⁰⁰

88 21 16
                                    

Martín, es sólo un besito —insistía Pedro, no sabía qué quería lograr.

—¡Ya! Pedro, te lo voy a dar solo para que me dejes de romper las pelotas, ¿dale? —respondió Martín desinteresado.

—¡si! —exclamó Pedro, felíz.

Ahí Pedro tomó la iniciativa y sentó a Martín en el sillón, él se arrodilló entre las piernas del mayor y unió sus labios en un beso tierno y suave, el pelinegro correspondió aunque no quería hacerlo. “Los labios de Pedro son tan suaves”. Sus labios de movían al compás, sus lenguas danzaban. Pedro había esperado tanto por este momento, por fin se dio cuenta que lo que sentía era real.

❝ One Kiss ❞ ; PedrimenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora