Capítulo 47 Día de paga Parte 2

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Llegue casi exhausta hasta la posada, la cual se encontraba abarrotada de gente asustada, pues hicieron de ella su refugio ante la amenaza de un posible ataque de los Guardianes, no sé qué fue esa explosión, pero no está contribuyendo conmigo, maldición, como me vean con mi armadura esto se va a poner feo.

Parloteo, murmullos, temor y algo de curiosidad, en eso se resume el ambiente dentro del edificio, la recepcionista está ocupada con mucha gente en el vestíbulo, sigo las escaleras y alcanzó la puerta de nuestra habitación.

Por favor chicos. No me hagan esto.

Entro en la habitación, está vacía.

- ¡¡¡Maldición!!! ¡¿Por qué me haces esto, Mactavish?! – Dije golpeando la pared, liberando parte de mi enfado en ella.

Me apresure a cambiarme y mire a través de la ventana, Sphiret tiene dificultades con mis hermanos, por no mencionar al contingente de soldados que se dirige a su posición, si voy por el artefacto no puedo garantizar lo que le pueda ocurrir, no quiero causar bajas de forma innecesaria, lo mejor será que vaya con ella, solo ruego porque después seamos capaces de hacernos con esa espada.

Rompo el cristal de la ventana y doy un salto hacia el exterior, activo los propulsores de mi armadura y sobrevuelo la ciudad a una altura moderada, mucha gente sale de sus casas o abren sus ventanas para verme y señalarme como un bicho raro en el cielo, algunos lo hacen con entusiasmo otros con preocupación, ser vista por muchas personas en esta situación es incómodo.

Ignoro sus miradas y acelero un poco, no tuve que esforzarme para encontrar a Sphiret, pequeñas explosiones de fuego me revelaban su ubicación, incluso en situaciones como esta la Purificadora se contiene así misma, no quiero ni imaginarme la destrucción que causaría si peleara en serio, en especial en una ciudad tan concurrida como esta.

Sphiret se enfrenta a una Infiltradora y a un Avatar de Asalto en medio de una calle abierta, sin edificios a más de unos 30 metros de distancia, si bien ella tiene una potencia de fuego abrumadora, sus aptitudes para el combate cercano dejan mucho que desear, tal vez incluso se le dé peor que a mí, recibe golpe tras golpe, incapaz de contraatacar, son demasiado rápidos para ella, lo mejor será que baje a asistirla.

Antes de llegar hasta ella, Sphiret se envuelve en llamas, desatando un estallido flamígero a su alrededor, lo que repele a sus atacantes violentamente a varios metros, es mi oportunidad, y no la pienso desaprovechar.

Con la gravedad y con mis propulsores de mi lado, me dejo caer sobre la Infiltradora, propinándole una potente patada que destruye sus escudos y la golpea en la espalda.

Ya en el suelo, me aseguro de que respiré, gracias a las estrellas está bien, solo espero no haberle roto algún que otro hueso, con ella inconsciente me concentro en el Avatar de Asalto, tomo mi rifle de Energía que hasta ese entonces reposaba en mis espalda y abro fuego, descargo una ráfaga de proyectiles de Energía Cristalina sobre él, naturalmente fue bloqueado por su escudo, pero contaba con ello, capte su atención, y eso era todo lo que necesitaba, en el momento en que se volteo a mirarme, recibió una bola de fuego a una gran velocidad, no pudo esquivarla, y en lo que trataba de espabilar volví a dispararle.

Sphiret se abalanzó hacia él cubriendo su avance con un torrente ígneo, el Guardián dispara a ciegas con su tecnoguantelete, tratando de defenderse con desesperación, está acabado, la Purificadora lo alcanza, y con las manos al rojo vivo le arranca la pieza del armazón que protegía su pecho con mínimo esfuerzo.

El Guardián cae al suelo con su armadura destrozada, y su orgullo herido, pero está vivo, yo en su lugar estaría agradecida.

En lo que nos acercábamos a él, recibimos disparos por parte de los soldados que venían por nosotras, Sphiret levantó un muro de fuego para cubrir nuestra huida cuidando de no incendiar un edificio cercano, dejamos a los Guardianes a su suerte, nos movemos por los callejones hasta que conseguimos perderlos, nos tomamos un momento para respirar y ponernos al tanto.

El Lamento de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora