Capítulo 1 | Almas gemelas.
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—¿Que ha pasado con Martín? —Mí sonrisa se ensanchó con suavidad, sintiendo el tiempo pasar con lentitud a nuestro alrededor. La visita de Sergio en Italia ha sido una agradable sorpresa. Me quiere de regreso a casa, y me ha ofrecido subirme a su barco, liderar a la banda en la casa de moneda y timbre.
Jugué con suavidad con mis manos, sin apartar divertido la mirada de Sergio, esa seriedad peculiar me hace saber que lo que sea deba decirme de Martín, será un futuro problema, uno que estoy dispuesto a solucionar por el bien de todos.
—Está enamorado de tí. Andrés he visto cómo te mirá.— Mí sonrisa no se borró de mis labios, la mantuve en mí rostro, sintiendo la sorpresa inundar mí cuerpo, respiré suave, negando. Debe haber alguna explicación.
—¿Enamorado de mí? —Reí, sintiendo mí humor comenzar a flaquear. Sentí que mí pregunta salió con una pequeña tonada divertida, de completa sorpresa, incredulidad.
He estado con Martín por muchos años en la capilla, hemos pasado momentos maravillosos juntos, sería obvio que el hombre desarrollaría algúna clase de afecto hacía mí, pero, ¿Amor? Él y yo nos hemos tratado cómo buenos amigos, cercanos a una amistad de hermanos, de hermanos de diferentes nacionalidades y distintas madres.
Sergio está en un claro error. A mí me gustan bastante las mujeres, nunca me fijaría en un hombre y no es por sonar o querer ser un homofóbico, porque claramente no lo soy, simplemente es sorprendente. Él amor es ciego la mayor parte de las veces. Solemos confundir un poco el cariño fraternal con un poco de amor que no existe.
Hice una pausa al sentir a Sérgio verme con aquélla seriedad, su postura tensa, pareciera preocupado. — Está enamorado y eso le impide ser objetivo. — Quizás existe la posibilidad de no haberme deseado dar cuenta, todo esté tiempo la forma de verme Martín.
Mí sonrisa fue desvaneciendose con lentitud.
—Hablaré con él. —Alce la mirada, apoyándome con delicadeza en mí escritorio.
— No. — Fruncí el ceño con suavidad por la negación brusca de mí querido hermano.
—¿Que planeas que haga entonces, Sérgio? ¿Deseas que le destruya? —Dí una pequeña sonrisa burlona. Martin es mí amigo, quizás él único que poseo, pero le guardo respeto.
—No, no quiero que le destruyas. Eso sería poco, necesito que le humilles, que le ofrezcas un poco de "eso" que nunca podrá tener. — Sus palabras se formarón en mí cabeza, lo vi cómo una órden.
—Ofrecerle un poco de amor y luego negarselo es pura crueldad, hermanito, incluso para tí. —Suspiré, apartando la mirada de Sérgio. ¿Realmente me está pidiendo ésto? —Es cómo...darle a un bebé un dulce, hacerle desear, anehelar, probarlo, y después, ¡PUM! Se lo quitas, le haces ver qué nunca lo tendrá. —Es cruel, pero justo.
—Andrés, es necesario. Sabes que no te ped...
—Sérgio, Sérgio...por favor, ambos sabemos que...nunca te ha caído muy bien Martín, pero...está bien. Tus deseos son mis órdenes. —Hice una leve inclinación, caminando hacía la puerta con pasos firmes sin dudar en lo que debo hacer.
Coloque mí mano en la perilla, abriendo la puerta, escuchando el suave chirrido al abrirla, alcé la barbilla, queriendo y deseando que ésto sea una pesadilla, que nada sea real. Estoy dándole una invitación silenciosa a Sérgio de retirarse de mí oficina. Tengo que pensar cómo confrontar a Martín, cómo amarlo, cómo enseñarle lo que es realmente amar con pasión, con cada pequeña fibra, entregarle lo que desea, para después quitárselo, arrebatarselo de sus manos, hacerle ver qué nunca existió ni existirá jamás nada entre nosotros.
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El tiempo nos volverá a juntar | Berlín x Palermo
Fanfiction"Te acabas de enamorar de la persona equivocada. ¿Te podrías conformar con sólo pequeñas migajas que caen al suelo? Igual a un pequeño perro hambriento, quizás de vez en cuándo un poco de buena comida no sea tan malo." Martín quedó vulnerable con l...