|Capítulo 30|

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Abrazo la almohada sintiendo comodidad

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Abrazo la almohada sintiendo comodidad. Me acurruco bajo las sábanas y dejo escapar un suspiro tras cerrar los ojos y recrear las imágenes en mi cabeza de todo lo sucedido en este día.

Fue maravilloso pasar tiempo con Azriel, verlo reír y disfrutar haciendo felices a esos pequeños niños, sacándoles una sonrisa, una carcajada, fue una experiencia inolvidable que sin duda repetiría.

Me sorprende como Azriel puede sacar una parte buena de mi que ni yo misma conocía, esa parte buena que quiere hacer felices a los demás, ese pedazo de mí que quiere ver a los demás sonreír, ese rincón en mi interior que anhela ayudar a otros, jamás pensé que alguien podía enseñarme a ver la vida desde una perspectiva diferente a cómo la veía antes, Azriel lo ha logrado.

Antes solía ver a los demás desde lo alto, por debajo de mi, y ahora que sé lo que se siente estar abajo y lo qué hay aquí, no volvería a subir jamás.

Me acomodo bajo las sábanas y miro al techo, imaginando su rostro, sonrío inconscientemente y me siento patética, pero no dejo de pensar en él, había algo extraño en su actitud de hoy, su forma de hablarme, de mirarme, había algo distinto en él o quizás solo eran ideas mías, de todas maneras me encantó verlo y haber pasado tiempo con él, como antes.

Cierro los ojos y estoy apunto de dormir cuando mi teléfono empieza a sonar encima de la mesita de noche, lo tomo con rapidez pero me decepciono de inmediato al darme cuenta de que no es la persona que esperaba.

El nombre de Jackson aparece en grande en la pantalla, y dudo por un momento en atenderle, pero finalmente lo hago.

—Es casi media noche Jackson, ¿Qué quieres?

—¿Te he despertado? —Pregunta, su voz suena más ronca de lo normal, no tiene ese timbre de egocentrismo e ironía, y me extraña.

—Si, así que espero que tengas una buena razón para haberlo hecho.

—Necesito...hablar con alguien, ¿Puedes bajar?

Descubriendo el amor © (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora