[british man]

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oneshot inspirado en este fanart

🐱

Se sentó con un movimiento sumamente elegante. Su largo cabello obsidiana se agitó como olas bravas del mar profundo, antes de caer gracilmente sobre su espalda. Sus manos trabajaron diligentemente en atarlo con una cinta celeste de seda y así despejar su rostro de cualquier molestia. Estaba listo para jugar.

Los volados de su camisa reposaron sobre su regazo en cuanto apoyó las palmas sobre los muslos, la palmada fue un sonido seco que indicaba su presencia en el jardin; y rascó con las uñas levemente sobre la tela densa de su pantalón de vestir, esperando a que eso atrajera finalmente a su tan querida compañía.

Pero nada.

Sus brillantes zapatos de cuero negro repiquetearon en las baldosas con inquietud.  Esperó unos segundos más, tal vez estaba ocupado haciendo cosas muy importantes y pronto lo vería asomarse entre la fresca hierba alta, con su siempre semblante desinteresado y andar pedante... pero la ansiedad escocía en sus manos y no le permitía conciliar algo de paz hasta poder verlo.

---Gatito...--- susurró. Alzando la cabeza y mirando hacia el basto jardin silvestre. Se paró para ampliar su rango de visión y a lo lejos se percato de como los dientes de leon se agitaban de lado a lado.

Su cálida sonrisa no se hizo esperar, volvió a sentarse presto en los sillones de esteras aguardando verlo. Se inclino hacia la mesa, para tomar una lata que había preparado para su amigo.

De pronto un conejo salió disparado de los matorrales, sus patitas negras se movían presurosas. Ya sobre las baldosas del portico de la gran mansión, se le hizo dificil no trastabillar en la resvaladisa superficie, pero logró equilibrarse. A pesar de su huida, el pequeño se detuvo un momento en frente del humano, movió su naricita en forma de saludo y volvió a emprender su camino.

---Adios Weiying.--- dijo el muchacho agitando la mano mientras lo observaba alejarse dando vuelta hacia la huerta. Su tío probablemente luego echaria una buena bronca al encontrar su plantío de zanahorias devastado.

Entonces lo vió, Wanyin.

El pequeño gato negro saliendo tranquilo de entre el pasto alto. Su caminar siempre tan hipnótico y sobervio; su pelo negro y brillante, era de las caracteristicas mas notorias del felino, junto a unos ojos celestes únicos en su clase.

Todos los que conociesen a Wanyin caerían encantados por él. Era un gato increiblemente hermoso y demasiado listo, mucho mas que cualquier otra mascota comun y corriente. Sus artimañas eran sutiles y sus intenciones camufladas. Pero al final del día siempre lograba salirse con la suya, ganandose el favor de quien fuese. Quizas era aquella actitud sobrada y livianamente dominante, lo que obligaba a todo aquel que lo mirara, a intentar salirse victorioso con un gesto cariñoso del felino. Si Wanyin ronroneaba a alguien, todos morirían de celos por el afortunado; si Wanyin los ignoraba, ellos seguirían intentandolo.

A-Yin no tenía dueño, si bien vivía en la mansión campestre de la familia Lan en Oxford; su cuidador siempre había dejado en claro que si Wanyin un día decidiera irse, él se lo permitiría. Por eso no usaba collar, solo una hermoso liston pomposo de seda color violeta que al parecer había sido la primer prenda donde se había acurrucado al llegar a la casa Lan.

Wanyin era el gatito callejero que Lord Zewu-Jun había hayado, una fría noche londinense. Estaba desnutrido, enfermo y con un feo corte en su vientre. Tenía tan solo unos cuantos meses de vida cuando lo tomó en sus brazos y lo envolvió en su abrigo de cachemire favorito. No le importó que probablemente ya no pudiese volver a usar la prenda luego. Y aun más no le importo nada, cuando escucho al pequeñito felino ronronear ante el subito calor en el que fue arropado. Sus ojos celestes se prendieron de los dorados del lord y frotó su cabeza en el pecho del hombre, a pesar de su estado deplorable.

Amame; no me ames [Xicheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora