retuviera, el chico no lo pensó dos veces antes de correr.
El tipo con el arma le disparó dos veces antes de que lo detuvieran, Milán alcanzó a escuchar la orden de aquel otro diciendo que no podían herirle, pero envió a todos a seguirle. Él no se iba a rendir tan fácil, era rápido, solo debía serlo más si quería salir de ahí...
Dobló en la primera esquina que encontró y luego en la siguiente, así siguió sin mirar atrás, alejándose tan rápido de quienes al inicio le pisaban los talones, corrió tanto, que para cuando se detuvo supo que debió pasar suficiente tiempo y recorrer tanta distancia que no volverían a encontrarle, sin embargo, al ser consciente de sí mismo una vez más y ver alrededor, descubrió que ni siquiera él sabía en dónde se había metido.
No importaba, finalmente logró escapar y no sufrió ningún daño grave, solo debía pensar con la cabeza fría si realmente quería volver a casa.
Continuó caminando aún cuando sus piernas dolían por el esfuerzo al correr, la cabeza le daba vueltas y su estómago le reclamaba por no haber comido en demasiado tiempo, pero era libre y eso importaba más que cualquier cosa, iba a hacer pagar a aquel idiota que se atrevió a secuestrarle, pensaba decirle a su padre todo y hacer una denuncia de la que nunca se iba a librar. Siendo menor de edad, podía acusarlo incluso por violación.
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Después de ti.
Storie d'amoreCorey no sabe mucho de sí mismo, de su origen, vive creyendo en todo lo que ve, nunca se ha detenido a ver más allá, a cuestionar aquello que no comprende, su ingenuidad ante el mundo real será como una puerta abierta para cualquiera que decida entr...