Capítulo 4

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[ U n á n g e l m u e r e
¿ o d o s o t r e s ? ]

—Sálvame... por favor— su voz tan distinta como la recordaba; alegre y entusiasta estaba rota, aterrorizada hasta la médula.

—¿Qué-qué sucede Ross?, dime—la sensación de que algo malo estaba pasando comenzó a correr por mi piel empezando a asustarme, y si...

—Hola muñequita—la voz de un hombre mayor se escuchó por el auricular haciendo que me llevara las manos a la boca aguantando mi grito.

—¿No me saludas?— la malicia en sus palabras a pesar de la pequeña bocina se sentía tan real, como si lo estuviera viendo de frente. Un ñudo comenzaba a apretarme lentamente.

La preocupación fue primero, después el miedo, y ahora las lágrimas,... siempre había sido tan débil, ni el día en que mi padre y yo fuimos a enterrar a mi madre no pude evitar gritar en frente de todos y querer ir a esa oscura y tenebrosa caja que encerraba a mi madre.

Apreté los dientes con fuerza.

—¿Q-quién eres?

—Que mal educada es usted señorita Marchetti, ¿no te enseñan modales en tu gran, adinerada y deslumbrante casa?

—Si la lastimas, juro que...

—¿Juras qué?, ¿lanzarme una maleta de dinero?, ¿toda la fuerza aérea?, o sería mejor unos cuantos carros...—la rabia en su voz me hizo quedarme helada.

Si él no quería de mi dinero, ¿qué era lo que quería?

—No lo entiendo—le susurré con la voz temblorosa.

—Lo entenderás pequeña. Por que esté juego apenas comienza, y tú, estás incluida, eres la pieza más importante de este perfecto juego—su risa vacía y emocionada comenzó a sonar después de sus extrañas palabras.

¿Debería advertirle a alguien?, ¿debería gritar?, ¿debería llamar a la policía?, ¿debería colgar?, todas las preguntas, todas ellas, las que me llevaran al camino donde Ross era salvada, y esa espantosa voz de aquel hombre desaparecía.

—Dejemos lo mejor para el final, ¿te parece?—el sonido de pasos pesados se escuchó— Comienzo por la mejor parte: ese día había salido del instituto, era un joven imbécil que creía en tontas esperanzas y amor. En el Instituto que asistía era uno de los mejores pagados de Italia, al que tú asistes. Con mis calificaciones me había ganado una beca; por supuesto que me negaba a ir a una pesada escuela de ricachones.

»Al final asistí por que me pagarían por ello, y mi familia necesitaba ese miserable dinero. Todo parecía ir bien cuando entré hasta que...—la respiración de aquel hombre se había atascado— tú padre se enteró que era el pobre de su lujosa escuela, desafortunadamente el único; comenzó a molestarme, me hacía todo tipo de bromas, las más pesadas incluso.

»Aún tengo intacto el recuerdo de su sonrisa mientras me golpeaba hasta el cansancio con sus amigos... pero nada de ello me importaba, solo me importaba alguien. Si tan solo ella no me hubiera sonreído, o no hubiera sido una perra tan amable muchas cosas no estarían pasando...

La historia que me contaba aquel hombre desconocido me parecía irreal, lejana a lo que yo me proyectaba a mi padre cuando asistía al colegio.

¿Podría creerle al hombre que estaba secuestrando a mi prima?

¿Podría ser cierto lo que me dice?

—Yo sé que-e usted mie-ente—le susurré con la voz temblorosa, me negué a que mi padre hubiera sido ese tipo de persona.

—Oh, ¿no me crees?—sus palabras falsamente dolidas por las mías hicieron que me diera un escalofrío— ¿me creerías ahora que te dijera que aquella mujer de la que hable era tu madre?

Mi madre...

Por supuesto ella había ido al mismo colegio que mi padre, pero... ¿Cómo lo sa...? Era verdad él había ido al mismo colegio con mis padres.

—¿Qué es lo que quiere-e que haga?—lágrimas bajaron por mis mejillas sin poder detenerlas.

—Una maleta de 100 millones de dólares, y la vida de tu prima por la tuya.

—¿Q-que pasa cuando y-aa tenga la maleta?—y mi voz por más que me esforzará en sonar dura, está solo era un intentó fallido, sonaba en total con tartamudo.

—Vendrás a mi.

Desde mi enorme ventana miré las grandes y decorativas rejas de la mansión, abriéndose, dejando entrar un bello Rolls Royce Phantom que a mi padre le fascinaba usar cuando estaba por invitarme a alguna cena, o algún lugar para que pasáramos tiempo juntos...

¿Realmente él hizo eso?


Cerezaytristeza
¡hola!
Tkm pero mucho <3

Él es más que un chico malo. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora