Capítulo 46 El pesar de una Guardiana

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Sujeto: Yumi Adora Hoshigawa Adeptys

Edad: 129 Años

Fecha: 20 de enero de 1757

Día: Miércoles

Hora local: 03:30:57

Clima: Cielos despejados

Ubicación: Ciudad Portuaria de Albatros

Son las tres y media de la mañana, ya es la tercera patrulla del Dominio que inspecciona la posada, revisaron todo el lugar, dentro de los muebles, debajo de las camas, prácticamente no dejaron un solo lugar sin examinar, luego de disculparse con los huéspedes y agradecernos nuestra cooperación, se fueron sin más.

Volvimos a nuestras respectivas habitaciones y miro por la ventana que daba a la calle para confirmar algo, al parecer se están retirando, al fin, se terminó.

- Ya pueden salir – Les dije a los muchachos quienes hasta ese entonces se estaban escondiendo en el techo, la verdad no pensé que resultaría, si los soldados hubieran visto hacia arriba todo hubiera terminado.

Ambos se dejaron caer, exhaustos de haberse aferrado a unas cuantas maderas sin descanso por más de dos horas, ya habían llegado hace un buen tiempo, sus botargas eran irreconocibles, debieron dejar un rastro de algodón en sus primeras horas de persecución, se los veía bastante lastimados, no presentaban ninguna herida de gravedad, pero si unos cuantos moretones.

- ¿Y bien? – Pregunte, descargando buena parte de mi enojó en ellos.

- No tenemos excusa – Fue Mactavish quien se dignó a responder – Las cosas, simplemente se complicaron. Lo sentimos... ¡Tú discúlpate también!

- L-Lo siento... - Dijo un Cortez resignado.

Sphiret quien se encontraba a mi lado se mantuvo en silencio, tanto ella como yo estábamos muy preocupadas, aunque dudo mucho que ella lo fuera a admitir, y ahora que estos dos están a salvo, una combinación entre alivio y enfado era lo único que nos revoloteaba en la mente.

- ¿Saben lo preocupadas que estuvimos al enterarnos que se trataba de ustedes? – Fui aumentando la potencia de mi voz conforme seguía hablando - ¡¿Tienen idea de lo que hubiera pasado si los atrapaban?! – Para ese entonces mis ojos comenzaban a encenderse involuntariamente, pero ya no me importaba, me van a oír, aquí y ahora – Tienen prohibido salir de la posada hasta que reflexionen de sus acciones... ¡A la cama! ¡¡¡Ya!!!

- H-H-Hoshigawa... No puedes hacernos esto... - Temblaba Mactavish, quien seguramente ya sabía lo que les esperaba.

- ¡Si! ¡Ya somos hombres! – Protestó un para nada consciente Cortez, esa fue la gota que derramo el vaso.

Lanzo una mirada fulminante con los ojos totalmente bañados en ese cristalino color azul producto de la Energía Cristalina que yace en mí, y surte efecto inmediato, ambos chicos estrellan sus caras contra el piso y caen dormidos, con eso debería bastar, por ahora.

- Genial. Ahora tenemos que cargarlos hasta sus camas, y eso que este de acá es pesado – Dijo Sphiret mientras pateaba suavemente al carmeliano que roncaba en el piso.

- No queda de otra, ayúdame a levantarlos.

Mactavish no nos dio problema, entre las dos fue sencillo recostarlo en la cama, por otro lado, Cortez fue quien más trabajo nos dio, su cuerpo era más robusto que el de su amigo, por ende tenía que ser más pesado también, la mejora ósea que se le dio en Stone Know debería haber influido ligeramente en su masa corporal también.

El Lamento de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora